• La cantante y actriz venezolana consolida su carrera fuera de Venezuela, después de ganar el Premio Carbonell de teatro en Estados Unidos. En entrevista para El Diario, habló sobre los proyectos en los participó a lo largo de 2022, y qué le depara para este año

2022 fue un buen año para Mariaca Semprún. La actriz y cantante protagonizó el musical Papá cuatro, el cual tuvo bastante éxito en los escenarios del sur de Florida, Estados Unidos, siendo merecedora de un Premio Carbonell. También tuvo la oportunidad de participar en el rodaje de la segunda temporada de la serie Pálpito, escrita por su esposo, Leonardo Padrón. Para 2023, su agenda parece continuar llena de proyectos, en los que mantendrá el equilibrio entre sus dos grandes pasiones: la música y la actuación.

“Mis dos oficios son hermanas, se agarran de la mano y van juntas para donde sea , de hecho, en muchos proyectos me ha tocado ser cantante y actriz, y creo que no hay que escoger una para continuar con la otra. Ninguna se pisa con la otra. Igual con el cine, el teatro y la televisión”, declara en entrevista a El Diario.

Esta simbiosis artística se ve reflejada en sus redes sociales, en las que usa la palabra “cantactriz” para definir su trabajo. A pesar de tener ya varios años viviendo en Miami, Semprún aún mantiene la añoranza de regresar a Venezuela para volver a cantar ante el público que la vio crecer como artista, y que desde el exilio, la sigue acompañando en sus giras. 

También comenta que extraña aquella época dorada de la televisión venezolana, en la que dejó a personajes memorables como Thalia Flores en Mi ex me tiene ganas; o la popular Shirley, de La mujer perfecta. En la gran pantalla también ha tenido importantes participaciones como La pura mentira (2012), El peor hombre del mundo (2016) y La noche de las dos lunas (2018)

“Para mí el público venezolano es el mejor que existe, de todos los públicos que conozco. Es el más sensible, emocionable y emocionante para el artista. Yo tuve la fortuna de desarrollar un público inmenso haciendo teatro y era una delicia contar con tanta gente. Porque era la gente que te seguía al teatro y a dónde fueras, y además disfrutaba, de principio a fin, cualquier manifestación artística y montaje que yo hacía”, cuenta.

Galardonada

Mariaca Semprún: “El público venezolano es el mejor de todos los públicos que conozco”
Foto: Cortesía

Con Papá cuatro, Semprún regresó a las tablas con el reto de conquistar un público muy diferente al que estaba acostumbrada. Tras terminar en 2019 la gira internacional de su obra Piaf, Voz y Delirio, la actriz se preparaba para montar en Miami otro de sus musicales más emblemáticos: La Lupe. Sin embargo, la pandemia de covid-19 obligó a interrumpir sus planes en julio de 2020. Dos años tendrían que pasar para que la situación de los teatros le permitiera volver a la acción.

La obra, escrita y dirigida por Juan Souki, rinde tributo al cuatro como instrumento y símbolo de la cultura venezolana a lo largo de su historia. En clave musical, la voz de Semprún se sumó al reconocido cuatrista Miguel Siso, además del arpista Eduardo Betancourt, la bandolista Mafer Bandola y el percusionista Adolfo Herrera. Se estrenó el 9 de julio de 2022 en el Teatro Colony de Miami Beach, hasta el 25 de agosto. 

Semprún reconoce que no esperaba ser nominada a los Premios Carbonell, los cuales evalúan lo mejor del teatro en el sur de Florida. Son considerados uno de los premios teatrales más antiguos de Estados Unidos, y en su 45ª edición, consideraron 62 producciones de 21 teatros de los condados de Broward, Miami-Dade y Palm Beach. De ahí la incredulidad de la venezolana al ganar en la categoría de Mejor Rol Femenino en un Musical. “Para mí significa mucho porque es sentir que (los venezolanos) empezamos a abrir caminos diferentes”, afirma.

