• Hace 38 años, un rugido de guitarras sacudió a Estados Unidos e Inglaterra al mismo tiempo. El concierto Live Aid, creado para recaudar fondos para combatir el hambre el África, terminó convertido en un evento que repercutió en la cultura popular, y consolidó al rock como uno de los géneros musicales más importantes de la historia

Londres, Inglaterra, 13 de julio de 1985. Francis Rossi, vocalista de la banda británica Status Quo, no puede contener su emoción en el escenario mientras grita “Hello, UK (Hola, Reino Unido)”. Frente a él, el estadio Wembley era un mar de personas al punto de que no se veía ni un centímetro del césped o las gradas. Más de 74.000 cabezas comenzaron a sacudirse animadas cuando comenzaron a sonar las primeras notas de la canción “Rockin’ All Over The World”.

Del otro lado del océano, en Estados Unidos, Bernard Watson, un joven de 18 años de edad sin carrera musical previa, encara a un público de 99.000 personas para tocar con su guitarra acústica el tema “All I Really Want To Do”, de Bob Dylan. Había acampado una semana frente al John F. Kennedy Stadium de Filadelfia, donde se realizaría el concierto, intentando convencer a los organizadores para que le dejaran participar. Y para su sorpresa, le dejaron ser el abridor.

Ambos conciertos, además de ocurrir casi simultáneamente, compartían el mismo emblema con la silueta del continente africano convertido en una guitarra. Se trataba del Live Aid, un evento organizado por los músicos británicos Bob Geldof y Midge Ure, y que buscaba recaudar fondos para la emergencia humanitaria que se vivía en Etiopía y Somalia, producto de una hambruna.

Elton John, Phil Collins, Queen, Black Sabbath, Mick Jagger, Paul McCartney, David Bowie, Led Zeppelin, Bob Dylan y U2 fueron apenas algunos de los integrantes de la lista de artistas que tocaron en Londres y Filadelfia ese día. Leyendas que para ese momento estaban en la cima de sus carreras, y lo demostraron a lo largo de las 16 horas que duró el espectáculo. Más allá de la caridad, fue el impacto cultural tan grande que dejó en toda una generación, lo que llevó a declarar el 13 de julio como el Día Mundial del Rock en su honor.

Rockear por una buena causa

Día Mundial del Rock: la celebración a la música que nació de una causa benéfica
Foto: Cortesía

A comienzos de la década de los setenta, una fuerte sequía azotó a Etiopía, país que en ese entonces contaba con un sistema agrícola feudal que no pudo hacer frente a la drástica caída en la producción de alimentos. Para 1980, otra sequía más fuerte que la anterior terminó por generar una crisis alimentaria que afectó no solo a Etiopía, sino también a todos los países del denominado “Cuerno de África” como Yibuti y, sobre todo, Somalia.

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Se estima que para 1983 más de un millón de personas habían muerto de hambre en esa región. Esto derivó a su vez en una crisis de migrantes y refugiados, así como en episodios de violencia e inestabilidad política que agudizaron la situación. En 1984, el líder de la banda irlandesa The Boomtown Rats, Bob Geldof, vio un reportaje de la BBC sobre esta hambruna y decidió ayudar. Se unió con el vocalista de Ultravox, el escocés Midge Ure, y juntos crearon ese año The Aid Band. Su propósito era hacer activismo para visibilizar la situación en África y recaudar fondos que se destinarían a organizaciones humanitarias.

Ambos usaron sus contactos en el medio musical para convencer a varios de los artistas más populares de la escena británica de grabar un disco benéfico, aunque por las diferencias de agenda de cada uno, se optó por crear una canción que agruparía a todas esas voces bajo un mismo mensaje. Así, lanzaron el 29 de noviembre de 1984 el tema “Do They Know It’s Christmas?”.

La mega colaboración contó con 42 artistas participantes, entre ellos personalidades de la talla de David Bowie, Sting, George Michael, Paul McCartney, Phil Collins, Boy George y Roger Taylor. Su disco físico, con el tema “Feed the World” en el lado B, se convirtió en uno de los más rápidamente vendidos en la historia del Reino Unido, además de permanecer cinco semanas en el N° 1 de las listas de ese país.

En Estados Unidos, el músico Harry Belafonte y el productor Ken Kragen se unieron a la causa de Band Aid, y decidieron replicar el éxito de “Do They Know It’s Christmas?” en su propia versión con artistas estadounidenses. Así nació “We Are the World”, escrita por Michael Jackson y con Quincy Jones como productor. Participaron 45 músicos, entre ellos 21 vocalistas. Además del Rey del Pop, cantaron figuras del momento como Cindy Lauper, Ray Charles, Billy Joel, Lionel Richie, Tina Turner, Stevie Wonder y Bruce Springsteen.

