• Las presiones sociales y la condición socioeconómica pueden ser algunos de los factores que detonen malestares emocionales en una madre

Lo que se conoce como depresión posparto es una afección dentro del estudio de la salud mental perinatal. Aunque no se considera un trastorno por sí mismo, sí comparte características de la depresión y la ansiedad generalizada. 

Las presiones sociales, el cambio en la dinámica de vida, las dificultades financieras y la ausencia de apoyo familiar pueden ser algunos de los factores de riesgo para que una gestante o madre presente este cuadro en algún momento posterior al parto o cesárea. 

Está asociado al trastorno depresivo, pero se relaciona directamente a las circunstancia del periodo perinatal, que es todo lo que se experimenta desde el momento de la concepción, el parto y el establecimiento del vínculo entre la madre y el bebé”, explicó la psicóloga Khinverly Marrero en entrevista para El Diario.

La especialista lamentó que este sea un padecimiento altamente subdiagnosticado, por lo que las madres no suelen recibir atención oportuna para que los síntomas no se prolonguen en el tiempo. 

Semana Mundial de la Salud Mental Materna

El primer miércoles de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Mental Materna y durante esa semana se promueve la sensibilización hacia las afecciones mentales que pueden aparecer durante la maternidad.

¿Cómo identificar una posible depresión posparto?

La psicóloga detalló que hay algunos síntomas o señales que pueden servir para que la madre identifique que podría estar atravesando un cuadro de depresión posparto. No obstante, también hay algunos indicadores visibles para que la pareja u otro familiar pueda notar un posible diagnóstico. 

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Depresión posparto: una realidad poco hablada que afecta la salud mental materna

Estos son algunos de los cambios significativos:

– Tristeza persistente la mayor parte del día

– Pensamientos pesimistas sobre el futuro y la maternidad

– Sentirse incapaz de satisfacer la demanda emocional del bebé

– Autorreproches o pensar que debería hacer mejor las cosas constantemente

– Sentir culpa frecuentemente

– Sentirse abrumada por la responsabilidad de criar un hijo o hija

– Incapacidad de disfrutar actividades que antes causaban placer

Algunas señales más visibles para el entorno cercano son: 

– Insomnio que se prolonga incluso en las horas en las que el bebé duerme

– No querer arreglarse

– Negarse a levantarse de la cama

– Llanto fácil

– Irritabilidad al momento de relacionarse con la pareja

– Intención de hacerse daño a sí misma o al bebé

¿Cómo diferenciar los síntomas de la depresión posparto con cansancio físico?

Marrero aclaró que tanto el proceso del embarazo como el posparto es agotador, por lo que el cansancio es algo que se puede considerar normal para cada madre. Lo mismo ocurre con el insomnio, debido a que los ciclos del sueño del bebé son irregulares y pueden interrumpir el descanso de los padres. 

La especialista señaló que para diferenciar ese cansancio de una depresión posparto es clave identificar si hay correlación con otros síntomas como el llanto, la rabia, la irritabilidad o los autorreproches. 

En caso de que se trate efectivamente de una depresión posparto, el psicólogo o psiquiatra es el especialista adecuado para medir la gravedad del diagnóstico o incluso con la capacidad para diferenciarlo de un posible trastorno mental que no esté necesariamente relacionado con la maternidad. 

Si la madre decide ir a terapia, el especialista en salud mental trabajará en conjunto con ella para determinar qué está causando ese estado emocional y cómo tratarlo. 

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¿Cómo tratar la depresión posparto?

Depresión postparto: una realidad poco hablada que afecta la salud mental materna
Foto referencial

La principal herramienta del tratamiento es la psicoterapia, desde allí se evaluará si es necesario el apoyo de psiquiatría para indicar tratamiento farmacológico. 

“Los casos que necesitan de medicación son muy severos y se dan por ejemplo cuando la madre no duerme en absoluto, no come o cuando se hace daño ella misma o al bebé. En todos estos casos se trabaja en conjunto la terapia farmacológica con la psicolǵica”, expresó la experta.