Acento venezolano

Mariaca Semprún: “El público venezolano es el mejor de todos los públicos que conozco”
Mariaca Semprún en los ensayos de Papá Cuatro. Foto: Cortesía Miami Art Zone

Ese no fue el único premio de aquella noche para Papá cuatro. También ganó como Mejor Musical y en Mejor Diseño de Sonido, para Javier Casas. Fue una de las obras más galardonadas con tres menciones, solo superada por La Bella y la Bestia, con cuatro. De igual forma, su compañía teatral, Miami New Drama, dirigida por el venezolano Michel Hausmann, se impuso con siete premios por todas sus obras.

Para Semprún resultó una sorpresa que un musical tan marcadamente venezolano triunfara ante el resto de producciones estadounidenses. Quizás parte de su secreto estuvo en su mensaje, rescatando la nostalgia del migrante ante sus raíces, algo compartido por todo ese crisol de culturas latinoamericanas que actualmente coexisten y hablan el mismo idioma en Florida.

Si bien la migración venezolana ya tiene años viniendo a este estado y a esta ciudad, se han logrado muchas cosas, pero en el teatro todavía estamos abriendo caminos. Ser la que lleva la bandera de este premio me emociona mucho y me compromete muchísimo más a seguir trabajando y seguir haciendo carrera por aquí”, comenta la artista.

—¿Qué tan difícil es actualmente para un artista venezolano abrirse paso en la industria musical y teatral de Estados Unidos?

—Es difícil como en cualquier parte del mundo, porque uno va haciendo carrera en un lugar geográfico y cuando emigras eso casi empieza de cero. ¿Qué pasa aquí en Miami específicamente? Que tenemos una comunidad de venezolanos que también consume mucho lo que nosotros hacemos. Va a nuestras obras de teatro, consume nuestra música venezolana. Eso es un plus, pero este es un país tan grande y con tanta competencia, tanto nivel, que sí resulta dificilísimo. Hay que encontrar las rendijas, las pequeñas puertas, las pequeñas ventanas y aprovechar cualquier oportunidad porque uno nunca sabe en qué momento es que se abren. Es muy difícil y no lo voy a negar, cambiar de sistema, no solamente artístico, sino también de público, de sistema de producción, económico. Ha sido un inmenso reto, pero no hay nada que no se logre con mucha voluntad y trabajo.

En la pantalla

Mariaca Semprún: “El público venezolano es el mejor de todos los públicos que conozco”
El elenco de la novela La Mujer perfecta. De izquierda a derecha: Flavia Gleske, Alba Roversi, Mariaca Semprún, Marisa Román, Mónica Spear y Marlene de Andrade. Foto: Cortesía

Luego del éxito de Papá cuatro, Semprún viajó en septiembre de 2022 a Colombia para su siguiente proyecto. Como un espía en plena misión, los detalles de su visita se mantienen en estricto secreto. Solo se sabe que aparecerá en la segunda temporada de la telenovela Pálpito, la cual se estrenará en abril de este año por la plataforma de Netflix.

“Obviamente fue muy emocionante para mí estar allí, porque es un proyecto ya con un sello de éxito comprobado a nivel mundial. Es una gran oportunidad para seguir expandiendo, seguir abriendo mi camino como actriz y cantante. Es lo único que puedo adelantar, que tengo una participación musical en la serie. Del personaje quiero que todo sea sorpresa para el público, y sobre todo para el público venezolano, que es mi mayor seguidor de todos”, apunta la actriz.

Aunque ya había participado antes en otras series de Venezuela, México y Estados Unidos, Semprún acota que fue su primera vez grabando en Colombia. A pesar de todo el cambio de ambiente, señala que no tuvo problemas en adaptarse a ese sistema de producción tan diferente. “Aparte de emocionada y comprometida con el proyecto, pues bueno para mí fue un honor participar allí, y conocer un equipo de producción diferente”, agrega.

Salvo por el argentino Michel Brown, el elenco de Pálpito estaba compuesto principalmente por actores colombianos. Esto al ser una producción de ese país, y por una decisión creativa de Padrón, quien quería escribir una historia más universal, sin estar necesariamente anclada a su tierra natal. Sin embargo, para esta segunda temporada, además de Semprún se anunció la inclusión del venezolano Ernesto Calzadilla, también para un papel aún desconocido.