“We Are the World” salió el 7 de marzo de 1985 y fue un éxito incluso mayor que el de su hermana británica. Vendió 7,5 millones de copias solamente en Estados Unidos, También ganó el premio Grammy a Canción y Álbum del Año. En retrospectiva, se convirtió en la canción que permaneció en la memoria colectiva al recordar ese momento. Su éxito mundial sirvió a su vez para promocionar el siguiente proyecto que se cocinaba en ambos países: el Live Aid.

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Dos estadios, un corazón

Día Mundial del Rock: la celebración a la música que nació de una causa benéfica
Foto: Cortesía

Ambas canciones, además de concientizar sobre la hambruna en África, tejieron una red de voluntades en el medio artístico dispuestos a colaborar en el Live Aid. La idea era que el concierto sirviera de anzuelo para que las personas pudieran llamar a los números que constantemente se daban durante el show y hacer donaciones, al estilo de un teletón. De hecho, el concierto se transmitió en vivo en 165 países, alcanzando una audiencia de 1.500 millones de espectadores.

En el Wembley, los príncipes de Gales, Carlos y Diana, estuvieron presentes en la ceremonia de apertura. Algunos momentos que marcaron la jornada fueron la colaboración de Sting y Phil Collins, quienes cantaron juntos el tema “Every Breath You Take” de The Police. Mientras Elvis Costello, solo con una guitarra eléctrica, cautivó con su versión de “All You Need Is Love” de The Beatles.

Aunque se hicieron intentos para reunir a Ringo Starr, George Harrison y a Julian Lennon, hijo de John, todos rechazaron la oferta. En cambio, Paul McCartney hizo corear a todo el estadio el legendario tema de la banda, “Let It Be”. Estuvo acompañado en los coros por Bob Geldof, David Bowie, además de Pete Townshend, de The Who, y Alison Moyet.

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Queen, en el estadio Wembley de Londres. Foto: Cortesía

En cambio, el gran favorito de ese día fue Queen. A pesar de que debieron recortar sus canciones para ajustarse a los 20 minutos de tiempo, Freddie Mercury dio un performance tan memorable que fue recreado décadas después para su película biográfica Bohemian Rhapsody.

Otros grupos que dejaron su huella fueron The Who, con su tema “Pinball Wizard”, en medio de un bajón eléctrico que cortó la transmisión por televisión. O Elton John, quien cerró su presentación cantando a dúo “The Sun Go Down On Me” con George Michael, muchos años antes de que este revelara su orientación sexual.

Al finalizar, Geldof invitó a todos los artistas al escenario, para cantar juntos “Do They Know It’s Christmas?”.

Del otro lado del mar

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Led Zeppelin, en el estadio JFK de Filadelfia. Foto: Cortesía

En Londres ya iban por las cuatro horas de concierto cuando comenzaron a sonar las guitarras en Filadelfia. El actor Jack Nicholson fungió como animador y presentador de cada agrupación. Luego de la modesta presentación de Bernard Watson, la cantautora Joan Baez tomó el micrófono antes de tocar y dijo: “Este es nuestro Woodstock”. Sabía que al igual que aquel famoso festival de 1969, ese evento sería trascendental para toda esa generación.

A diferencia de Londres, con un tono más suave y pop, en ese estadio prevaleció el heavy metal, con un Black Sabbath que traía de vuelta a Ozzy Osbourne como vocalista tras seis años ausente. También estuvieron Judas Priest, y un Led Zeppelin que no tocaba desde la muerte de su baterista John Bonham en 1980. Precisamente por la falta de ensayos, sus miembros consideraron su presentación como desastrosa, y años después se negaron a incorporar su parte en el DVD conmemorativo del Live Aid en 2004.

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Clave para la presentación de Led Zeppelin fue la llegada de Phil Collins, quien luego de tocar con Sting en Londres, voló en un avión Concorde a Estados Unidos y llegó en tiempo récord para apoyarlos en la batería. También tocó junto a Eric Clapton. Otra colaboración memorable fue la del vocalista de The Rolling Stones, Mick Jagger, junto a Tina Turner para cantar el tema “State Of Shock”.

