• El Banco de Desarrollo de América Latina organizó el Foro Voces por la Equidad, que reunió a seis mujeres destacadas en el campo del arte. Igualmente, se anunció la convocatoria para el primer Concurso de Arte Contemporáneo Creadoras, enfocado en visibilizar el trabajo de artistas venezolanas en todas sus expresiones

A lo largo de la historia, las mujeres han tenido un papel destacado en diferentes ámbitos como la literatura, la ciencia y, por supuesto, el arte. Sin embargo, sus contribuciones han sido también de una sistemática invisibilización por parte de una sociedad que normativamente suele centrar los reflectores solo en los hombres. Ejemplos hay muchos: desde escritoras que debieron usar seudónimos masculinos para ser tomadas en cuenta por la crítica, pintoras que fueron barridas deliberadamente bajo la alfombra de los libros de historia, o cuyos créditos fueron robados por sus maestros o allegados.

Esta invisibilización del rol de la mujer en el arte persiste incluso en el siglo XXI. Desigualdad de oportunidades, inequidad de salarios, pero con la diferencia de que ahora muchas se niegan a quedar relegadas al anonimato. Por ese motivo, el 27 de octubre se celebró el I Foro Voces por la Equidad en el auditorio del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF. El evento fue organizado por la institución junto a la galería GBG Arts y Volante Studio. 

Su propósito fue crear un espacio para mostrar el trabajo de seis mujeres que, desde sus diferentes estilos y visiones, han aportado una perspectiva diferente al campo de las artes. Igualmente, compartieron sus ideas y  acciones para reducir las brechas de género entre ambos sexos en sus campos de acción. El foro contó con la moderación de la exministra de la Mujer de Paraguay y actual gerente de Género, Inclusión y Diversidad de CAF, Ana María Baiardi. “Todo lo neutro nos invisibiliza. Tenemos que darle rostro de mujer al arte”, señaló.

Sus panelistas fueron: la presidenta de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), Mercedes Múñoz; las artistas plásticas Palmira Correa y Malu Valerio; la artista de cestería indígena Dawa Yekwana; la productora de cine Claudia Lepage y la curadora de arte Carmen Hernández.

Concurso

Artistas venezolanas unieron sus voces por la equidad y la visibilización
Foto: Cortesía José Gregorio Hernández

El foro sirvió también como acto para el lanzamiento del proyecto Creadoras. Precisamente busca pasar de la denuncia a la acción, tomando la batuta de servir como plataforma para proyectar su trabajo desde la pluralidad. Bajo esa premisa, anunciaron la convocatoria para la primera edición del Concurso de Arte Contemporáneo Creadoras. Está abierto para todas las mujeres mayores de edad que hagan vida en la comunidad artística venezolana y sean residentes en el país.

El certamen abarca todas las disciplinas artísticas, agrupadas en dos categorías. La primera será de arte general, y comprende dibujo, pintura, grabado, escultura, fotografía, instalaciones, performance, videoarte, arte sonoro, digital y net art, además de nuevos medios y técnicas mixtas. Por su parte, la segunda categoría será de arte utilitario, enfocado en cerámica, diseño y artesanía.

Las inscripciones comenzaron el 27 de octubre y cerrarán a la medianoche del 5 de marzo de 2023. El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se anunciarán a las artistas seleccionadas. Estas finalistas podrán mostrar sus obras en una exposición colectiva a finales de mayo, en un acto donde se proclamarán también a las ganadoras. En la categoría de arte general, habrá un primer premio de 5.000 dólares y de 3.000 para el segundo lugar. En el caso de la categoría de arte utilitario también se premiarán por los mismos montos. Igualmente, las cuatro obras galardonadas serán incorporadas a la colección de arte de la CAF.

Leer más  ¿Cuál es el proceso para solicitar la visa por matrimonio en Estados Unidos?