Expansión internacional

Mariaca Semprún: “El público venezolano es el mejor de todos los públicos que conozco”
Foto: Cortesía Leandro Morán

Netflix ya había renovado a Pálpito para una segunda temporada incluso días antes del estreno. La confianza depositada no fue en vano, ya que logró posicionarse en el top 10 de las series más vistas en 68 países. Esta es la tercera telenovela en la que Padrón y Semprún trabajan juntos, luego de La vida entera (2008), La mujer perfecta (2010) y Amar a muerte (2018).

La actriz ya desde 2006 había comenzado su incursión en la televisión con una aparición especial en Gato tuerto, de Televen. Vinculada principalmente a papeles musicales, también supo explotar su lado cómico con personajes que derrochaban ingenuidad y carisma. El ejemplo más claro fue en La mujer perfecta, donde interpretó a la popular Shirley. Haciendo de una de las hermanas de Mónica Spears, quedó grabada en la memoria de los espectadores por su carácter informal y su tendencia a decir mal todos los refranes.

Tras emigrar de Venezuela, se ha mantenido activa en la actuación grabando telenovelas en México para audiencias hispanoestadounidenses. La primera fue Amar a muerte, para las cadenas Televisa y Univisión. Luego le siguió Malverde: el santo patrón (2021), para Telemundo, donde interpreta a ”La Güera” Navarrete. Ahora, con un contrato de exclusividad por tres años en Netflix para Padrón, la pareja parece tener las puertas abiertas para entrar de lleno en el mundo del streaming.

—¿Extraña su época de rodar telenovelas en Venezuela?

—Por supuesto. Yo me atrevo a asegurar en nombre de todos los actores que estamos en el exilio, que todos extrañamos hacer telenovelas allí. Era muy sabroso, muy divertido, era además una experiencia que se vivía casi de la mano con el público, porque se grababa muy cerca de lo que salía al aire, entonces la gente estaba participando casi activamente en todo lo que iba ocurriendo. Era muy bonito. Mis grandes amistades, mis grandes referentes y mis grandes compañeros de trabajo nacieron en Venezuela y esa es de las experiencias más chéveres que tuve en mi trabajo allá, la telenovela venezolana.

Un reto personal

Mariaca Semprún: “El público venezolano es el mejor de todos los públicos que conozco”
Semprún en Piaf, voz y delirio. Foto: Cortesía

Hay una anécdota bastante conocida sobre la razón por la que María Carolina Semprún Arrivillaga decidió dedicar su vida al arte. A los 7 años de edad, se presentó en una audición para integrar el coro infantil del Colegio Emil Friedman, donde estudiaba. Sin embargo, tuvo un ataque de nervios que afectó su resultado.”Quedé en el grupo D, que era el peor. Quedé tan herida y tan picada con eso que dije voy a ser cantante a como dé lugar, y voy a ser solista de este coro”, recuerda.

“Alguna vez indagué en cómo a mí se me había ocurrido que yo tenía que ser cantante, cuál fue el primer momento y en efecto fue ese”, apunta. A partir de allí comenzó un riguroso entrenamiento musical en el que desarrolló su voz de soprano soubrette, hasta conseguir un papel en el musical La novicia rebelde organizado por su escuela. Muchos años después volvería a protagonizar esa misma obra, pero ahora en el Teatro Teresa Carreño.

Tras su graduación, Semprún continuó su formación en la academia de Anita Vivas, donde aprendió danza, expresión corporal y a moverse mejor en el escenario. “Estudié mucho, me preparé mucho y mi objetivo siempre fue estar lista para que me llamaran en cualquier disciplina que tuviera que ver con el teatro musical”, destaca.

Así fue abriéndose paso en diferentes producciones musicales. Al principio en el teatro infantil, aunque luego incursionando en óperas como Verdi, Pasión y Libertad (2003) y La vida alegre (2006). También en clásicos como El Violinista sobre el Tejado (2006),  Informe Sobre la Banalidad del Amor (2011).

Sin embargo, hay dos papeles que marcaron un antes y después en su carrera. En ambos, le tocó interpretar a dos mujeres que brillaron en diferentes épocas por sus voces únicas, y sus vidas turbulentas. La primera fue la cubana Lupe Victoria Yolí, a quien encarnó entre 2012 y 2014 en la obra La Lupe, La Reina del Desamor. La segunda fue la célebre Edith Piaf, cuya vida se plasmó en más de 250 funciones entre 2016 y 2019, con Piaf, Voz y Delirio. Siendo una de las obras más exitosas de Semprún, tuvo giras internacionales por Costa Rica, Estados Unidos, México y España. Llegando a visitar estos últimos en dos ocasiones. 

