• La familia es una de las principales  motivaciones de los trabajadores venezolanos para desempeñar sus labores diariamente 

En la dinámica diaria venezolana pueden, en ocasiones, pasar desapercibidas las personas que trabajan arduamente para que cada engranaje de la sociedad se mueva al ritmo adecuado. El trabajo tiene múltiples caras en el país. Mientras cada día surgen más emprendimientos, aquellos que llevan décadas en un mismo oficio se mantienen pese a las adversidades. 

Aunque la tasa de desempleo  se ubicó en 50 % en el año 2021, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), muchos venezolanos continúan trabajando desde la informalidad o prestando servicios de forma independiente. 

El café sale con el Sol 

El reloj de Ernesto Ríos marca las 3:00 am cuando se levanta a preparar el café que vende durante su jornada diaria. En su carrito sobresale la afirmación de que su café y cacao son los mejores de Venezuela. 

Los 10 termos que ubica en la parte superior del carro los llena con café, leche y chocolate, los organiza con separadores de manera y detrás reposan diferentes cajas de cigarrillos. Ernesto no olvida sus bandejas plateadas con las que entrega cada vaso plástico a sus clientes, tampoco el pañuelo que utiliza para mantener limpios sus utensilios. 

Se uniforma con una camisa blanca, parecida a la que usan los chef, pese a que es un trabajador independiente. Combina su vestimenta con un sombrero tejido que lo caracteriza un tapabocas que incluyó hace dos años tras la llegada de la pandemia. 

A las 7:00 am se dirige a su primera parada en el mercado municipal de Quinta Crespo, donde sus clientes esperan tomar el primer café de la mañana. Luego se moviliza hasta Nuevo Circo para vender a quienes transitan por allí. 

Rostros de trabajadores en Caracas para el Día Internacional de los Trabajadores
Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Un poco más tarde regresa a Quinta Crespo para cubrir la ruta de la avenida Baralt, se desvía antes de llegar al puente Carmelitas (Llaguno) para acercarse a la esquina La Marrón. Se queda estacionado en la Plaza El Venezolano. Pasa cerca de la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) de la avenida Urdaneta. Finalmente recorre el bulevar Panteón hasta llegar al Panteón Nacional. 

En ese recorrido se van ocho horas de trabajo y ejercicio cardiovascular que se complementa con el empuje constante del carrito con café. Así ha trabajado Ernesto por al menos siete años y su mayor motivación, asegura, es hacer las cosas bien. 

Todo al principio es duro, pero cuando uno le agarra la idea a cada cosa se le va haciendo más fácil, Es difícil pararse todos los días a las 3:00 am, porque uno se la pasa buscando una cosa u otra para el negocio y son las 8:00 pm y no me he acostado, a veces uno nos descansa”, confesó Ernesto en una entrevista para El Diario. 

Para este vendedor de café el trabajo significa agradecimiento con Dios por brindarle salud para poder salir todos los días. Agregó que también agradece que sus clientes sean felices al momento de recibir el café. 

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“Para todo hay un motivo y yo tengo siete años en esto y cada día lo que quiero es hacer mejor las cosas y que los clientes se sientan bien. Todo lo que uno se proponga en esta vida se logra, pero hay que tener constancia”, indicó. 

La pandemia por covid-19 golpeó financieramente a Ernesto, debido a que tuvo que confinarse y dejar de vender por gran parte del año 2020. Su labor como repartidor de café la retomó un año más tarde, pero todavía no se recupera por completo. 

“Yo compraba mercancía para todo el año, tenía en mi casa suficiente café y azúcar, pero con la pandemia quebré por completo”, añadió. 

Rostros de trabajadores en Caracas para el Día Internacional de los Trabajadores
Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Una señal de que el vendedor se está recuperando es que cada dos o tres metros lo espera uno de sus clientes fijos. Él pregunta cómo quieren el café y lo sirve elegantemente en la bandeja metálica. Cuando el comprador toma la bebida caliente, automáticamente saca el pañuelo y seca la bandeja. 

Casi ninguno le cancela en efectivo, Ernesto les da crédito y cobra de forma semanal o quincenal. Contó que su familia está fuera del país así que se preocupa por comer, pagar los servicios, recargar el saldo de un pequeño teléfono sin redes sociales y, ocasionalmente, darse un gusto.

Proyectar una imagen agradable a los transeúntes

Asunción Castro sube la santamaría de su quiosco a las 8:00 am, desde su puesto de trabajo observa a quienes todas las mañanas visitan los restos del Dr. José Gregorio Hernández en la iglesia de La Candelaria. 

La imagen del beato también la acompaña en sus labores, en la parte superior izquierda de su puesto de trabajo pegó una impresión del médico. Aseguró que su principal objetivo desde la beatificación ha sido proyectar una imagen agradable a los transeúntes. 