Para participar, las aspirantes deberán registrarse en el formulario de la página web del concurso. Allí deben consignar la ficha técnica y descripción de la obra, o una maqueta, en caso de ser instalación o performance. También deben enviar una foto personal en alta resolución, así como de la obra. Finalmente, deben anexar un resumen curricular de su trayectoria, de máximo tres cuartillas en formato PDF. En el mismo portal pueden consultarse todos los detalles sobre las bases y requisitos de las obras.

Educación

El Foro Voces por la Equidad comenzó con la intervención de Mercedes Múñoz, quien es educadora especializada en salud sexual. Además es la creadora del proyecto Por Nosotras, que funciona como un observatorio de la violencia obstétrica en Venezuela. Además, ofrece diplomados a trabajadoras del sector salud para aplicar el enfoque de género en la atención médica.

Múñoz reconoció que si bien su trabajo está más centrado en la educación y concientización de la población, no deja de ser ajeno al arte. Ella misma estuvo involucrada en el mundo de la danza y el teatro antes de dedicarse de lleno a Avesa, organización fundada por su madre hace 38 años. Señala que al momento de hablar sobre sexualidad saludable, lo más importante es liberarse de los prejuicios y pudores. Es decir, dejar de ver el sexo como un problema. Y allí el arte cumple un rol fundamental.

“La resistencia desde lo intelectual para hablar de estos temas es muy grande. Pero cuando entramos con la imagen, la experiencia y el lenguaje del inconsciente y de la expresión, entonces eso se transforma”, dijo.

Por eso ha trabajado en las comunidades con adolescentes en la creación de videos educativos donde pueden tener la experiencia de dirigir una producción audiovisual, mientras aprenden a ser responsables de sus cuerpos. Esto para Múñoz es clave, pues señala que actualmente la educación convencional en Venezuela sigue anclada en viejos tabúes que ven la sexualidad desde lo represivo, incluso pecaminoso, y donde todavía persiste el temor de hablar sobre el tema libremente con adolescentes en pleno desarrollo.

“Toda educación sexual que apunte a que los seres humanos pueden tomar decisiones de acuerdo con su propio criterio y a sus propias necesidades, es una educación sexual alternativa”, comentó.

Superación

Artistas venezolanas unieron sus voces por la equidad y la visibilización
Foto: Cortesía José Gregorio Hernández

El segundo punto estuvo a cargo de la artista popular Palmira Correa. Nacida en Cumaná, desarrolló temprano una condición médica que afectó su movilidad, reduciendo su capacidad para utilizar las manos. Sin embargo, ya en la adultez emprendió el camino del arte. Al principio lo hizo como una forma de terapia, aunque con el tiempo decidió dedicarse por completo a la pintura. “Yo quería ser más de lo que estaba haciendo”, relató.

Leer más  Motorizados de la empresa Yummy Rides protestaron en Caracas por mejoras laborales

Con 40 años de trayectoria artística, se ha especializado en el arte naif, que es una corriente que se caracteriza por el uso de colores vivos, y donde prima la espontaneidad de un arte creado de forma autodidacta. Esto le ha llevado a ganar importantes eventos como el Premio Municipal de Pintura de Maracay o el Premio de Arte Popular de Calabozo, estado Guárico. Sus obras también han viajado a exposiciones en Turquía, Polonia y Argentina. Este año marcó un hito en su carrera, cuando fue elegida como representante de Venezuela en la 59° Bienal de Arte de Venecia. Algo que para ella fue honor, pero donde también confesó que sufrió comentarios despectivos por parte de otros venezolanos del medio.

“Mucha gente dijo qué vergüenza, porque una artista popular va a representar a Venezuela, nunca se había llegado a eso. Ahí es donde se ve la desigualdad, pero yo estoy muy orgullosa por la bienvenida que me dio allá la gente de todos los países y que felicitaron”, acotó. 

Lucha

El foro continuó con una disertación de Malu Valerio, artista visual que convierte los textiles en el medio de expresión de su activismo. “A través del teñido con tintes vegetales y minerales que yo entiendo como una pintura, he hallado un espacio propio para fundar nuevas relaciones que inician en mi historia personal y se expande a la experiencia de otras mujeres”, afirmó. Esa narrativa personal, que parte de su experiencia como hija de agrónomos en constante mudanza, hizo que describiera su arte como uno marcado por el cambio, el movimiento y la adaptación.

