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- Desde mediados de junio se han duplicado los casos de contagios en Venezuela, mucho antes de que el régimen de Nicolás Maduro confirmara la presencia de la subvariante B.5 de ómicron. No obstante, debido a sus síntomas leves, muchas personas suelen confundirla con una gripe y evitar la atención médica
Aunque muchos consideran ya la pandemia de covid-19 como un obstáculo superado y enterrado en el pasado, la realidad es que aún sigue muy presente entre nosotros. El 16 de julio de 2022, el régimen de Nicolás Maduro confirmó la presencia en Venezuela de la subvariante ómicron BA.5 del virus, la cual ha sido responsable en las últimas semanas de un repunte de contagios en todo el mundo.
Pero incluso mucho antes de su llegada, en el país ya se experimentaba un aumento sostenido de los casos desde finales del mes de junio. De acuerdo con las estadísticas oficiales del Blog Patria, luego de meses por debajo del umbral de los 100 casos diarios, la curva de contagios fue creciendo poco a poco hasta alcanzar niveles similares a principios de 2021, con entre 300 y 500 reportes diarios. Esto sin mencionar aquellos casos que no son registrados formalmente porque los pacientes no acuden a centros de salud.
En días recientes se ha visto una cantidad significativa de personas que presentan señales de presuntos resfríos, por lo que suelen tratarse en casa. “Toda persona que tenga síntomas debe hacerse una prueba o asumir que lo tiene. Deben mantenerse, mínimo, siete días en aislamiento completo”, declaró el infectólogo Julio Castro el 4 de julio al Circuito Onda.
El profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV) advirtió que el país enfrenta un nuevo repunte de contagios, producto de la mutación de las variantes. Dada la naturaleza menos agresiva de ómicron y a la acción de las vacunas, los síntomas actualmente son tan leves que reconoce que son difíciles de diferenciar de la gripe común. A esto le añade que alrededor del 30 % de los nuevos contagios son asintomáticos.
Curva ascendente
El año 2022 inició en Venezuela con el repunte de covid-19 más grande que se había visto en la pandemia. Su máximo pico ocurrió el 29 de enero, cuando se registraron 2.934 casos de acuerdo a cifras oficiales. A partir de allí la curva volvió a decrecer, especialmente luego de aprobarse la aplicación de las dosis de refuerzo de la vacuna por parte de las autoridades sanitarias.
Salvo días puntuales, desde el mes de abril los casos habían caído a menos de 100 diarios, llegando incluso a tener jornadas con un solo contagio confirmado. Sin embargo, la situación cambió el 15 de junio de 2022, cuando el reporte oficial fue de 118. A partir de entonces mantuvo esa tendencia hasta llegar al 2 de julio, cuando los casos se duplicaron con 234. Desde entonces sigue aumentando, teniendo el 17 de julio su mayor incidencia en meses, al llegar a los 672 casos. Bastante lejos de los números de enero, pero dando una clara señal de que la subvariante B.5 podría haberse diseminado por el país antes de lo informado por los voceros del régimen.
Resulta complejo determinar qué tipo de variantes dominan actualmente en el país. Las pruebas practicadas normalmente en las clínicas no suelen informar este detalle, mientras que las autoridades suelen englobar en sus reportes todos los casos, sin hacer una distinción entre posibles tendencias epidemiológicas o mutaciones del virus.
En cuanto al número de fallecidos, las vacunas han cumplido su propósito de reducir la mortalidad del coronavirus. Desde el mes de febrero, cuando se presentó un pico de 11 muertos en un día, las cifras se han mantenido estables incluso a pesar del repunte de contagios, con entre uno y dos decesos diarios.
Gabinete contagiado
Una prueba del repunte de contagios se evidencia en el propio seno del régimen. El 21 de julio, Nicolás Maduro informó que al menos la mitad de su gabinete ministerial estaba infectado de covid-19. Un día antes, comentó también que la vicepresidenta Delcy Rodríguez estaba de reposo por ese motivo.
Otros contagiados han sido Jorge Rodríguez, hermano de Delcy, y presidente de la Asamblea Nacional afín al oficialismo. Por ese motivo, las sesiones parlamentarias quedaron suspendidas durante esa semana. Misma suerte corrió el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava.
Los políticos venezolanos no son los únicos. Ese mismo día, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, informó que había dado positivo para covid-19. Días después, confirmó que se trataba de la variante ómicron B.5. A finales de junio ocurrió lo mismo con el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, mientras que el de Uruguay, Luis Lacalle Pou, se perdió la Cumbre de las Américas a principios de ese mes por estar bajo aislamiento.
Aumento mundial
Entre el 4 y 10 de julio de 2022 se registraron 5,7 millones de nuevos casos de covid-19 en el mundo. Desde la aparición de los sublinajes B.4 y B.5, el ómicron volvió a estar en los titulares al elevar un 6 % la incidencia de contagios. Entre los países más afectados están Francia, Estados Unidos, Italia, Alemania y Brasil.
Ambas versiones son consideradas como las más contagiosas en la historia del coronavirus. Esto les ha permitido infectar a personas que hasta ahora jamás se habían enfermado por el virus, mientras que otras pueden reinfectarse con mayor facilidad. Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sospechan incluso que puede afectar a personas vacunadas.
No obstante, los gobiernos del mundo no tienen planes de volver a los tiempos de restricciones y cuarentena. De hecho, la OMS ha confirmado que esta subvariante es menos mortal que las anteriores, y sus síntomas realmente pueden equipararse a los de una gripe. A pesar de esto, indican que no se debe bajar la guardia, por lo que es necesario avanzar en la aplicación de dosis de refuerzo de la vacuna para mejorar la respuesta inmunológica.
