Email
- El vicerrector Omar Pérez Díaz informó que desconocidos sustrajeron ventanales y sillas. Reconoció que el campus no cuenta con seguridad interna por falta de recursos, por lo que solicitó apoyo de la Alcaldía y Gobernación para el patrullaje de la zona
Durante las vacaciones generales de diciembre, la sede de la Universidad de Los Andes (ULA) en Táchira fue vandalizada. El vicerrector decano, Omar Pérez Díaz, denunció el 3 de enero que los delincuentes ingresaron al núcleo Pedro Rincón Gutiérrez, en San Cristóbal, y robaron mobiliario como sillas y los marcos y vidrios de los ventanales. También dejaron algunos destrozos en el edificio A.
“Es muy lamentable para el futuro del país que nos estén perjudicando de esta manera. Es necesario aplicar mano dura contra estos delincuentes que están haciéndole un grave daño, no solo a la universidad, porque estos son bienes nacionales, sino al país porque están comprometiendo el futuro de las generaciones de relevo”, declaró al Diario de Los Andes.
Indicó que el personal se dio cuenta del robo el mismo 3 de enero, cuando se reanudaron las clases. Esto debido a que no cuentan con seguridad interna que vigile los espacios. De hecho, comentó que un día antes de iniciar sus actividades, testigos le reportaron que vieron a una persona salir de la universidad con una silla. El sujeto se fue en el transporte público de la zona sin ningún tipo de disimulo.
Más seguridad
Pérez Díaz reconoció que actualmente el núcleo universitario de la ULA está desprotegido por la falta de personal de seguridad. Señaló que en los últimos meses, la mayoría de los vigilantes renunciaron, y no han contratado sustitutos. Aunque no lo mencionó, parte de esta situación se deriva de los problemas económicos que atraviesan las universidades autónomas venezolanas por el presupuesto asignado desde el régimen de Nicolás Maduro.
El rector de la ULA, Mario Bonucci, denunció en diciembre que durante 2022 el Estado venezolano canceló apenas el equivalente al 2,79 % del presupuesto de la ULA. En una entrevista previa a El Diario, la presidenta de la Federación de Centros de Estudiantes (FCU-ULA), Ornela Gómez, indicó que se necesitan más de 17 millones de dólares para poder recuperar las condiciones normales de la universidad, recursos que deben repartirse entre sus tres sedes de Mérida, Trujillo y Táchira.
El profesor pidió al gobernador de Táchira, Freddy Bernal, así como a los directivos estadales de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) tomar medidas para redoblar los patrullajes en la zona. Recordó que el alcalde de San Cristóbal, Silfredo Zambrano, le manifestó su disposición de desarrollar un proyecto de seguridad conjunto para atender el problema sin afectar la autonomía de la casa de estudios.
“Puede ser la Polícia del estado, la PNB o la policía municipal, que dentro de nuestras instalaciones establezcan un módulo operativo de atención ciudadana. Sería muy bueno porque es un clamor de toda la comunidad que se ve desamparada por la arremetida y por la acción de delincuentes que operan libremente por estos sectores”, dijo.
Largo historial
Los robos y el vandalismo en las universidades del interior del país no son un problema nuevo. El núcleo Pedro Rincón Gutiérrez ya había sido víctima anteriormente de la delincuencia desde hace meses. Gran parte del campus carece de energía eléctrica debido a los frecuentes robos de cableado, cuyo cobre es contrabandeado luego a Colombia. Zonas como el comedor o el edificio D.
En septiembre, Pérez Díaz denunció que los robos también se habían intensificado en los edificios A y B, donde sustrajeron equipos de computación y video beam. De acuerdo con La Prensa del Táchira, los ladrones también se llevaron los hidroneumáticos y el motor de los ascensores. Un recorrido hecho por el Diario de Los Andes días antes de las vacaciones navideñas, evidenció que ya muchas de las aulas no tenían ventanas. También el grave deterioro de los baños y espacios públicos, así como del transporte estudiantil, cuya flota de autobuses está totalmente desmantelada en el estacionamiento.
La situación no se limita solamente al núcleo Táchira. Para mayo de 2022, las tres sedes de la ULA habían registrado más de 40 hurtos y actos vandálicos. Esto de un total de 436 hechos delictivos reportados por la organización Aula Abierta en todos los centros de estudios superiores del país. Algunos de los más afectados han sido la Universidad de Oriente (UDO), la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), la Universidad de Carabobo (UC) y la Universidad del Zulia (LUZ).
