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- La vocalista de la agrupación Isla de Focas estrenó en 2022 su primer disco como solista, un álbum que busca retratar distintas etapas de la vida
Maga Urdaneta creció en un ambiente rodeado de música, donde las melodías zulianas estaban siempre presentes gracias a que su familia paterna es de Maracaibo. Además, dos de sus tíos estaban adentrados en la industria musical: Orlando Montiel y Pedro Urdaneta. Recuerda que cuando era niña en varias ocasiones los visitó en estudios de grabación sin ser consciente de la magia que allí ocurría.
En su formación también se involucró mucho su mamá, quien siempre se esforzó para que Maga y sus hermanos participaran en actividades culturales bien fuera como músicos o como público.
En su adolescencia vivió lo que ella llamó una etapa de rebeldía, en la que dejó la música, pero años después mientras estudiaba Comunicación Social en la Universidad Santa María se reconcilió con este arte.
“Una amiga me pidió que la acompañara a la estudiantina, que es la orquesta de la universidad, porque quería aprender a tocar guitarra. Cuando fui con ella, vi a la orquesta y dije ‘esto es lo mío, estoy enamorada de esto’. Y me uní”, relató Maga durante una entrevista para El Diario.
Desde ese momento llevó la música y la comunicación en paralelo. Luego de graduarse trabajó profesionalmente en medios de comunicación y mientras laboraba en el Diario 2001 surgió una oportunidad de audición para un grupo llamado The Cachivaches, lo que sería una transición a la vida como cantante profesional.
Maga y el nuevo reto de ser solista
En el año 2022 se materializó finalmente el primer disco como solista de Maga Urdaneta. El álbum cuenta con siete canciones que tocan temas referentes a etapas de la vida como el amor, la migración, los nuevos comienzos y las despedidas.
Maga describe a su disco, titulado El Mundo va a Cambiar, como una fusión entre géneros venezolanos, el jazz y el pop que se integraron de forma natural.
La artista explicó que en algunas canciones se consiguen combinaciones rítmicas complejas sacadas del jazz y que luego se transforman en ritmos más similares a los de la música pop. Sin embargo, aclaró que estas mezclas no son hechas al azar, pues el disco tiene al menos cinco años de trabajo desde la concepción de la idea general.
“La grabación del disco empezó en 2018, pero ya yo venía trabajando ciertas canciones desde 2017 que tenían una identidad distinta a lo que vengo haciendo con Isla de Focas, que es mi otro proyecto musical. Como tenían una sonoridad diferente. entré en contacto en 2018 con Roldán Peña para producir este proyecto solista”, señaló.
Peña es guitarrista y ambos se conocen desde que Maga se formó en el Taller de Jazz de Caracas. El músico fungió como productor y director musical de El Mundo va a Cambiar, por lo que también aportó esa tendencia más inclinada al jazz en los temas.
Un proceso largo y metódico
Maga detalló que lo primero en lo que trabajó junto a Roldan fueron los arreglos de las canciones a guitarra y voz. Indicó que el proceso de preproducción duró aproxiadamente un año.
En ese periodo, ambos fueron introduciendo en cada canción de forma digital los instrumentos que querían incluir y decidieron aquellos que descartarían. De ahí se grabaron varios demos que funcionaron como maquetas para luego buscar a los músicos que ejecutaron los temas.
Tras esa selección, Maga comenzó a invitar a los músicos que colaboraron en sus canciones. El disco cuenta con la participación de Jorge Ramoncini (bajo), Giovanni Ramírez (contrabajo), Julio Méndez (teclado), Leandro García Maneiro (piano y teclados), Agustín Espina (teclado), Carlos “Nené” Quintero (percusión), Miguel De Vincenzo (batería), Pedro Vásquez (cello), Jorge Torres (mandolina) y Edgar Espinoza (piano).
Maga también grabó las guitarras acústicas y electroacústicas y recibió la asesoría de Marisela Leal como coach vocal. La ingeniería de grabación estuvo a cargo de Julio Méndez en PM Studio. Además, las mezclas las hizo Miguel Ángel Larralde, ganador del Grammy Latino, y la masterización fue un trabajo de Marc Urselli siete veces nominado y tres veces ganador del Grammy.
Isla de Focas y la música con mensaje
Pese a que Maga comenzó su carrera como solista, continúa de lleno con su grupo Isla de Focas en el que trabaja junto al guitarrista Andy Ortiz, el bajista Jorge Ramoncini y el baterista César Villarroel.
Maga contó que de Isla de Focas sacó su gusto por las mezclas de géneros musicales. En la agrupación canta temas que combinan la música llanera, con música brasileña y el jazz. En sus temas, el grupo también busca retratar parte de la realidad que atraviesan en determinados momentos.
“El primer tema que sacó Isla de Focas se llama ‘Él no es un Hombre del Sur’, que hablaba de la migración y hacía una crítica a este video que hablaba de la gente ‘del este del este’ y de ‘me iría demasiado’. A mí me quedó en la cabeza el cómo hablaban de que uno era del este o del oeste y como eso se veía reflejado en lo político también”, explicó Maga.
Este tema fue seleccionado para el disco compilatorio Tu voz es tu poder de la organización no gubernamental (ONG) Un Mundo Sin Mordaza. Maga recuerda esta experiencia con cariño y recalcó que uno de los escenarios que prefiere pisar es donde pueda dejar un mensaje o un aporte.
Confesó que uno de los motivos por los que también apoyó la iniciativa de Música por Medicinas es que su hermana mayor tiene una condición de salud y en determinado momento su familia también vivió profundamente la escasez de medicamentos.
Nuevas metas
Maga comentó que Isla de Focas está trabajando en un disco con 10 canciones, de las cuales 5 ya están grabadas.
En paralelo, la artista está produciendo varios videoclips de las canciones de El Mundo va a Cambiar. Mencionó que está grabando junto a dos productoras independientes llamadas Cola Anillada Films y Aguare Films.
“Estamos trabajando en cinco videoclips y espero que a mediados de año hayamos estrenado dos o tres. Además, ya inicié con la preproducción de un segundo disco para mi proyecto como solista”, agregó.
La cantante explicó que entre sus metas no está necesariamente ganar premios por sus composiciones, aunque admitió que lo vería como una bendición si llegan algún día. En cambio, confesó que uno de sus sueños es que su trabajo como músico le permita viajar y aprender de otras culturas alrededor del mundo y que esto sirva como impulso en su arte.
