- Funcionarios de la PNB habían detenido al pescador mientras caminaba en la península de Macanao, Nueva Esparta, con un saco que contenía 358 aletas de tiburón. Esta especie está protegida con veda permanente en todo el país por las autoridades pesqueras. Foto referencial
El Ministerio Público (MP) informó el 26 de julio que dictó privativa de libertad contra un hombre de 32 años de edad en el estado Nueva Esparta. Se le imputó por los delitos de pesca ilegal y contrabando, por su presunta responsabilidad en la captura de tiburones para vender sus aletas.
El hombre fue identificado como Willians José Larez Perdomo. El 15 de julio, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) lo detuvieron cuando caminaba por el sector Guadalupe de la Península de Macanao, en la isla de Margarita. En un saco grande, llevaba 358 aletas de tiburón, las cuales pretendía vender.
“Una vez evaluados los elementos de convicción expuestos por la representación fiscal, el Tribunal 3° de Control de la referida jurisdicción dictó privativa de libertad contra el imputado y estableció su reclusión temporal en la sede la PNB en Sabana Mar”, indicó el MP en una nota de prensa.
De acuerdo con el artículo 72 de la Ley Penal del Ambiente, la pesca ilegal se puede penar con entre tres y cinco años de prisión, o una multa de 3.000 a 5.000 unidades tributarias.
Especie en veda

Actualmente la pesca del tiburón, entre otras especies, se encuentra en veda permanente por orden del Instituto Socialista de Pesca y Acuicultura (Insopesca). Por veda, se entiende el periodo establecido por las autoridades en el cual está prohibida la caza o pesca de una especie en un lugar determinado. Esto con el fin de garantizar su repoblación.
No obstante, existen ciertas especies las cuales están en un régimen especial de protección, por lo que no pueden pescarse en ninguna temporada. Aquí precisamente figuran varios tipos de escualos como el tiburón oceánico, el tiburón zorro ojón, el tiburón bobo y el tiburón martillo.
Otras especies que están en veda permanente son los peces de pico, pepinos de mar y el botuto, cuya extracción, al igual que los tiburones, está prohibida en todo el territorio nacional. En algunos casos la veda aplica solo en determinadas zonas donde la especie está amenazada o en proceso de recuperación. Un ejemplo es la ostra perla, protegida en el sur de Nueva Esparta, la isla Los Frailes y el nororiente del estado Sucre.
Esto también aplica para el cangrejo azul del Lago de Maracaibo, la ostra de mangle del Refugio de Fauna Silvestre Caure, en Falcón. Puede ocurrir incluso con especies comunes como las pepitonas en las islas de Coche y Cubagua y la Península de Araya, o los camarones de la costa occidental del estado Falcón.
Tráfico a Asia

La nota del MP no arrojó ningún detalle sobre qué planeaba hacer Larez Perdomo con las aletas de tiburón confiscadas. Sin embargo, el tráfico de este producto, sobre todo a mercados asiáticos, es un problema que está presente en gran parte no solo del país, sino de todo el continente.
En septiembre de 2021, la Fiscalía anunció el desmantelamiento de una red ilegal que operaba tras la empresa pesquera Distribuidora KRM. Con complicidad de dos funcionarios de Insopesca, pretendían exportar a Hong Kong alrededor de 860 kilos de aletas de tiburón. En su momento, el fiscal general Tarek William Saab estimó que el cargamento estaba valorado en 250.000 dólares y habría requerido sacrificar alrededor de 900 tiburones.
De acuerdo con el portal Ladera Sur, la crisis económica venezolana, sumada a la influencia de empresas chinas en el país, ha contribuido al contrabando de aletas de tiburón, y animales exóticos en general, hacia la potencia asiática. Indicó que muchas empresas chinas aprovechan el trato especial que reciben para exportar cualquier tipo de producto de Venezuela, con lo cual extraen fauna endémica eludiendo las inspecciones de seguridad o, entre otras cosas, pagando sobornos a los funcionarios.
Amenaza ecológica

En el caso específico del tiburón, la sopa de aleta es un manjar de alta gastronomía en China, donde se consume en banquetes, bodas o festividades. Un plato puede superar los $100, el auge económico del país ha disparado su demanda, y con ello la pesca de tiburones. Aunque países como España o Noruega son exportadores legales, el contrabando desde otros mares como el Caribe ha aumentado.
Dado que el resto de la carne del tiburón no es tan llamativa como la aleta, que es lo único que se consume en Asia, muchos pescadores ilegales practican el finning, considerado como una forma de maltrato animal. Consiste en cortar solo esta parte del tiburón y luego arrojarlo de vuelta al mar. Sin su aleta, el tiburón no puede nadar, por lo que se hunde y muere poco después, además de provocarle gran dolor. Esta práctica está prohibida en la Unión Europea por su extrema crueldad, además de desperdicio de recursos, pues los pescadores lo hacen solo para no llevar el resto del animal en sus contenedores.
Ladera Sur estimó que existen alrededor de 80 especies de tiburones en las costas venezolanas, entre ejemplares endémicos y aquellos que migran en ciertas temporadas. Al ser un depredador en la cima de su cadena alimenticia, su caza indiscriminada puede provocar serios desequilibrios en la naturaleza, lo que a la larga afecta no solo al medio ambiente, sino también a la propia pesca, con la sobrepoblación de ciertos tipos de peces no comestibles y la desaparición de otros.
Más detenciones
El 2 de abril, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) detuvieron a seis pescadores, también en Nueva Esparta, por extraer ilegalmente pepinos de mar. El procedimiento se realizó durante un patrullaje marítimo en el sector El Corral de Taguantar, en el municipio Díaz.
Los hombres intentaron huir, pero fueron interceptados y llevados al Destacamento de Vigilancia Costera de Juan Griego. Allí les encontraron 34 kilos de estos animales en bolsas y envases de plástico. El pepino de mar suele ser usado en la cocina y la medicina tradicional, sobre todo en el mercado asiático. Sin embargo, en Venezuela se encuentra en veda permanente para su conservación.
Un caso similar ocurrió en noviembre de 2022. En esta oportunidad, el Ministerio Público privó de libertad a nueve pescadores que habían zarpado desde Barlovento, estado Miranda, hacia el archipiélago de Los Roques. Durante una inspección de su embarcación por la GNB, se percataron de que tenían sus permisos vencidos y el sistema de identificación automático de la nave desconectado.
Posteriormente encontraron 2.859 kilogramos de diferentes especies marinas sin guía de movilización emitida por Insopesca. Por eso fueron imputados en enero por pesca ilícita y contrabando.