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- El equipo de El Diario acudió el Martes Santo a varios templos en Caracas para conocer la opinión de devotos y jóvenes sobre la pérdida de tradiciones en Semana Santa. La mayoría coincidió en que las familias han dejado de inculcar las tradiciones o costumbres religiosas durante la crianza. Foto: José Daniel Ramos @danielj2511
En la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, en el centro de Caracas, los feligreses esperan que abran las puertas del templo a las 9:00 am. En la plaza se reúnen quienes deciden seguir con las costumbres de la Semana Santa y aquellos que, por una u otra razón, asumen sus creencias de otra manera.
A las puertas del templo se mantienen los devotos que deciden orar y pedirle a José Gregorio Hernández que les cumpla una plegaria. Muchos de ellos son adultos mayores que se niegan a abandonar los santuarios en la Semana Mayor. Pero en estos días santos, son pocos los jóvenes que deciden ingresar a los templos. Un hecho que ha ganado su propio espacio es la pérdida de interés por parte de adolescentes y adultos jóvenes en este tipo de tradiciones.
El equipo de El Diario realizó un recorrido donde se le consultó a jóvenes y devotos si perciben o no una pérdida de las costumbres en la Semana Santa.
“En la crianza pocos padres incluyen el tema religioso”
María trabaja en una tienda cercana a la plaza La Candelaria y explica que no acostumbra a asistir a las actividades católicas.
Comenta que los temas religiosos para la población joven del país han quedado en un segundo plano debido a que muchos estudian o se dedican a trabajar para generar ingresos. También afirma que la enseñanza de las costumbres de Semana Santa depende de un tema familiar.
“Se ha perdido la tradición en varias generaciones”
Ana caminó hasta la iglesia Nuestra Señora de La Candelaria un Martes Santo porque dice que siempre busca asistir cuando no hay muchas aglomeraciones de personas. Ella señala que, aunque no puede acudir a todas las actividades de la Semana Mayor, eso no hace a ningún devoto menos creyente.
Explica que la falta de interés en los jóvenes comienza porque no existe nadie dentro del núcleo familiar que les enseñe sobre la religión católica.
“Creo que hay un distanciamiento de los muchachos hacia la Iglesia porque muchas familias no priorizan la importancia de la religión en sus vidas. Yo considero que si todos ponemos un granito de arena y ayudamos desde donde estemos podemos encaminar o darles buenos consejos para que las tradiciones no se pierdan y se enseñen a las próximas generaciones”.
“Muchos jóvenes tenemos la percepción de que es algo tedioso”
Kenya espera sentada frente a la plaza de La Candelaria. Mira de reojo a los feligreses que caminan hacia el templo con camisas de color morado y alusivas al Narazeno de San Pablo. Confiesa que no conoce mucho de las tradiciones de Semana Santa porque, aunque su familia es católica, no es practicante de la religión.
Dice que no tiene recuerdos de asistir a la iglesia vestida de morado o incluso de acudir con regularidad a los templos. Indica que aunque no tiene nada en contra de la religión, no tiene interés en ser practicante.
“Muchos niños crecen siendo obligados a ir a la Iglesia”
Larry acudió a la Basílica de Santa Teresa como todos los años para venerar al Nazareno de San Pablo. Espera en la entrada del templo, pues su hermana está en camino para continuar con la tradición que le inculcaron sus padres. Opina que afortunadamente la fe se mantiene intacta en cada uno de los miembros de su familia, pero comenta que existen muchos factores que hacen que muchas personas decidan alejarse del catolicismo.
Considera que muchos padres suelen enseñar la religión de manera obligatoria, lo que genera una actitud de rechazo de los jóvenes. Destaca que las costumbres se deben inculcar desde la unión familiar y permitir que cada persona pueda tener libertad de pensamiento.
Relata que él tiene 12 hermanos y sus padres siempre le enseñaron la importancia de la fe desde el amor y no como una obligación. “Muchos niños crecen teniendo un resentimiento contra la religión por esa razón. Creo que es un error que cometen muchos padres y que ha provocado que los jóvenes se desvinculen o no tengan interés en temas religiosos”.
“Ya no existe esa emoción que sentía uno cuando era niño”
Néstor conoce cada una de las comidas típicas que suelen prepararse en Semana Santa. Su familia acostumbra a elaborar arroz con coco, majarete y cumple con la tradición de no comer carnes rojas. Vive en Filas de Mariche y anteriormente acudía todos los años a la procesión del Nazareno de San Pablo. Sin embargo, piensa que las costumbres, no solo en la Semana Mayor, se han perdido en hogares donde no existe unión familiar debido a la crisis del país.
Comenta que aunque creció cumpliendo cada una de las tradiciones, con el tiempo dejó de motivarse a seguir con las actividades cristianas. Afirma que aunque su mamá ha sido un pilar en el rescate de las tradiciones, siente que los tiempos han cambiado y el tema religioso pasó a un segundo plano.
“Queda de parte de nosotros rescatar estas tradiciones”
Miriam es una fiel creyente del Nazareno de San Pablo y, con 76 años de edad, considera que aunque ahora es “cuesta arriba” cumplir con las tradiciones en Semana Santa, ella continúa con las costumbres por el arraigo familiar que le inculcaron desde muy pequeña. Visitar los siete templos es algo sagrado y evoca la unión con sus familiares.
La devota relata que aunque el éxodo le ha quitado la oportunidad de visitar las parroquias en compañía de sus hijos y bisnietos, sigue asistiendo para rogar por una petición: una vida apacible, arrimada a la comodidad, en un país próspero, donde toda su familia, que está actualmente en el exterior, pueda estar unida nuevamente.
A diferencia de otros años, Miriam comenta que en esta oportunidad quería hacer el esfuerzo por mantener una tradición muy significativa para su familia: hacer arroz con coco. Se despertó muy temprano y recorrió varios mercados populares buscando los ingredientes, pero no lo consiguió. Asegura que cuando era pequeña su mamá solía dedicarse a preparar comida los lunes y martes santo para el resto de la semana.
“Muchas de estas tradiciones se han perdido. Hay muchos jóvenes que no saben costumbres que son muy simbólicas para los venezolanos. Queda de parte de nosotros intentar rescatarlas para que perduren en el tiempo”, dijo.
