• El reportero Jesús Salazar informó que la energía eléctrica fue suspendida en el municipio Bruzual de manera preventiva. Hasta el momento, no se registran fallecidos. Foto: Luis Marcano

Al menos 4.000 personas fueron afectadas el viernes 21 de octubre por el desbordamiento del río Unare, en Anzoátegui, debido a las constantes lluvias.

El reportero Jesús Salazar confirmó en una entrevista a Unión Radio que los sectores más afectados son Guanape, Onoto y Clarines, en los que se contabilizaron 7.000 viviendas destrozadas.

De acuerdo con Salazar, los equipos de rescate activaron refugios para trasladar a las víctimas de las inundaciones. En el sector de Clarines, habilitaron la escuela Monseñor Arturo Álvarez, el liceo Dr. José Rafael Domínguez y en la sede de la Alcaldía del municipio Bruzual. En el caso de la parroquia Onoto, municipio Cajigal, la alcaldía habilitó un geriátrico.

Advirtió que aunque el río no ha vuelto a su cauce, varias de las familias quieren volver a sus viviendas. “Muchos quieren volver a pesar de que la mayoría ha perdido parte de sus enseres, sus cosechas”.

Consecuencias de las fuertes precipitaciones

El periodista aseguró que son “incontables” las pérdidas en los sectores agrícolas y la muerte de decenas de ganado. Recordó que la zona oeste del estado Anzoátegui es reconocida por su productividad en frutas y hortalizas.

“Productores y ganaderos hasta la fecha no tienen la posibilidad de contabilizar cuántas cosechas han perdido y cuánto bovino ha fallecido producto de las inundaciones”, señaló.

Otra de las consecuencias de las constantes precipitaciones fue el cierre de la Carretera Troncal 9, lo que incrementó el tráfico y obliga a los conductores a desviarse por la vía de Aguas Calientes. “Esta vía está muy deteriorada”, confirmó.

Agregó que las clases fueron suspendidas y la energía eléctrica fue interrumpida de manera preventiva en el municipio Bruzual. Hasta el momento, no se registran fallecidos ni heridos.

Poca capacidad de respuesta

Por su parte, el gobernador de Anzoátegui, Luis José Marcano, admitió el jueves 20 de octubre que los destrozos superan las capacidades de respuesta de las autoridades.

“De las 7.000 viviendas entre las poblaciones de Clarines y Onoto, estimamos que un 10 % han sufrido inundaciones, la mayoría de las familias han decidido alojarse en residencias de familiares y amigos, mientras que casi 300 personas las tenemos atendidas en refugios”, afirmó en su cuenta de Instagram.

Agregó que 2.000 funcionarios fueron enviados a la zona oeste del estado Anzoátegui para distribuir 40 toneladas de alimentos.

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