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- La Organización Mundial de la Salud señala que el virus de la viruela del mono se transmite a las personas por diversos animales salvajes. Las autoridades británicas investigan el origen de las infecciones
La viruela del mono o viruela símica, una enfermedad rara que se contagia en las zonas remotas de África central y occidental que se encuentran cerca de las selvas tropicales, se ha detectado en varios países de Europa.
Hasta la fecha, el Reino Unido ha registrado al menos siete casos de personas con viruela del mono. Las autoridades sanitarias británicas investigan el origen de las infecciones que se han diagnosticado entre el 6 y el 15 de mayo.
Además, en las últimas horas también se ha alertado de al menos 20 casos sospechosos y 5 confirmados en Portugal y 8 casos por confirmar en España.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus de la viruela del mono es transmitido a las personas por diversos animales salvajes, como roedores y primates, pero tiene una propagación secundaria limitada a través de la transmisión de persona a persona.
En un informe publicado en 2019, la organización indica que durante los brotes de viruela símica que iniciaron en 1970 en la República Democrática del Congo, la tasa de letalidad se ha situado por lo general entre el 1 % y el 10 %.
“Si bien no hay tratamiento ni vacuna para esta enfermedad, la vacunación antivariólica previa ha resultado también muy eficaz para prevenir la viruela símica”, precisó la OMS.
Síntomas de la viruela del mono
La OMS detalla que la viruela del mono, una zoonosis viral rara, produce síntomas parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela en el pasado, aunque menos graves.
El periodo de incubación, que es el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas, suele ser de 6 a 16 días; sin embargo, puede variar entre 5 y 21 días.
Durante el periodo de invasión (entre los días 0 y 5), las personas pueden presentar fiebre, cefalea intensa (dolor de cabeza), linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía).
Después del inicio de la fiebre, el infectado entra en el lapso de erupción cutánea, que es cuando aparecen las distintas fases del exantema (erupción cutánea de color rosáceo), que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo.
“Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95 % de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75 % de los casos)”, describe la organización.
La OMS precisó que los casos graves se producen con mayor frecuencia entre los niños y su evolución depende del grado de exposición al virus, el estado de salud del paciente y la gravedad de las complicaciones.
¿Cómo se diagnostica?
La OMS precisó que para realizar el diagnóstico clínico se debe tener en cuenta los elementos que diferencian a la viruela del mono de otras enfermedades exantemáticas como la viruela, la varicela, el sarampión, las infecciones bacterianas de la piel, la sarna, la sífilis y las alergias medicamentosas. nn“La linfadenopatía que aparece en la fase prodrómica de la enfermedad puede ser una manifestación clínica que ayude a diferenciar esta enfermedad de la viruela humana”, detalló.nnSin embargo, la organización aseveró que el diagnóstico definitivo de la viruela símica solo se puede establecer mediante pruebas de laboratorio especializados, donde el virus se puede identificar mediante diferentes pruebas.nnPara que las muestras sean óptimas para el diagnóstico, estas deben ser procedentes de las lesiones: frotis del exudado de las lesiones vesiculares o de las costras guardados en un tubo de ensayo seco, estéril, sin medio de transporte para virus y en frío. n
Casos detectados
Desde que se detectó por primera vez la viruela símica en la República Democrática del Congo en un niño de 9 años de edad, la mayoría de los casos notificados proceden de regiones rurales de la selva tropical de la cuenca del Congo, en donde se produjo un importante brote entre los años 1996 y 1997, y el África occidental.
Luego, en la primavera de 2003, se confirmaron casos de viruela símica en Estados Unidos. La mayoría de los pacientes había tenido contacto con perros domésticos de la pradera que habían sido infectados por roedores africanos importados al país.
“Se han registrado casos esporádicos de viruela símica en otros países de África Occidental y Central. Gracias a un mayor conocimiento, cada vez son más los países que detectan y notifican casos”, señaló la OMS.
Recientemente, las autoridades británicas informaron que el primer caso se detectó el 7 de mayo. Se trata de un individuo que había viajado a Nigeria, donde se cree que contrajo la infección. Sin embargo, los otros seis pacientes se infectaron en el Reino Unido por transmisión comunitaria.
El Ministerio de Sanidad de España realizó el 18 de mayo una alerta sanitaria después de detectar los ocho posibles pacientes con viruela del mono, todos registrados en la ciudad de Madrid.
La Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid informó que en estos momentos “se encuentran en estudio en coordinación con el Centro Nacional de Microbiología, que cuentan con las técnicas necesarias para confirmar o descartar el diagnóstico”.
Las autoridades sanitarias de Portugal indicaron que los casos confirmados de la viruela del mono se trata de jóvenes del sexo masculino que presentaban lesiones ulcerosas.
¿Cómo reducir el riesgo de infección en las personas?
De acuerdo con la OMS, en los casos iniciales, la infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.
“En África se han descrito infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus”, indicó.
No obstante, la transmisión de persona a persona también es posible y puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente.
En este sentido, la organización recomienda que, ante la falta de un tratamiento o vacuna específicos, la única manera de reducir la infección en las personas es sensibilizarlas sobre los factores de riesgo y educarlas acerca de las medidas que pueden adoptar para reducir la exposición al virus.
“Las medidas de vigilancia y la rápida detección de nuevos casos son fundamentales para contener los brotes epidémicos”, aseveró la OMS.