La obra tiene como foco la lucha contra cualquier forma de opresión o control, bien sea representado en el sexismo, el racismo, el clasismo o la explotación. En 2018 presentó su exposición La persistencia de lo invisible, donde hace un estudio de la feminidad y su invisibilización en el espacio doméstico, el desplazamiento y el auto silencio. Un año 2019 inauguró La regla de la segunda orden, un libro textil que definió como un objeto ceremonial, y que cuenta la historia de 12 migrantes venezolanas que fueron víctimas de feminicidios. Este trabajo ganó el XV Premio Eugenio Mendoza. “Desde 1981 solo ha premiado a cinco mujeres, lo que representa poco menos de un tercio del total de artistas que ha recibido ese reconocimiento.

Relata que en 2018 conoció a la abogada y activista Linda Loaiza, con quien trabajó con el proyecto Morada, refugio y encierro. Loaiza fue secuestrada en 2001 por Luis Carrera Almoina, apodado después como El monstruo de Los Palos Grandes. Durante meses estuvo cautiva en un apartamento del municipio Chacao, donde fue objeto de múltiples violaciones, torturas y abusos por parte de su agresor. A pesar de esto, hasta la actualidad su caso aún no ha tenido resolución en el sistema judicial venezolano, lo que le ha llevado a una larga lucha para hallar justicia y visibilizar las historias de otras mujeres.

Trabajar con Linda Loiza significó para mí el tejido de una intensa relación con el arte, donde el cuerpo de Linda es el territorio explotado, devastado y luego reconstruido por la fuerza de su voluntad, y através del cual veo ahora con claridad cómo opera la violencia machista cuando asume la propiedad de un territorio cuerpo. Y cómo es posible resignificar el dolor más profundo que se puede imaginar a través de la consciencia de sí misma y la negación a ser invisibilizada y apartada de toda experiencia de vida y libertad”, detalla.

Florecimiento

Artistas venezolanas unieron sus voces por la equidad y la visibilización
Foto: Cortesía José Gregorio Hernández

Dawa Yekwana es la líder de la Asociación de Mujeres Yekuanas Tejedoras. También es la fundadora de Adonis de las Mujeres Yekuanas Emprendedoras, organización que agrupa a artesanas de 22 comunidades indígenas en el estado Bolívar. Luego de recibir una visita de voluntarios de las fundaciones Finatura y Tierra Viva, así como un financiamiento por parte de la Unión Europea, Dawa emprendió no solo un proyecto de cestería bajo las técnicas ancestrales de su pueblo, sino también una lucha para empoderar a las mujeres cesteras en el comercio de sus productos a precios justos.

Leer más  Declararon ley seca en Venezuela: ¿hasta cuándo estará vigente la medida?

Aprendió a hacer cestas a los nueve años de edad por su bisabuela, como parte de una tradición que se transmite de generación en generación. “El tejido era mi juguete, no había otra más que lo que la naturaleza te brinda. Ella me decía que si yo no aprendía el tejido, no sabría vivir la vida con sabiduría y resolver muchas cosas que me podrían pasar. Entonces eso es lo que estoy haciendo ahora, tejiendo la vida y la paz conmigo misma. Y sobre todo, tejiendo la estabilidad de que pueda vivir más en el futuro el pueblo yekuana”, narra.

Su pueblo habita las riberas del río Caura, donde relata que, en un principio, sus habitantes vivían de la cestería y artesanía gracias al turismo en la comunidad de El Playón. Señaló que los turistas valoraban el significado y el esfuerzo de su trabajo, y podían cubrir sus necesidades con el comercio. Sin embargo, todo cambió cuando comenzó la expansión de las actividades de explotación en el Arco Minero del Orinoco. “En el paso de tres años pasamos una transición muy triste, donde hasta creí que podría ser el inicio de un etnocidio de nuestro pueblo y un ecocidio”, advirtió.

