- Las autoridades aseguraron que había personas varadas en la ciudad de Danlí desde por más de cinco días | Foto: EFE
Alrededor de 1.300 migrantes que estaban varados en la ciudad de Danlí, Honduras, fueron trasladados en autobuses el jueves 24 de agosto hacia Agua Caliente, frontera con Guatemala, para continuar con su objetivo de llegar a Estados Unidos.
Los migrantes, en su mayoría de Venezuela, Colombia y Cuba, tenían más de cinco días varados en la ciudad y salieron en 18 autobuses en cumplimiento a una orden del gobierno de Xiomara Castro, en coordinación con las autoridades de Danlí y otras instituciones públicas, además de privadas, que ha permitido el traslado de los migrantes hasta la frontera con Guatemala.
Para el 24 de agosto solo estaba planificado despachar 10 autobuses, pero ante la gran cantidad de migrantes se sumaron ocho, dijo el gerente de Coordinación de Delegación en Danlí del Instituto Nacional de Migración, Wilfredo Escoto, a la agencia de noticias EFE.
“Lo sentimos, pero ya no podemos dar más, aparte de la amnistía y el apoyo con diversas instituciones”, indicó Escoto a decenas de migrantes que no pudieron viajar esa noche en el último autobús que salió hacia Aguacaliente, a las 7:00 pm hora de Honduras.

Escoto agregó que debido a que no había suficientes unidades de transporte para todos los migrantes en el lugar, se le dio prioridad a los que llevaban más de cinco días en la ciudad que en los últimos días ha visto rebasada su capacidad para albergar el creciente flujo de extranjeros, algunos incluso procedentes de Asia y África.
Los migrantes
Los que no pudieron viajar, muchos de ellos miembros de una misma familia, además de niños pequeños, buscaban un sitio para pasar la noche y esperar si para el viernes 25 de agosto hay un espacio disponible para seguir su ruta migratoria.
“Llegamos hoy (a Danlí), la idea es seguir hasta los Estados Unidos, pero aquí nos hemos estancado por falta de dinero para poder estar en un lugar”, expresó a EFE Leidy Miranda, quien viajaba con su pareja, Rafael Mora, de nacionalidad venezolana, y su hijo de dos años de edad.

Reiteró que no cuentan con el dinero para quedarse en un hotel o residente, y las autoridades no les permiten quedarse en lugares públicos, como parques.
Según el relato de Miranda, hace un mes y cuatro días que salieron de Colombia debido a la situación económica en el país. Aseguró que en su país el dinero no le alcanzaba para sobrevivir.
Por su parte, Rafael Mora expresó que el poco dinero que traían se les acabó en Costa Rica y que desde entonces han estado pidiendo monedas de pueblo en pueblo “y que nos apoyen con autobuses para avanzar”.
Agregó que en Costa Rica buscó trabajo de construcción, pero no consiguió “por la mala fama que tenemos los venezolanos”.
Leidy y Rafael no pudieron viajar el 25 de agosto por no tener todavía el salvoconducto para circular por el país centroamericano, que no solo es receptor de miles de migrantes cada año, sino que también se ve afectado por los miles de hondureños que también salen cada mes con destino a Estados Unidos y Europa, en su mayoría afectados por la pobreza y la violencia criminal.
Flujo de migrantes colapsó la ciudad de Danlí
La salida del jueves de 1.300 migrantes hacia la frontera con Guatemala, en un recorrido de unos 600 kilómetros, ha representado un alivio para la ciudad de Danlí, cuyas autoridades esta semana estuvieron a punto de cerrar el acceso a los inmigrantes por falta de capacidad para atenderlos.
Solo el domingo 20 de agosto a Danlí ingresaron 5.800 migrantes, dijo a EFE una fuente de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Muchos de los migrantes que se fueron este jueves llevaban entre 5 y 15 días hacinados en carpas y cartones en una plaza cercana al centro de Danlí, de donde fueron desalojados.