Su trabajo es de lunes a lunes, así lo ha sido por 22 años. Mencionó repetidas veces que su negocio está registrado ante la Alcaldía del municipio Libertador y se enorgullece de laborar en una zona que es considerada patrimonio histórico. 

Para mí, el trabajo es la vida, es algo con lo que llevas el sustento diario a tu casa y en lo que todo el mundo se tiene que desempeñar para obtener un ingreso y cubrir las necesidades de la familia”, expresó. 
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Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Precisamente, sostuvo que su familia es su principal motivación para trabajar diariamente. Sin embargo, admitió que sueña con cumplir planes a futuro cómo comprar una casa y viajar en unas vacaciones familiares al exterior 

En su quiosco vende principalmente chucherías y cigarrillos. Explicó que solo se puede comerciar con productos con registro sanitario y no debe haber nada perecedero en el puesto. También se rebusca con las recargas telefónicas y en una de sus puertas tiene pegada una promoción de alquiler de pantallas de streaming como Netflix y Disney+. 

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La comerciante señaló que sus jornadas laborales son extenuantes, debido a que cierran el quiosco entre las 7:00 pm y las 8:00 pm, aunque eso varía de acuerdo con la afluencia de personas en la zona. 

“Para realizar esta actividad económica uno debe sentir agrado, porque eso lo debes proyectar todos los días al público que pasa por aquí”, insistió. 

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Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Asunción dijo sentir admiración por los jóvenes que se dedican a comercializar a través de las redes sociales. Argumentó que esto demuestra la voluntad que tienen los venezolanos de prepararse, trabajar y salir adelante. 

Estar ahí para quien necesita materiales escolares 

Después de las 9:30 am Evenis Brito abre su puesto de libros y papelería para el público. Es uno de los establecimientos que desde 2012 se radicaron bajo el puente Fuerzas Armadas. 

Su rutina no es lineal, alega que ser madre de dos hijos hace que todos sus días sean diferentes. Luego de que deja a ambos en la escuela, llega a su puesto para comenzar su jornada laboral. 

Mencionó que sus padres incursionaron en el negocio de la papelería hace 26 años y con eso la mantuvieron hasta que llegó a la mayoría de edad. Ahora ella hace lo mismo con su familia. 

Su labor empieza sacando los libros de literatura para ordenarlos en una mesa afuera del puesto. Entre los títulos que vende se dejan ver algunas obras de Gabriel García Marquez y Mario Puzo. Sin embargo, en la zona hay mucha oferta de libros y poca demanda, así que no es rentable para ella. Las temporadas escolares la sostienen económicamente.

Rostros de trabajadores en Caracas para el Día Internacional de los Trabajadores
Foto: José Daniel Ramos @danielj2511
El primer año de la pandemia fue bastante inusual  porque como no había clases presenciales las ventas  no fueron como los años anteriores, que siempre había full ventas porque los niños regresaban a clases en septiembre u octubre. El año pasado hubo un poco más de movimiento en la papelería. La venta de libros de bachillerato fue precaria, pero los textos de básica y preescolar se vendieron un poco más”, detalló Evenis. 

Pese a que la temporada de inscripción escolar está lejos, la comerciante dijo que siempre abre sus puertas para atender a quien necesite materiales escolares. Esa mañana llegó una mujer buscando paletas de madera para un trabajo manual. 

Evenis no las tenía en exhibición, pero se subió en un banco para alcanzar las dos presentaciones que ofrecía. Luego de concretar la venta retomó las tareas repetitivas de su trabajo: hacer inventario y limpiar la mercancía. Insistió en la importancia de cada cierto tiempo volver a quitar el polvo que cae sobre los libros.

“Estamos expuestos al ambiente: pasan los carros, el humo y para que no se deterioren las cajas y los libros hay que estar muy pendiente”, aclaró. 

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A excepción de eso, Evenis aseguró que una de las cosas que la motiva a trabajar es que sus días siempre son distintos, habla con diferentes personas y aprende cosas nuevas de quienes la visitan. Agregó que para ella el trabajo es una forma de desarrollarse como persona en la sociedad. 

La independencia y flexibilidad que le permite su trabajo también la impulsa y considera que por estos motivos muchos venezolanos prefieren la economía informal y no un empleo fijo. 

Rostros de trabajadores en Caracas para el Día Internacional de los Trabajadores
Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

“El tema del desempleo es algo complejo porque a veces el venezolano se siente como atrapado con trabajarle a alguien, a pesar de que hay muchos profesionales en este país: ingenieros, maestros, abogados, a veces es frustrante estar preparado, ser graduado  y realmente ganar un sueldo que no alcanza para nada y eso ha llevado que las personas se independicen”, expresó. 

Evenis aspira a que el país pueda mejorar las condiciones de sus trabajadores. Comentó que expertos en distintas áreas deberían evaluar cuales son los caminos para que el veneziolano pueda trabajar y vivir dignamente. 

