• Los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) presentaron Estudiar entre las ruinas, su último informe sobre la situación en las escuelas del país que deja ver las carencias que afectan la educación de los niños, niñas y adolescentes

Los niños, niñas y adolescentes en Venezuela estudian en un contexto de deficiencias que aumentan con los años y siguen sin ser atendidas por el Estado. Así lo deja ver el último informe de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), Estudiar entre las ruinas, en el cual se analizaron 56 escuelas en Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Distrito Capital, Falcón, Lara, Miranda y Zulia.

La realidad educativa que abarcó el análisis permitió conocer la situación de 32.656 estudiantes. Entre los principales hallazgos presentados este 6 de julio destacan los problemas en infraestructura (59 %), ocasionados por el desgaste natural y la falta de mantenimiento, así como obras de construcción de centros educativos sin terminar. En el 39 % de los casos las instituciones reportaron robo o hurto en las instalaciones.

Igualmente, las escuelas presentan filtraciones, techos caídos, baños inoperativos, falta de pupitres y fallas en suministro de los servicios públicos: el Internet, agua potable, aguas servidas (54 %), gas doméstico y electricidad (56 %). El Programa de Alimentación Escolar presentó fallas (55 %) relacionadas con la cantidad, calidad y frecuencia y se verificó que los alimentos de este no cubren las necesidades nutricionales de los niños.

Los contrastes entre la educación pública y la privada en el regreso a clases presenciales
Foto: Yazmely Labrador

Un país lleno de carencias en las escuelas

Hay un 66 % de déficit de docentes en instituciones públicas y su ausencia se debe a los bajos salarios, la sobrecarga de trabajo y falta de transporte público, según deja ver el informe de Cecodap. El área de ciencias es la que mayor presenta faltas en 33 instituciones. Además, ante estas faltas, en el 63 % de los casos se contrata a personal jubilado y en el 37 % a personas con o sin componente docente que dominen la especialidad educativa.

La pandemia generó un daño educativo, que se traduce en una pérdida de aprendizajes, poco desarrollo de habilidades psicosociales, compromiso del desarrollo psicomotor de los niños debido al cierre de los espacios físicos. En este contexto, los docentes deben estar debidamente formados para afrontar la pérdida de aprendizaje. Si los niños tienen retraso académico y no tienen suficientes docentes en áreas que son clave, estamos condenando a una generación de niños a no poder desarrollar el máximo potencial creativo que es el fin de la educación”, destacó el abogado y coordinador general de Cecodap, Carlos Trapani.

Otros fenómenos documentados por el informe Estudiar entre las ruinas son el cambio de colegio por falta de transporte, trabajo adolescente y migración interna por precios de gasolina; esto se observó principalmente en Miranda, Lara y Bolívar. Las deficiencias en el sistema educativo nacional han ocasionado afectaciones en los jóvenes.

Sabemos de docentes que iban a sacar agua de un pozo, de docentes que tienen que dedicar horas de educación para lavar baños e instalaciones, de padres que llevan condimentos para la preparación de alimentos en la escuela”, destacó la coordinadora de Comunicaciones de Cecodap, Vanessa Moreno.

De acuerdo con Cecodap, existen dificultades por parte de los jóvenes para adaptarse al currículo escolar, lo que ocasiona que los niños, niñas o adolescentes presenten debilidades en la escritura, la lectura y los cálculos numéricos. Ante esto, durante este periodo escolar no se identificaron planes del Ministerio de Educación para mejorar los procesos psicoeducativos.

Los docentes convierten sus casas en escuelas en medio de pandemia
Foto: EFE

Retornar a la presencialidad sin medidas de bioseguridad

El retorno a clases presenciales, el 25 de octubre de 2021, se realizó en el 73 % de los casos por órdenes del Ministerio de Educación y con un 96 % de las instituciones sin insumos de bioseguridad dotados por el Estado. También, un 28,8 % determinó que los centros educativos no recibieron lineamientos del Ministerio de Educación.

La alegría, el miedo y la frustración fueron los sentimientos que predominaron en el retorno a clases a las aulas de la comunidad educativa. A pesar de las falta de insumos para cumplir con las medidas de bioseguridad, el 84 % de los centros educativos tuvieron jornadas de vacunación contra el covid-19. En el país solo 12 % de los docentes están vacunados, según la Unesco. Además, en el 96 % de los casos, las escuelas no reciben dotaciones del Ministerio de Educación.

“Estas condiciones tan adversas comprometen la calidad del proceso educativo. El no disponer de condiciones mínimas para garantizar la presencialidad segura y digna de los estudiantes representa una vulneración al principio de prioridad absoluta reconocido en la ley”, se puede leer en el documento.

Cecodap indicó que la infraestructura de los centros educativos en el país, en su mayoría, se encuentran en mal estado, no hay suficiente transporte público para movilizar a la comunidad estudiantil a zonas lejanas, la mala alimentación no beneficia a la educación y hay un alto riesgo de decersión escolar por trabajo infantil. La situación generalizada provoca debilidades académicas en el estudiante y es un ambiente idóneo para que se promueva la violencia en las escuelas.

“También está la falta de adaptación de dos años virtuales al retorno a la presencialidad. Cuando llegamos al aula le decimos que deje el celular a un lado, pero empezamos a documentar tecnoadicción en las aulas. Es difícil competir con herramientas digitales que aún no manejan los docentes y esto se está viendo como una barrera en la educación, una barrera que no permite distribuir los contenidos o aprender los contenidos adaptados a esta realidad”, señaló Moreno.

Lila Vega: “Las escuelas no son cultivos de coronavirus”
Foto: The New York Times.

Afectar al futuro de un país

La organización alertó que no existen cifras ni datos sobre la deserción escolar. De hecho, también alertó sobre la inconsistencia en la población escolarizada, que según el Plan Victoria Bicentenaria hubo una matrícula escolar para el periodo 2021-2022 en el país de 8.763.066 estudiantes, mientras que según las cifras de la Unesco, en el país hay 8.989.863, lo que deja una diferencia de 226.797.

Las familias han fungido como sostén en algunas labores educativas que debe cumplir el Estado, pero en la mayoría de los casos no es suficiente para atender grandes poblaciones de estudiantes. Cecodap recomienda promover políticas públicas con acciones definidas, promover la seguridad y atención a las escuelas, valorar las opiniones de las familias y los niños y adolescentes, así como acompañar emocionalmente y sensibilizar a la comunidad estudiantil sobre los temas prioritarios.

A medida que el niño no tiene habilidades sociales básicas, no tiene consolidado el proceso de lectoescritura, no tiene procesamiento lógico consolidado, será un niño que tendrá comprometido su desarrollo. En las habilidades sociales hay muchas formas de aprender, pero lo que deja la escuela, su valor agregado, es en la socialización, resolución de conflictos y el reconocimiento de las emociones. El daño no es a largo plazo, es inmediato, estamos comprometiendo el capital social de un país”, dijo Trapani para El Diario.

Estados como Falcón Aragua y Bolívar registraron protestas por las condiciones de las escuelas. Para Cecodap, la educación está en riesgo en el país y la brecha crece cuando se trata de instituciones públicas y privadas, cuestión que afecta gravemente el crecimiento de los niños, niñas y adolescentes, y por ende, la generación de relevo: el futuro del país.

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