Era una reafirmación enorme saber que estabas frente a un público que no te conocía ni conocía tu trayectoria, y que igual terminaban de pie, aplaudiendo el show y alababan el montaje, y les gustaba todo lo que veían y sentían que era un espectáculo de muy alta factura. Eso me llenó de mucho orgullo”, asegura.

Pasión musical

Grammy Latino 2020: quiénes son los venezolanos nominados
Mariaca Semprún en La Lupe. Foto: Cortesía

A pesar de esto, el fantasma de La Lupe no abandonó del todo a Semprún. Poco después de terminar las presentaciones de La Reina del Desamor, comenzó a grabar en los estudios Velvet de Caracas un álbum en homenaje a la legendaria intérprete de latin soul.  De igual modo, en 2015 dobló la voz de La Lupe para la película El malquerido, de Diego Rísquez, pese a también interpretar el papel de Aminta.

Luego de tres años de grabaciones, en 2020 lanzó el disco Soy Puro Teatro: Homenaje a La Lupe. Aunque su promoción quedó truncada por la pandemia, obtuvo ese año dos nominaciones a los Premios Grammy Latino, ganando en la categoría de Mejor Diseño de Empaque. Ese fue el tercer álbum solista de Semprún, quien ya había publicado antes Buscando una canción (2013) y el Staff Récord de Piaf (2018).

Durante ese periodo de confinamiento, la cantante no solo se dedicó a realizar recitales desde su terraza que subía a redes sociales. También aprovechó para componer nuevos temas. Ejemplo de ellos son sencillos como “Fever” y “Ayer”, en los que muestra su versatilidad para mezclar géneros modernos como el pop con notas de jazz y ritmos afrocaribeños. Semprún adelantó que para este año continuará con la producción de varias otras canciones, con miras a un cuarto disco solista. No obstante, prefirió no dar más detalles hasta que el proyecto esté concretado.

Tras bambalinas

Mariaca Semprún: “El público venezolano es el mejor de todos los públicos que conozco”
Foto: Cortesía

Fuera de todos los proyectos en los que está involucrada, todavía tiene tiempo para compartir fragmentos de su vida en redes sociales. La mayoría son de sus citas con Padrón, con quien se casó en 2021 tras 11 años de relación. También se le puede ver trotando bajo el intenso sol de Miami, o aprovechando para bucear en sus aguas. Afirma que le encanta practicar deportes acuáticos y de alto riesgo, como el paracaidismo. 

También es runner, corriendo en diferentes competiciones como el Medio Maratón de Miami de 2018, donde corrió 21 kilómetros. En una entrevista con Érika de la Vega, relató que esta práctica inició en 2011 durante la producción de La novicia rebelde, con el fin de aumentar su capacidad pulmonar y distraerse. Ahora lo usa como una forma de concentración, a la que suele llamar “estado alfa”.

“Yo hago absolutamente de todo cuando estoy descansando, porque es el momento de nutrirme y llenar ese pozo creativo para continuar con los próximos proyectos. Si bien un artista depende del trabajo que le dan, también se tiene que procurar sus propios proyectos cuando está en break. Para lograr eso hay que buscar la inspiración en todas partes: en libros, cine, televisión, naturaleza, viajes, compartir con amigos y todo eso lo hago”, resalta

2023 apunta a ser un año prometedor para la carrera de Semprún. Aunque sus planes por el momento no incluyen volver a Venezuela, sueña con el día en que los astros se alineen para llevar a su tierra alguno de los proyectos que cocina en Estados Unidos.

“La vida del artista es bastante como una hoja que lleva el viento. Depende de lo que va ocurriendo en el camino, porque uno tiene que estar disponible para proyectos largos o grandes. Entonces tengo los proyectos que tengo en paralelo a aquellos donde me emplean, pero en este momento no tengo demasiado escrito en piedra todo lo que voy a hacer. Pero sin duda vienen muchas cosas y muchos trabajos en los que no voy a parar”, sentencia.

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