Aprender y compartir conocimiento 

A Katiuska Farias la conocen en las redes sociales como “Kati Lazos”. Hace una década hizo un curso de masa flexible y desde entonces se convirtió en una artesana que se especializa en accesorios. 

Aunque abre su tienda a las 10:30 am, su trabajo no tiene horario fijo. Mientras está en su casa con su familia recibe mensajes y pedidos que llegan a su tienda online y algunos diseños los trabaja en su hogar. 

“Yo comencé haciendo accesorios, pero algunas clientas me decían ‘me puedes traer esa cinta a la venta’. Así fue que empecé a comprar cada vez más material. Yo vengo de trabajar en mi casa, estuve seis años solo con tienda online y luego de que me di a conocer lo suficiente logré abrir la tienda física”, detalló

Rostros de trabajadores en Caracas para el Día Internacional de los Trabajadores
Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

El local, ubicado en el centro comercial Casa Bera, está dividido en dos secciones: accesorios terminados y materiales de mercería, así mantuvo el formato con el que trabajó de forma independiente por muchos años. 

“A veces cuando llego ya hay chicas esperándome afuera y paso mi día armando pedidos que han hecho en línea, cortando cintas, atendiendo a los clientes o haciendo envíos nacionales hasta que cerramos a las 5:30 pm”, explicó. 

Katiuska demuestra sin palabras el amor por su trabajo, todos sus accesorios coinciden con el material que tiene en el mostrador, así que se enorgullece de lo que hace. Además, toda su vestimenta está identificada con su marca. 

La mayor motivación de la artesana es aprender cosas nuevas cada día y compartir su conocimiento con otras emprendedoras. Comentó que el campo en el que se desempeña puede parecer superficial, pero rescató que es una alternativa que toman muchas mujeres que no pueden conseguir un empleo formal. 

Son muchas las mamás que están en casa con sus hijos y a lo mejor no pueden salir a trabajar, pero están haciendo lazos, accesorios, venden tutus o franelitas y eso es muy importante. Justamente por eso es que nacemos las emprendedoras, porque si yo sé un arte, también lo puedo enseñar para que no solamente sea yo la que crezca sino que otros puedan hacerlo”, expresó.
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Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Para Katiuska, Venezuela está atravesando un momento de oportunidades en el que los campos para emprender son infinitos. Señaló que las personas deben dedicar tiempo a estudiar en qué les gustaría desempeñarse para que puedan amar su trabajo y vivir de él al mismo tiempo. 

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Devolver sonrisas

Crisariana Gamez es odontóloga de profesión, pero se especializó en prostodoncia. Esta ciencia que se dedica a la realización de prótesis funcionales que sustituyan dientes y otras estructuras de la boca. 

Su dinámica no depende de un horario fijo, sino de las necesidades de los pacientes. Algunos días deja el consultorio a las 3:00 pm y otros a las 8:00 pm, aunque siempre se va satisfecha. 

“Mi día a día abarca procedimiento clínicos, procedimientos en laboratorio para adelantar ciertos aspectos de la planificación de los tratamientos protésicos, interconsultas con otras especialidades para guiar en el tratamiento del paciente que requiera  rehabilitación”, indicó. 

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Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Explicó que, pese a que algunas jornadas son agotadoras, disfruta plenamente ver los resultados de su esfuerzo. Señaló que ese es el secreto para sentir que no trabaja realmente. 

Simplemente vengo y trato de ayudarlos a retomar una parte de su vida a los pacientes a través de devolverle su sonrisa con prótesis. Permitirles incorporarse a la sociedad de alguna manera, porque son personas vieron su autoestima afectada por la pérdida de algunas estructuras dentarias. Sencillamente sus vidas empiezan a cambiar a medida que uno va trabajando y  es algo que disfruto”, contó la odontóloga. 
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Foto: José Daniel Ramos @danielj2511

Crisariana considera que una de las principales razones del desempleo en el país es la falta de una motivación óptima en los trabajos formales. Insistió en que sin inspiración es difícil realizar un trabajo de forma adecuada. 

“Pienso que no debe tratarse solamente de conseguir un trabajo que te permita a ti vivir de él, evidentemente esa debería ser una de las funciones principales del trabajo, pero pienso también que lo que le falta a mucha gente es encontrar motivación. Si encuentran eso y se desarrollan en ese ámbito profesional les puede ir muy bien”

Sugirió, a quienes se encuentran en esa situación, visibilizar si en determinado empleo se ven felices de ahora a dentro de 10 años. A su juicio, si el ambiente laboral genera tranquilidad el progreso lo acompaña. 

Los trabajadores coincidieron en que la constancia es un valor que debe perseverar al desempeñar una labor. Cada uno de ellos representa un pequeño engranaje en la economía venezolana y en la construcción del futuro del país.

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