• Este hábito suele ser más desagradable de lo que se cree

Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota Nose picking: The health reasons you shouldn’t indulge in it, original de The Washington Post.

Eres consciente de que lo haces, ¿verdad?

Todos nos hurgamos las narices, ya sea que estemos en confianza con nuestra pareja o solos donde nadie nos ve. Es una práctica que también hacen otros primates.

El estigma social sobre hurgarse la nariz está muy extendido. Entonces, ¿qué deberíamos hacer con nuestros mocos?

Como científicos, hemos investigado los contaminantes ambientales -en nuestros hogares, nuestros lugares de trabajo y nuestros jardines- por lo que tenemos una idea de lo que realmente tienes atascado allí cuando insertas tus dedos en tus orificios nasales.

¿Qué contiene un moco?

El hurgarse la nariz es un hábito natural: los niños que aún no han aprendido las normas sociales se dan cuenta desde el principio de que el dedo índice cabe perfectamente en la fosa nasal.  Pero hay mucho más que mocos ahí dentro.

Durante los aproximadamente 22.000 ciclos de respiración por día, el material que forma los mocos construye un filtro biológico crítico para capturar el polvo y los alérgenos antes de que penetren en nuestras vías respiratorias, donde pueden causar inflamación, asma y otros problemas pulmonares a largo plazo.

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Las células en el conducto nasal, llamadas células caliciformes (denominadas así por su apariencia de copa) generan mocos para atrapar virus, bacterias y el polvo que contiene sustancias potencialmente dañinas como plomo, asbesto y polen.

La mucosidad nasal, sus anticuerpos y enzimas son el sistema de defensa inmunitario de primera línea del cuerpo contra las infecciones.

La cavidad nasal también tiene su propio microbioma.  A veces, estos microorganismos pueden verse alterados, lo que provoca diversas afecciones como la rinitis.  Pero, en general, los microbios de nuestra nariz ayudan a repeler a los invasores, combatiéndolos en un mucoso campo de batalla.

El polvo, los microbios y los alérgenos que se atrapan en la mucosidad posteriormente se ingieren a medida que la mucosidad gotea por la garganta.

Esto, por lo general, no es un problema, pero puede incrementar la exposición ambiental a algunos contaminantes.

Por ejemplo, el plomo, una neurotoxina que prevalece en el polvo doméstico y en la tierra de los jardines, ingresa al cuerpo de los niños de manera más eficiente a través de la ingestión y la digestión. Por lo tanto, podría empeorar las exposiciones tóxicas ambientales si inhala o come mocos en lugar de exhalarlos.

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¿Qué dice la ciencia sobre los riesgos de hurgarse la nariz?

El estafilococo dorado (Staphylococcus aureus, a veces abreviado como S. aureus) es un germen que puede causar una variedad de infecciones leves a graves.  Los estudios muestran que este germen a menudo se encuentra en la nariz (a esto se le llama el “transporte nasal”).

Un estudio descubrió que hurgarse la nariz está asociado con el transporte nasal del S. aureus, lo que significa que hurgarse la nariz podría ser causal en ciertos casos. Cambiar el hábito de hurgarse la nariz podría ayudar a la descolonización de S. aureus.

Hurgarse la nariz también podría estar asociado con un mayor riesgo de transmisión del estafilococo dorado hacia las heridas, donde representa un riesgo más grave.

A veces, los antibióticos no son efectivos contra el estafilococo dorado.  Un artículo señaló que la creciente resistencia a los antibióticos exige que los médicos evalúen los hábitos de los pacientes de hurgarse la nariz y los eduquen sobre formas efectivas de prevenir las prácticas de llevarse el dedo a la nariz.

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Meterse los dedos en la nariz también podría ser un vehículo para la transmisión de Streptococcus pneumoniae, una causa común de neumonía entre otras infecciones.

En palabras simples, meterse un dedo en la nariz es una excelente manera de introducir más gérmenes en nuestro cuerpo o esparcirlos por nuestro entorno a través del dedo con moco.

También existe el riesgo de perforaciones y abrasiones dentro de las fosas nasales, lo que puede permitir que las bacterias patógenas invadan nuestro cuerpo.  Hurgarse compulsivamente la nariz hasta el punto de autolesionarse se llama rinotillexomanía.

¿Qué más debemos saber?

Algunas personas se comen los mocos (el término técnico es mucofagia, que significa “alimentación con moco”). Además de que es una práctica desagradable, hacerlo significa ingerir todos esos gérmenes unidos a la mucosidad, metales tóxicos y contaminantes ambientales inhalados que mencionamos anteriormente.

Otras personas se los limpian con el objeto más cercano que encuentren, un pequeño regalo que alguien más descubrirá más tarde. Es algo asqueroso y una excelente manera de propagar gérmenes.

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Los más higiénicos usan un pañuelo y luego lo desechan en un bote de basura o en el inodoro. Esa es probablemente la opción menos mala si necesitas sacar tus mocos. Solo asegúrate de lavarte las manos con mucho cuidado después de sonarte o hurgarte la nariz, pues hasta que la mucosidad se haya secado por completo, los virus infecciosos pueden permanecer en las manos y dedos.

No hay consejo en el mundo que te impida meterte los dedos en la nariz

A escondidas, en el carro o usando servilletas, es algo que todos hacemos.  Y dicho sea de paso, es muy satisfactorio.

Pero honremos el trabajo incansable realizado por nuestras notables narices, así como por las mucosidades y cavidades sinusales (¡qué maravillosas adaptaciones biológicas!) y recordemos que se esfuerzan por protegernos.

Tu nariz está trabajando horas extras para mantenerte saludable, así que no le hagas el trabajo más difícil atascando tus dedos sucios allí.  Sopla discretamente, desecha el pañuelo cuidadosamente y lávate las manos después.

Traducido por José Silva

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