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- Poco después de la toma de posesión de Lula da Silva, seguidores del nuevo presidente le entregaron la sede diplomática a un comité de la AN oficialista. Sin embargo, hasta el momento no se ha concretado ninguna designación oficial por parte del gobierno brasileño
El régimen de Nicolás Maduro recuperó, al menos de forma simbólica, el control de la Embajada de Venezuela en Brasil. Esto luego de la juramentación del izquierdista Luis Inacio Lula da Silva como presidente de ese país, y quien desde el primer día comenzó un proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Venezuela.
El presidente de la Asamblea Nacional electa en 2020, Jorge Rodríguez, encabezó la delegación del régimen durante la toma de posesión de Lula da Silva, el 1° de enero. Un día después, participó en un acto organizado por diferentes partidos y movimientos oficialistas brasileños, que le entregaron las llaves de la sede de la embajada.
Aunque este no fue un acto oficial del gobierno brasileño, refleja su disposición a que, en el futuro cercano, ambos países retomen sus respectivas embajadas. Desde 2019, Brasil no tenía ningún tipo de contacto con el Palacio de Miraflores, luego de que el entonces presidente brasileño Jair Bolsonoro reconociera al gobierno interino de Juan Guaidó. Tras vencer en las elecciones, Lula prometió revertir esta situación. Esto se evidenció con el levantamiento de la prohibición de entrada al país que pesaba desde hace tres años sobre Maduro y otros 100 funcionarios venezolanos.
Espacio cedido
Luego de que Bolsonaro rompiera relaciones con el régimen en 2019, la representación diplomática quedó bajo control del gobierno interino. En noviembre de ese año, la embajadora de Guaidó para Brasil, María Teresa Belandria, informó que habían logrado entrar en la sede de la embajada en Brasilia. Aseguró que fueron invitados el personal, que se alineó a favor de la oposición. Sin embargo, el hecho fue negado por el régimen de Maduro, que calificó el hecho como “una invasión”.
El gobierno brasileño se desentendió de la disputa, y al final, la embajada permaneció cerrada, al igual que los otros siete consulados venezolanos a lo largo del país. A pesar de no contar con el control de las sedes, el gobierno interino sí tuvo luz verde para gestionar algunos trámites y crear redes de apoyo para los migrantes venezolanos allí; sin embargo, todo lo concerniente a pasaportes y otros documentos quedó paralizado al seguir siendo competencia del régimen.
Apenas se confirmó la victoria de Lula da Silva en las elecciones generales del 30 de octubre, la embajada del gobierno interino anunció que cesaría sus funciones. Esto anticipando que el nuevo gobierno de izquierda retiraría el reconocimiento a Guaidó, como ocurrió en Colombia con Gustavo Petro. Finalmente, Belandria formalizó su renuncia al cargo el 27 de diciembre, a través de un comunicado.
Nuevo embajador en Brasil
Mientras los enviados diplomáticos del gobierno interino asumieron su retirada, el oficialismo iniciaba los preparativos para su regreso. El 23 de diciembre, Nicolás Maduro informó en su cuenta de Twitter el nombramiento de su nuevo embajador en Brasil. Escogió a Manuel Vicente Vadell, quien hasta 2019 había sido cónsul en Sao Paulo.
La designación se hizo efectiva el 1° de enero, con el comienzo del gobierno de Lula da Silva. Vadell fue parte de la delegación venezolana que asistió a la investidura. Esto representó su regreso luego de haber sido declarado persona non grata por el gobierno de Bolsonaro en 2020, junto a otros 30 diplomáticos del régimen. Aunque el Supremo Tribunal Federal (STF) le concedió una medida de protección en ese momento, Vadell igual regresó a Venezuela por razones de salud.
El gobierno de Lula todavía no ha aceptado las credenciales de Vadell. El periódico brasileño O Globo indicó que el principal obstáculo para el venezolano actualmente es que figura en el Registro Público como accionista en una empresa minorista de ropa en Sao Paulo. Las leyes locales establecen que los embajadores no pueden tener empresas en territorio brasileño, para evitar el mal uso de la inmunidad diplomática. Sin embargo, el mismo periódico aclara que la decisión de aceptar a Vadell recae en el propio Lula. Aunque el nuevo embajador también podría simplemente ceder sus acciones para evitar conflictos legales.
Poco a poco
Hasta ahora, si bien la presencia de la comitiva de Jorge Rodríguez en la investidura de Lula es una señal del restablecimiento de las relaciones entre Brasil y Venezuela, el nuevo gobierno no ha anunciado oficialmente cuáles serán sus próximos pasos. El portal peruano La República señaló que Brasilia está evaluando aceptar la designación de Vadell. Aunque de su lado no suena todavía ningún nombre para ocupar el puesto de embajador en Caracas.
Antes de asumir su cargo, el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, declaró el 14 de diciembre que una de sus primeras tareas será organizar una misión diplomática en Venezuela. Antes de precipitarse con el nombramiento de un embajador, dijo que primero enviará a un encargado de negocios como vanguardia, para preparar el terreno. Indicó que esta primera delegación viajará en enero, aunque sin especificar fecha.
En este sentido, aunque poco a poco, los gobiernos de Lula da Silva y Nicolás Maduro ya comenzaron a dejar las bases de lo que próximamente será la recuperación de sus antiguos consulados. Mientras el gobierno brasileño elige un nuevo embajador, es probable que en las próximas semanas Vadell sea también reconocido y asuma, ya oficialmente, las riendas de la sede diplomática de Brasilia.
