• La generación que actualmente está llegando a la edad adulta enfrenta nuevos desafíos, a veces desmoralizantes. Los expertos ofrecen herramientas para enfrentar la “crisis del cuarto de vida” | Ilustración de Matt Chase

Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota What Psychologists Want Today’s Young Adults to Know, original de The New York Times.

Satya Doyle Byock, una terapeuta de 39 años de edad, ha notado un cambio sustancial, en los últimos años, en los jóvenes que acuden a su consulta: personas ansiosas y agobiadas de entre 20 y 30 años de edad. Llegan desconcertados y sin rumbo sintiendo constantemente que algo anda mal.

“La ansiedad paralizante, la depresión, la angustia y la desorientación son sin duda la norma”, escribe Byock en la introducción de su nuevo libro Crippling anxiety, depression, anguish, and disorientation are effectively the norm (Cuarto de vida: la búsqueda de uno mismo durante la adultez temprana, en español). El libro emplea anécdotas del trabajo de Byock para delinear los obstáculos que enfrentan los adultos jóvenes de la actualidad, de entre 16 y 36 años de edad, y cómo lidiar con eso.

Al igual que la mediana edad, el cuarto de vida puede tener su propia crisis: dejar de depender de sus padres o cuidadores y forjar un sentido de sí mismo supone un gran reto. Pero la generación que actualmente llega a la edad adulta enfrenta nuevos desafíos, a veces desmoralizantes.

Muchos jóvenes de hoy en día luchan para pagar la universidad o deciden no asistir, y la “crisis existencial” que tenían después de graduarse, cada vez está llegando mucho antes, explicó Angela Neal-Barnett, profesora de psicología en la Universidad Estatal de Kent, quien ha estudiado la ansiedad en jóvenes. “Nos hemos visto limitados por ese mito de que te gradúas de la universidad y comienzas tu vida”, indicó. Byock comentó que sus clientes jóvenes a menudo se encontraban en un estado de adolescencia prolongada, esto al no seguir el patrón social de generaciones anteriores (graduarse de la universidad, casarse, formar una familia).

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De hecho, según una reciente encuesta online realizada por Credit Karma, una plataforma de finanzas personales, casi un tercio de los adultos de la Generación Z viven con sus padres u otros familiares y planean quedarse así. Muchos se encuentran tan sumidos en las preocupaciones monetarias del día a día, desde la incesante crisis de la deuda estudiantil hasta el aumento general de los precios, que se sienten incapaces de considerar lo que quieren para sí mismos a largo plazo. Esa parálisis a menudo se ve exacerbada por la creciente ansiedad climática y la pandemia de varios años que ha enlutado a muchos jóvenes por la pérdida de familiares y amigos, o cosas menores como dejar de tener la tradicional experiencia universitaria o comenzar un primer trabajo presencial.

Varios expertos coinciden en que las personas que llegan a la edad adulta necesitan una guía clara para enfrentar los problemas. Estos son sus mejores consejos sobre cómo sortear la crisis del cuarto de vida.

Toma tu salud mental en serio

“Reserva tiempo para ser egoísta”, dijo la doctora Neal-Barnett, quien también es autora de Soothe Your Nerves: The Black Woman’s Guide to Understanding and Overcoming Anxiety, Panic and Fear (Controla tus nervios: la guía de la mujer afroamericana para comprender y superar la ansiedad, el pánico y el miedo, en español). Ella recomienda programar recordatorios para examinar aproximadamente cada tres meses en qué parte de tu vida te encuentras y si te sientes estancado o insatisfecho. A partir de ahí, dijo, puedes comenzar a identificar los aspectos que deseas cambiar.

Byock sugiere ponerle importancia a lo que te llama la atención por naturaleza y no considerar tus intereses como algo estúpido o sin sentido. Tal vez hay un lugar que siempre has querido visitar o un idioma que has querido aprender; quizás quieras tener un nuevo hobby o investigar una parte de tu historia familiar. “Empieza a darle a tu propia vida interna el respeto que se merece”, afirmó.

Sin embargo, hay una diferencia entre el interés propio y la autoindulgencia, explicó Byock. Investigar y preguntarte quién eres requiere trabajo. “No se trata solo de elegir las etiquetas y listo”, dijo.

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Sé paciente

“Algunas personas todavía están encerradas en la idea de que te conviertes en un adulto cuando tienes 18 años de edad y que deberías estar preparado para eso”, dijo Jeffrey Jensen Arnett, investigador de la Universidad de Clark, quien estudia la psicología de la edad adulta joven. “No sé si eso alguna vez tuvo sentido, pero ciertamente no lo tiene ahora”.

Los quarterlifers (personas que están en el cuarto de vida) pueden sentir la presión de estar corriendo en cada paso de sus vidas, dijo Byock, anhelando la sensación de éxito por haber completado una tarea, pero aprender a escucharse a uno mismo es un proceso que dura toda la vida. En lugar de buscar soluciones rápidas, dijo, los adultos jóvenes deberían pensar en objetivos a más largo plazo: comenzar una terapia que se extienda más allá de unas pocas sesiones, desarrollar hábitos saludables de nutrición y ejercicio, así como trabajar la autosuficiencia.