Sucumbir a la agricultura no era una opción para Dawa, pues rompería la conexión espiritual que poseía con la naturaleza. Por eso junto a otras mujeres de la comunidad, resolvieron retomar la cestería como actividad económica. 

Proyección

Claudia Lepage tiene una amplia trayectoria profesional como comunicadora social y productora de cine. Es miembro de la Asociación Venezolana de Productores Cinematográficos y de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Venezuela. Ha estado detrás de películas como La distancia más larga (2013), dirigida por Claudia Pinto y Érase una vez en Venezuela, Congo Mirador (2021), de Anabel Rodríguez.

Comentó que al principio no se había dado cuenta de que, quizás inconscientemente, decidía apoyar proyectos encabezados por mujeres. Luego lo tomó como su bandera, indicando que el cine venezolano históricamente ha estado lleno de grandes directoras que han roto marcas dentro de la industria. Desde Margot Benacerraf con Araya (1959), primera producción venezolana reconocida en el festival de Cannes, hito repetido en 1985 por Fina Torres con Oriana, que ganó la Cámara de Oro. Recuerda también a Mariana Rondón, quien en 2013 ganó la Concha de Oro del Festival de Cine de San Sebastián con Pelo malo. La primera mujer latinoamericana en obtener el máximo galardón en 60 años que para entonces tenía el certamen.

Leer más  #TeExplicamosElDía | Martes 28 de noviembre

Ese último dato no es casual. Lepage resaltó que existe una invisibilización sistemática de las mujeres en la industria, quienes no cuentan con las mismas oportunidades que los hombres al momento de liderar proyectos creativos. Citó datos de la Federación Iberoamericana de Academias de Cine, donde se reconoce que apenas el 20 % de sus directores son mujeres, mientras el 22 % llegan a ser guionistas. Indicó que esta situación es más grave en las plataformas de streaming, donde incluso en producciones enfocadas en lo femenino como la serie Gambito de dama, ninguna mujer figura en los créditos del equipo creativo.

Por ese motivo, en 2021 fundó junto a otras creadoras la Asociación Venezolana de Mujeres Cineastas (Jeva). Una plataforma que busca apoyar a las realizadoras con sus proyectos y reducir la brecha de género en el mundo audiovisual. Como prueba del peso que tienen las mujeres en la industria, indicó que la organización cuenta con más de 1.100 miembros afiliadas de acuerdo con su base de datos. Para 2023 esperan iniciar proyectos más ambiciosos como la creación de una bolsa de trabajo y un programa de pasantías. También quieren abrir una convocatoria para la financiación de producciones hechas por venezolanas dentro y fuera del país.

Rebelión

El foro cerró con la alocución de Carmen Hernández. La chilena-venezolana es una pieza fundamental en el campo de la cultura y el arte latinoamericano, destacando como curadora, investigadora, crítica y docente. Su foco ha estado en transformar desde una perspectiva rupturista el arte en la región, cuestionando las representaciones culturales y sociales establecidas, principalmente en temas de género.

Acotó que precisamente parte de ese trabajo ha estado en desmontar la percepción del cuerpo femenino como un material de consumo, sumido a fines reproductivos o de consumo erótico. También en la lucha por el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, tanto con la legalización del aborto, como el reconocimiento de la identidad de género para la comunidad sexodiversa.

En el campo del arte, aseguró que uno de los principales temas de su investigación ha sido la crítica hacia el canon corporal creado en Occidente hace siglos, y que propone formas idealizadas según parámetros que no se adaptan a la diversidad morfológica de las mujeres en la vida real. Hizo un repaso histórico sobre diferentes artistas y movimientos que en las últimas décadas no solo se han rebelado contra este canon, sino que también han luchado por el rescate de la memoria de todas aquellas mujeres artistas que por siglos fueron ocultadas en los catálogos bajo seudónimos o la etiqueta “anónimo”.

“Par apoder superar el poder hegemónico del canon, las mujeres debemos continuar creando propuestas rupturales, en lo formal y lo simbólico”, apunta.

Noticias relacionadas