• Lo que comenzó como uno de los primeros restaurantes venezolanos cuando casi no había compatriotas suyos en ese país, ahora se expande con teatro, música y literatura gracias al impulso de su “Tenedor Libre” / “All you can eat”

Cada fin de semana, al caer la noche, decenas de clientes se aglomeran a las afueras del local. Esperan a que alguna mesa se desocupe, lo cual puede que no ocurra pronto, si quienes permanecen sentados optaron por pedir el “Tenedor Libre”, una opción del menú que permite comer todas las arepas, empanadas, cachapas, tequeños y patacones que se esté dispuesto a engullir. No hay límite de tiempo, por lo que bien se puede probar algo primero, descansar un rato y volver a la carga después.

Cuando el equipo de El Diario pasa por el local, a mitad de tarde, hay tranquilidad: dos grupos de jóvenes charlan mientras consumen en las mesas que están afuera, sobre la acera. Hace un calor agradable, típico de la primavera, que invita a quedarse al aire libre. Dentro, otras tres mesas tienen clientes en cada una de las salas que dividen el salón. Quien viniera por estas horas, bien pudiera aprovechar para saltarse la espera, como seguramente toque a los que se acerquen en un rato.

Miss Venezuela y el Teatro Bar, una apuesta para elevar la cultura venezolana en Argentina

Ese vaivén de clientes, añorado por cualquier dueño o gerente de restaurantes, era complicado de imaginar en 2015, cuando Arepera Miss Venezuela abrió sus puertas, en el barrio porteño de Palermo. Fue uno de los primeros en la Ciudad de Buenos Aires en apostar por la gastronomía venezolana, que apuntaba a un mercado fértil en el que estaba todo por hacer, pero que a su vez ofrecía un panorama imprevisible: no había, como ahora, 170.000 venezolanos en Argentina, ni los argentinos tenían idea sobre la cultura del país.

Leer más  La NASA prepara misión para buscar vida en una de las lunas de Saturno en 2028

“No existía una comunidad venezolana, ni arepas ni harina de maíz, mucho menos cachapas. Era difícil conseguir plátano. De Venezuela conocían la isla de Margarita, a Catherine Fullop y a Hugo Chávez”, rememoró Yesiré Carrillo, fundadora de Arepera Miss Venezuela, en palabras para El Diario.

Carrillo se instaló por primera vez en la Ciudad de Buenos Aires en 2010. Tenía 20 años de edad y tras estudiar Artes Escénicas en la Escuela Nacional César Rengifo, en Caracas, decidió cursar Guion de Cine y Televisión en la escuela Guion Arte, con el doble propósito de expandir sus conocimientos, por un lado, y por otro, abrirse paso en un país que considera referente en la región en cuanto a la cultura y difusión de materiales audiovisuales. Lejos estaba aún de convertirse en emprendedora. Para eso, intuye, puede haber influido un viaje que hizo a Venezuela en 2015, tras el cual su radicación en el sur del continente acabó -si quedaba algún ápice de duda- por hacerse definitivo.

Siempre disponible

El Tenedor Libre se instauró en tiempos de recuperación por el cierre que originó la pandemia. Estaba disponible un día a la semana, luego dos, y ahora es un fijo de lunes a domingo entre las 12 del mediodía y las 11:00 pm.

“Había escasez, conseguir productos básicos era muy difícil. Y a eso se sumaba la inseguridad, por lo que la situación allá era muy complicada. Además, ya había hecho mi vida acá”, reflexionó.

Leer más  WhatsApp habilitó filtros para organizar los chats: ¿de qué trata esta función?

Cuando un migrante lleva tiempo instalado en otro país, el acá pasa a ocuparlo el lugar de acogida, mientras que el “allá” se convierte en la tierra de origen, la cual nunca deja de sentirse como propia, sin que por ello nociones como estas vayan alterándose.

Abrirse camino hasta la Noche de las Arepas

Al momento de su apertura, Miss Venezuela solo contaba con uno de los dos salones  —contiguos— de los que dispone actualmente. El crecimiento del proyecto vino poco a poco, a medida que la comunidad venezolana crecía exponencialmente cada año, con una cultura que se abría paso con fuerza en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, en lo que se conoce como el Conurbano bonaerense.