“Sé que parece algo absurdamente grande y de gran alcance”, dijo. “Pero nos permite movernos por la vida, en lugar de solamente ‘marcar las casillas y hacerlo bien'”.

Pregúntate qué hace falta

Byock también recomendó hacer un balance de tu vida cotidiana y observar en qué parte está faltando algo. Ella agrupa a los quarterlifers en dos categorías: los de “estabilidad” y los de “significado”.

Los “estabilidad” son vistos por otros como sólidos y estables. Priorizan la sensación de seguridad, tienen éxito en sus carreras y pueden dedicarse a formar una familia. “Pero hay una sensación de vacío y una sensación de tener que fingir”, dijo. “Piensan que de eso solamente no se puede tratar la vida”.

En el otro extremo del espectro están los de “significado”, quienes son típicamente artistas; tienen intensas pasiones creativas, pero les cuesta mucho hacerle frente a las tareas del día a día, dijo Byock. “Para estas personas hacer lo que la sociedad espera es abrumador y choca con su propio sentido de identidad. Parece que están tambaleándose constantemente”, dijo. “No pueden entenderlo del todo”.

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Pero ser un quarterlife implica convertirse en una persona completa, señaló Byock, y ambos grupos (estabilidad y significado) necesitan absorber las características del otro para equilibrarse. Los tipos de estabilidad necesitan pensar en cómo darle a sus vidas un sentido de pasión y propósito; mientras que los de significado necesitan encontrar seguridad, tal vez comenzando con una rutina constante que pueda anclar y explotar la creatividad.

Aplica el canal Yoda

Ese proceso de improvisar la autocomprensión puede parecer inútil en un mundo inestable, reconoció Byock, y muchos jóvenes están abrumados por el estado actual del mundo.

Ella recurre a quizás la inspiración prototípica para mantener la calma dentro del caos: Yoda. El maestro jedi es “una de las pocas imágenes que tenemos de cómo puede ser sentirse tranquilo en medio del dolor extremo y el apocalipsis”, dijo Byock. Incluso cuando parece haber poca estabilidad externa, agregó, los que viven el cuarto de vida pueden intentar crear su propia estabilidad.

El doctor Gregory Scott Brown, psiquiatra y autor de The Self-Healing Mind (La mente autosanadora, en español), dijo que establecer hábitos que ayuden a conectarse consigo mismo como un adulto joven es fundamental porque los periodos de transición nos hacen más susceptibles al agotamiento. Sugiere crear un conjunto de herramientas de prácticas de cuidado personal, como hacer un balance regular de las cosas por las que uno está agradecido, respirar de forma controlada, mantener una nutrición saludable y rutinas de ejercicio. “Estas son técnicas que pueden ayudarte a encontrar claridad”, dijo.

No tengas miedo de un gran cambio

Es importante identificar qué aspectos de tu vida puedes modificar, dijo. Brown. “No puedes cambiar a un jefe molesto”, dijo, “pero podrías planear un cambio de carrera”. Es más fácil decirlo que hacerlo, reconoció, y los adultos jóvenes deben sopesar los riesgos de continuar viviendo en su statu quo (quedarse en su ciudad natal o continuar en una carrera que no los apasiona) con los beneficios potenciales de probar algo nuevo.

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A pesar de su confusión y las limitaciones, el cuarto de vida suele ser “la etapa más libre de toda la vida”, aseguró Arnett. Los adultos jóvenes pueden tener más facilidad para mudarse a una nueva ciudad o comenzar un nuevo trabajo que sus contrapartes mayores.

Ten en cuenta cuándo debes llamar tus padres y cuándo a ti mismo

Quarterlife consiste en el viaje de la dependencia a la independencia, explicó Byock: aprender a confiar en nosotros mismos, después de -para algunos- crecer en una cultura de padres helicópteros (sobreprotectores y controladores) y dinámicas familiares prácticas.

Pero incluso si todavía vives en la habitación de tu infancia, dijo Byock, hay formas en las que la relación con tus padres puede evolucionar, ayudándote a forjar una mayor independencia. Eso puede implicar hablar sobre la historia familiar y los recuerdos del pasado o hacer preguntas sobre la educación de tus padres. “Estás haciendo la transición de una relación de jerarquía a una de amistad”, señaló. “No se trata solo de alejarse o de distanciarse físicamente”.

Cada cuarto de vida generalmente tiene un momento en el que sabe que necesita alejarse de sus padres y enfrentar los obstáculos por su cuenta, señaló la psicóloga Byock. Para ella, ese momento se produjo después de una ruptura a mediados de sus 20 años de edad. Llamó a su madre llorando en medio de la noche y esta se ofreció a visitarla para ayudarla. Byock estuvo tentada, pero se negó. “Se sintió tan bien que ella se ofreciera a venir a rescatarme, pero también supe en ese mismo momento que tenía que hacer esto por mi cuenta”, recordó Byock. Pero eso no significa que no puedas, o no debas, seguir dependiendo de tus padres en momentos de crisis, dijo. “No creo que se trate solo de no volver a necesitar a los padres”, indicó. “Pero se trata de hacer el trabajo sutil dentro de uno mismo para saber: este es un momento en el que necesito valerme por mí solo”.

Traducido por José Silva

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