Pero no solo hubo rock en el Live Aid estadounidense. El pop tuvo un lugar importante de la mano de The Beach Boys y Kenny Loggins, quien interpretó “Footloose”, para entonces el tema del momento. Madonna dio una presentación sobria, en la que se burló de las críticas sobre la sexualización de sus shows diciendo “hoy no me quitaré nada”.

El cierre estuvo a cargo de Bob Dylan, quien reviviendo el espíritu de paz de Woodstock, tocó sus icónicos temas “Blowin’ in the Wind” y “When the Ship Comes In” acompañado por Keith Richards y Ronnie Wood, de The Rolling Stones.

Al igual que en Londres, luego de la presentación de Dylan, aparecieron Lionel Richie y Harry Belafonte para invitar a todos los artistas al escenario. En su caso, cantando juntos “We Are The World”.

En vano

Día Mundial del Rock: la celebración a la música que nació de una causa benéfica
Foto cortesía

El objetivo de la fundación Aid Band era reunir un millón de libras esterlinas con el evento. Sin embargo, terminó recogiendo 150 millones de libras, equivalentes a 100 millones de dólares. Todo esto fue destinado a organizaciones no gubernamentales que operaban en Etiopía y Somalia. Aunque sus organizadores sabían que no podrían resolver los problemas estructurales que sufría la región, esperaban que al menos sirviera como paliativo para ayudar a millones de personas sin acceso a agua y alimentos a resolver sus necesidades básicas, por lo menos un tiempo. Lo que Geldof y los involucrados no esperaban era que ese dinero sería incautado por el régimen militar etiope, sin ser usado para ayuda humanitaria.

En 1986, la revista Spin publicó una investigación en la que reveló que gran parte del dinero del Live Aid terminó en manos del presidente del Consejo Militar Provisional de Etiopía, Mengistu Haile Mariam. Este se usó para comprar armas a Cuba y la Unión Soviética para reprimir al movimiento independentista de Eritrea. Posteriormente se reveló que otros recursos del concierto acabaron también en guerrillas que, irónicamente, luchaban contra la dictadura de Mengistu.

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Uno de ellos fue el Frente de Liberación Popular de Tigrayan, cuyo líder confesó a la BBC en un reportaje que robaron el dinero a las ONG tras hacerse pasar por mercaderes árabes y venderles sacos que contenían arena en lugar de granos.

Organizaciones como Médicos Sin Fronteras habían advertido a Geldof que no era recomendable entregar el dinero a estas ONG sin contar con procesos de auditoría claros e infraestructuras para hacer efectiva la ayuda. También sobre las matanzas cometidas por la dictadura etiope y el riesgo de terminar, involuntariamente, financiando una guerra que destruyó tantas vidas como el hambre. Sin embargo, en ambos reportajes indicaron que Aid Band, a pesar de sus intenciones, se apresuró en donar el dinero sin una planificación correcta.

Trascendencia

Día Mundial del Rock: la celebración a la música que nació de una causa benéfica
La pincesa Diana con el entonces príncipe Carlos, en un palco del Live Aid. En la misma tribuna se encontraban David Bowie, además de Brian May y Roger Taylor, de Queen. Foto: Cortesía

Aunque no figura en las listas de los conciertos más grandes de la historia, el Live Aid sí es considerado con frecuencia como uno de los más importantes en la cultura popular. Ese momento ayudó a derribar la imagen que hasta entonces prevalecía de los rockeros como personas antisociales y peligrosas, al mostrar que podían unirse para una causa benéfica en un evento que transcurrió pacíficamente.

Ocurrió además en un momento perfecto, donde leyendas que habían ayudado a cimentar el camino del rock ya estaban de retirada, mientras otras aún seguían en pleno apogeo de sus carreras. El mundo comenzaba a configurarse de una manera distinta, con nuevas modas y la aparición de MTV para abrir paso a una forma diferente de consumir música. Pero en medio de eso, en cada estruendo de guitarras y gritos agudos estaba una magia única, que trascendía la industria del entretenimiento para convertirse en una cultura universal. Y que el Live Aid fuera visto en la Rusia soviética, o una Latinoamérica que apenas se desprendía de sus dictaduras militares era evidencia de ello.

En una oportunidad, John Lenon dijo: “De todas las cosas que estaban pasando cuando tenía 15 años, la única que me hizo mella fue el rock”. Su admiración por Elvis Presley contribuyó a la creación de The Beatles, que inspiraron a varios artistas más, desde Prince hasta Charly García. Y probablemente entre el público del Live Aid estuvieron muchos jóvenes que luego formaron sus propias bandas, como una antorcha que sigue pasando, hasta la actualidad.

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