Marrero comentó que usualmente la depresión postparto es pasajera y con una buena atención en salud mental se puede lograr una óptima recuperación.

Continuar en terapia luego de la depresión posparto depende de los objetivos de la madre. Si su meta es recuperarse de los síntomas en el proceso de la crianza se puede finalizar terapia, pero si quiere plantear otras cosas como el fortalecimiento de su autoestima puede seguir yendo a consulta”, agregó.

Factores de riesgo 

La psicóloga expuso que todos los cambios relacionados con el nacimiento de un bebé pueden actuar como factor de riesgo o detonante emocional para la depresión posparto. Agregó que también existen factores externos que perjudican la salud mental de la madre. 

Algo muy común es el duelo o tristeza que produce dejar de estar embarazada, porque se pasa de un estado en el que la madre se siente completa con el bebé dentro de ella, a una situación en la que el bebé ya está en el exterior y hay que hacerse cargo de él”, indicó Marrero. 

Los antecedentes de trastornos depresivos o ansiosos, así como el haber tenido abortos anteriormente son aspectos que se deben tomar en cuenta incluso durante el embarazo para tomar acciones preventivas. 

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Depresión postparto: una realidad poco hablada que afecta la salud mental materna
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Entre los factores externos que pueden provocar una depresión posparto, la especialista mencionó la situación socioeconómica de la mujer. Alegó que no contar con los recursos financieros para cubrir las necesidades de un hijo es un desestabilizador emocional importante. 

“La ausencia de redes de apoyo adecuadas, es decir, una familia que contenga y acompañe a esa madre o una pareja que no sea emocionalmente disponible o no está dispuesta a validar las emociones de su pareja entran en esos factores de riesgo también”. 

Sobre este último caso, la psicóloga explicó que ocurre cuando la pareja tiene dificultades para procesar sus propias emociones y, en consecuencia, no puede contener o calmar la angustia de su pareja. 

Las presiones sociales en todo lo relacionado con la crianza así como la culpa o duelo vinculado con dejar el trabajo por el reposo posparto podrían provocar alguna alteración emocional.

No es necesario ser feliz todo el tiempo 

La psicóloga señaló que culturalmente las mujeres pueden sentir la obligación social de ser felices durante el embarazo, el parto y la maternidad. Aclaró que incluso cuándo el embarazo es planificado y deseado se le debe permitir a la madre no ser feliz todo el tiempo, porque cada emoción es necesaria para tener una buena salud mental. 

Hay mucha presión social con sentirse feliz en el proceso del embarazo, pero en esta, como entras situaciones, también se pueden sentir cosas como culpa, ansiedad, miedo, rabia o tristeza porque la mujer está atravesando muchas cosas físicamente”, expresó.

La especialista comentó que cuando la embarazada tiene una serie de malestares físicos como dolor, náuseas, mareos o hinchazón también pueden evolucionar en malestar emocional. Expresó que es fundamental que tanto la madre como quienes la rodean validen sus emociones y no ejerzan presión para que manifieste alegría. 

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“El no permitir estas emociones tiene repercusiones en la salud mental de la madre posteriormente que podría manifestarse como una depresión posparto”, dijo.

Depresión postparto: una realidad poco hablada que afecta la salud mental materna
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Cómo apoyar a la madre en el proceso

La psicóloga enfatizó en la importancia de validar las emociones de la madre en el embarazo y el posparto, así como evitar minimizar las situaciones que le causan malestar emocional. 

Si el familiar o pareja nota que hay una pérdida del autocuidado como dificultades para bañarse, comer o dormir se debe estar alerta y no dejar que se le paso solo, porque podría ser una señal de un proceso depresivo”, expresó.

Agregó que durante el embarazo se debe crear un entorno seguro en el que la madre se sienta en confianza para hablar de sus emociones sin ser juzgada. Asimismo, se le debe alentar a hablar de las cosas que le están provocando tristeza o rabia.

Insistió en que se debe dejar claro que es normal sentir miedo por criar un hijo o hija y que no se debe culpabilizar ni reprochar a la madre o padre por ese sentimiento.

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