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- El profesor de Educación Física y dirigente sindical cumplió este 26 de diciembre dos años detenido por la PNB. El oficialismo lo acusó de participar en un plan para impedir la instalación de la AN electa en 2020, aunque sus compañeros del gremio denuncian que su juicio está paralizado ante la falta de pruebas
Dirigentes del gremio educativo se reunieron el 26 de diciembre para exigir la liberación de su colega Robert Franco, quien cumplió dos años preso. Desde la sede del Palacio de Justicia de Caracas, reiteraron que el profesor y dirigente sindical fue víctima de la persecución que el régimen de Nicolás Maduro ejerce contra los educadores que se quejan abiertamente por sus pésimas condiciones laborales.
“Él durante toda su vida ha sido un insigne educador por los derechos del gremio docente, peleando por contrataciones colectivas justas para sus colegas maestros en el estado Sucre. Incluso lo detuvieron precisamente en la sede del Colegio de Profesores. A partir de entonces fue acusado de terrorista y padece un juicio eterno donde no se le ha demostrado ninguna culpabilidad, pero la realidad es que sigue secuestrado en Boleíta”, explicó Gricelda Sánchez, secretaria de contratación colectiva y reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital.
Franco está actualmente recluido en los calabozos de la sede de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en Boleíta, municipio Sucre (Miranda). Aunque no tiene sentencia y su juicio sigue en curso, permanece detenido allí, ascusado de terrorismo por su supuesta relación con la Operación Boicot para impedir la instalación de la Asamblea Nacional electa en 2020.
Acusado de terrorismo
Robert Franco era un profesor de Educación Física del estado Sucre y secretario general del Colegio Nacional de Profesores, en su seccional Carúpano-Paria. De igual forma se desempeñó como responsable de la rama sindical del partido Voluntad Popular en el municipio Bermúdez.
El 26 de diciembre de 2020 funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la PNB irrumpieron en el lugar donde Franco celebraba un compartir con compañeros. Se lo llevaron junto a Mario Bellorín, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Docencia (Sinprodo), del que Franco también era secretario general. Ese mismo día las viviendas de ambos fueron allanadas y posteriormente Bellorín fue liberado.
El líder sindical permaneció desaparecido por varios días, hasta que la organización Provea alertó sobre su traslado irregular desde Carúpano hasta Caracas. No fue hasta marzo de 2021, cuando lo presentaron en el Tribunal 4° Nacional en materia de Terrorismo, a cargo del juez José Mascimino Márquez García.
El fiscal Farit Harin Mora Salcedo acusó a Franco y a otras cinco personas por los delitos de terrorismo, traición a la patria y homicidio intencional agravado en grado de tentativa. Más adelante, la entonces ministra del Interior, Carmen Meléndez, informó sobre la desarticulación de un plan para impedir la instalación del nuevo Parlamento electo días antes.
Entre las acciones atribuidas a los acusados estaba el sabotaje del sistema eléctrico nacional, atentados contra el Palacio Federal Legislativo, e incluso el secuestro y asesinato de diputados electos y otras personalidades del oficialismo. En el caso de Franco, lo acusaron particularmente de pretender matar al fiscal general del régimen, Tarek William Saab.
Lucha continua
La detención de Franco causó de inmediato conmoción en el gremio docente, que rechazó su vinculación con los delitos que se le imputaron. Desde entonces, diferentes organizaciones lideradas por la Federación Venezolana de Maestros han protagonizado varias protestas en el estado Sucre. También se han manifestado en Caracas, donde han acudido al Ministerio de Educación, al de Trabajo y a tribunales, defendiendo la inocencia de su colega.
“El haber sido chavista y luego denunciar como todo este proyecto fue un engaño, no solo a los maestros, sino al pueblo venezolano, le trajeron como consecuencia que el régimen lo atacara ferozmente hasta meterlo preso. Nosotros como profesores estamos muy atentos y levantando nuestra voz clamando su libertad inmediata. Robert Franco no está solo, cuenta con un gremio que lo defiende sin descanso”, afirmó Sánchez.
Una de las últimas protestas por la liberación de Franco ocurrió el 26 de noviembre en Carúpano, encabezada por Bellorín. De igual modo, su nombre también figura como referente de la lucha que los educadores mantienen por salarios y escuelas dignas para hacer su trabajo.