Carrillo, antes de apostar por su emprendimiento gastronómico, trabajó en el área cultural, pero anhelaba algo propio, que con esfuerzo, le garantizara estabilidad y tranquilidad.

Así, una de las grandes pruebas de fuego para su equipo fue ser parte de la organización de la primera edición de la Noche de las Arepas, que se celebró el sábado 6 de abril de 2019, con 17 restaurantes venezolanos que vendieron sus distintas variedades de este plato insignia a la mitad de su precio. En varias de ellas, en una recorrida hecha por este periodista, las colas se extendían por más de una cuadra, con venezolanos que buscaban reencontrarse con sus sabores de siempre, y argentinos curiosos que querían saber qué era aquél alboroto.

No era poca cosa, en una ciudad que suele organizar, con apoyo del gobierno local, eventos y paseos temáticos como la Noche de las Heladerías, de la Pizza, de los Museos, de las Embajadas o de los Bares Notables, que se suman, desde luego, a las opciones de teatro, cine, conciertos o fútbol, por mencionar algunas opciones.

Leer más  El COI presentó su plan para aplicar la inteligencia artificial a los Juegos Olímpicos

El sueño de unir cultura y gastronomía

Famoso por su oferta de bares, restaurantes, parques, plazas y atmósfera bohemia, el barrio de Palermo cuenta ahora con una nueva opción: Teatro Bar, una especie de sucursal de Miss Venezuela. La distancia entre ambos locales es de unas ocho cuadras. Se trata del sueño de Yesiré: unir la gastronomía y la cultura venezolana en un mismo lugar, a disposición de toda clase de público.

Levantaron su telón por primera vez a inicios de noviembre. En su tarima se presentó la obra Jazmines en el Lídice, del autor Karin Valecillos y dirigida por Elías Carrillo. Trata sobre madres que pierden a sus hijos en Venezuela por balas perdidas o asesinatos. Un tema fuerte, desde luego, pero que como tantos otros merece reflexión y discusión en medio de la crisis que ha afectado al país en los últimos 20 años.

El teatro, entre otras cosas, es política, desde siempre. Y en este espacio estará permitido hablar de lo que nos pasa a nosotros, sin censura”, dijo Yesiré.

Señaló, eso sí, que el objetivo es que la comunidad venezolana cuente con un espacio para dar a conocer su teatro, cine, literatura, poesía y música, sin necesariamente tener que abordar siempre cuestiones meramente políticas.

La segunda edición, en carpetas

En 2020 distintos emprendedores venezolanos tenían en carpeta los detalles para la II Noche de las Arepas, pero no pudo realizarse por la cuarentena y el cierre general de actividades que provocó la pandemia de covid 19 en Argentina.

Otras obras en cartelera fueron La cantante calva, dirigida por Dairo Piñeres y de la autoría de Eugene Lonesco, y para un público infantil, La princesa gordita y valiente. Y el 10 de diciembre tendrán en tarima a Gaiteros de CABA, uno de los primeros grupos que se abrieron paso en la escena con clásicos de la gaita zuliana, a los que sumaron, en septiembre de 2021, su tema El país que nos merecemos, en el cual se palpa la añoranza de un mejor porvenir para Venezuela desde una distancia acortada, pues a pesar de estar a miles de kilómetros de su patria, la diáspora mantiene presente su lugar de origen, que confluye con la buena acogida que muchos hallaron en Buenos Aires.

Leer más  WhatsApp habilitó filtros para organizar los chats: ¿de qué trata esta función?

“Hay muchos artistas, actores, directores y dramaturgos venezolanos en Argentina. Hacía falta un lugar para darles oportunidad de presentarse, con un público argentino que pueda conocer su trabajo, mientras degustan unas arepas o el Tenedor Libre”, redondeó Carrillo.

Así, 12 años después de haber migrado, Yesiré puede dar testimonio de los objetivos cumplidos con esfuerzo, trabajo, riesgo y dedicación. Y también, de que está lejos de detenerse. Proyectos como el Teatro Bar, asegura, alimentan todavía más sus ganas de que hay sueños que un día pueden parecer inalcanzables, pero con el paso del tiempo, pasan a estar ahí, al alcance de la mano. Como le ha ocurrido a la comunidad venezolana en este país, donde no para de abrirse espacio, de consolidarse.

Noticias relacionadas