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- “No tenía duda de que me convertiría en la octava novia en usar el vestido”, afirmó Serena Stoneberg Lipari, de 27 años de edad. Foto: cortesía de Julie Frank Mackey
Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota 1 dress, 8 weddings: Brides in this family have worn the same gown for 72 years, original de The Washington Post.
Adele Larson Stoneberg se probó un vestido de novia de satén blanco en los grandes almacenes Marshall Field en el centro de Chicago y decidió que ese vestido, que costaba 100 dólares, era el indicado para ella.
Era perfecto para una novia en 1950 y lo siguió siendo en la mayoría de las décadas siguientes.
Primero, Stoneberg se lo prestó a sus dos hermanas para sus bodas. Después, a medida que pasaron los años, su hija y sus tres sobrinas le preguntaron si podían usarlo cuando caminaran por el altar.
Y este mes, 72 años después de que Stoneberg se casara en la Iglesia Luterana Ebenezer, su nieta Serena Stoneberg Lipari usó el mismo vestido en la misma iglesia de Chicago para su boda el 5 de agosto.
La abuela de Serena ya falleció, pero distintas mujeres de la familia que estaban en la boda (una tía, sus tías abuelas y varias primas) se habían turnado para usar el vestido clásico de Adele.
“Cuando comencé a caminar por el altar y pensé en mi abuela también usando el mismo vestido, la emoción me invadió”, expresó Lipari. “Sentí una conexión especial con ella el día de mi boda”.
La tradición del vestido de novia de la familia Stoneberg comenzó cuando Adele Larson, de entonces de 21 años de edad, se comprometió con Roy Stoneberg en 1950. Ella fue con su madre, Anna Larson, a la tienda de novias del octavo piso en Marshall Field’s para probarse vestidos.
“El vestido que eligió estaba bien hecho y era atemporal”, explicó la hermana de Adele, Eleanor “Elly” Larson Milton, de 90 años de edad, quien fue la dama de honor en la boda.
“Es un vestido muy clásico, con un hermoso corpiño, cuello mandarín y muchos botones”, agregó. “Cuando tocas ese satén de alta calidad, te das cuenta de que está muy por encima del promedio”.
Cuando llegó el momento de que Milton se casara en Chicago en 1953, sabía exactamente lo que quería ponerse.
“Mi madre cuidó muy bien el vestido y lo guardó en una caja hermética”, dijo. “Nunca me pasó por la mente no ponérmelo. Era perfecto en todos los sentidos”.
Después de la boda de Milton, limpiaron profesionalmente el vestido y lo guardaron, esa vez durante 16 años.
La hermana de Milton, Sharon Larson Frank, decidió desenvolverlo y continuar con la tradición familiar en 1969, cuando se casó con John Frank.
“Nuestra madre nunca nos dijo que teníamos que usar el vestido, simplemente fue una tradición que evolucionó”, detalló Sharon, de 77 años de edad.
“Es un vestido tradicional y todas podíamos adaptarlo con algunos ajustes menores”, dijo. “Cuando mi mamá se ofreció a llevarme a comprar otro vestido, inmediatamente le dije: ‘No, me gustaría usar este’”.
Después de la boda, el vestido volvió a guardarse hasta que la hija de Adele Stoneberg, Sue Stoneberg McCarthy, se casó con Robert McCarthy en 1982.
Sue, quien ahora tiene 66 años de edad, comentó que agregó sus propios toques menores para que el vestido fuera suyo.
“Todas teníamos nuestros propios velos, ramos y joyas, y nuestras personalidades individuales brillaron cuando caminamos por el altar el día de nuestra boda”, indicó.
“Usar ese hermoso vestido en mi día especial me hizo sentir cerca de mi madre y de mis tías”, confesó Sue.
En 1990, el vestido se sacó cuidadosamente de su caja por quinta vez para que la hija de Eleanor Milton, Carole Milton Zmuda, pudiera usarlo en su boda con Lawrence Zmuda.
Ella confesó que había admirado ese vestido durante mucho tiempo desde que fue la niña de las flores en la boda de su tía Sharon.
“Decidí desabotonar el escote, pero por lo demás estaba perfecto”, comentó Carole, de 61 años de edad, quien ahora vive en Great Falls, Virginia.
“Si miro al pasado, siempre tuve la sensación de que iba a usar ese vestido”, aseguró.
Su hermana Jean Milton Ellis fue la siguiente en lucirlo, en su boda en 1991, con Tom Ellis.
Jean, de 66 años de edad, de Westford, Massachusetts, dijo que tiene buenos recuerdos de reuniones con su abuela, tías y primas para comer sándwiches de pavo y pastel de Frango Mint, en Walnut Room, en Marshall Field’s antes de que Macy’s comprara la tienda en 2006.
“Me sentí honrada y privilegiada de usar el hermoso vestido (de mi tía Adele)”, dijo Jean, quien detalló que su tía murió unos tres años antes de su boda.
“Crecí viendo fotos de mis familiares con el vestido, así que estaba orgullosa de yo hacer lo mismo”, comentó. “Es (un vestido) tan clásico actualmente como lo era en 1950”.
Su prima, Julie Frank Mackey, se convirtió en la séptima novia en ponerse el vestido de satén, en 2013, para su boda con Tom Mackey.
“Todas hemos tenido la suerte de que nos queda bastante bien a cada una”, agregó. “El vestido conecta profundamente a todas las mujeres de nuestra familia”.
Fue un momento emotivo este mes ver a su prima Serena caminar por el mismo pasillo en la misma iglesia en la que se habían casado su madre y sus tías, comentó.
“Todas las que se han casado con el vestido han tenido un matrimonio saludable y duradero, por lo que nos gusta pensar que trae buena suerte”, dijo Mackey. “Esperamos continuar preservando el vestido, y la tradición, durante muchas bodas más”.
Si el vestido de novia se usa durante otros 72 años, eso puede deberse en parte al esfuerzo de su madre, quien se ha encargado de limpiar, cuidar y guardar la pieza adecuadamente.
Ella dijo que hay muchas mujeres jóvenes en la familia que podrían casarse en el futuro.
“Por supuesto, no se les exigirá que usen el vestido”, dijo Larson Frank con una sonrisa. “No queremos que sientan presión”.
Pero si usan el vestido de novia de la familia, probablemente deberán comprar, o quizás pedirán prestado, un vestido de recepción de bodas.
“Ahora tenemos una regla no escrita de que nadie usa el vestido (de la familia) para recepción (de bodas)”, dijo Larson Frank. “Para evitar que se manche”.
