- Los audiólogos recomiendan hacerse evaluaciones al menos una vez al año para poder detectar incluso pérdidas leves de la audición
Las prótesis auditivas son necesarias cuando una persona presenta una pérdida significativa de la audición. Esto puede ocurrir en personas de cualquier edad por motivos congénitos, de hábitos o provocados por traumas.
Los audiólogos pueden sugerir una evaluación auditiva incluso desde el momento del nacimiento. También en edades críticas como los primeros 2 o 3 años. Además, se recomienda asistir a un chequeo por lo menos una vez al año.
La terapista de lenguaje Azucena Salazar explicó para El Diario que las personas que trabajan en entornos con ruido excesivo como aeropuertos, puertos marítimos, barcos, discotecas y construcciones deben evaluar su audición de forma regular.

Salazar indicó que la pérdida auditiva también puede ocurrir por malos hábitos como la exposición voluntaria a música con alto volumen. Asimismo, el paciente puede escuchar menos si tiene algún daño en el conducto auditivo, el oído medio o una perforación en el tímpano.
Prótesis auditivas y cuánto cuestan
El tipo de prótesis que vaya a usar el paciente depende de su nivel de pérdida auditiva. De hecho, la forma del dispositivo se ajusta a las medidas del paciente y con un software se configura para cubrir sus necesidades.
En el mercado hay distintas marcas y en Venezuela se consiguen aparatos de alta gama, incluso algunos cuentan con funciones de inteligencia artificial. Los auxiliares auditivos vienen en dos modelos: con baterías descartables o baterías recargables. Esta es la principal característica que determina la variación en sus precios.
Para adquirir estas prótesis se necesita de una evaluación auditiva reciente. Los centros autorizados que ofrecen los dispositivos por lo general también disponen de los equipos para la evaluación.
Uno de estos centros autorizados es Av Soluciones Auditivas, ubicado en el Centro Profesional Santa Paula (Caracas). Allí el paciente puede hacerse la evaluación auditiva por 40 dólares.
Esta institución comercializa los auxiliares auditivos con baterías descartables desde $550 hasta $1.200, mientras que los de baterías recargables van desde $3.000 hasta $4.000. Todos los dispositivos son de la marca Signia.

La misma empresa le distribuye a la cadena de farmacias Locatel, la cual ofrece la evaluación auditiva en $15, pero si se adquiere el auxiliar auditivo en sus sedes se exonera el pago del estudio. Este examen se puede hacer en las sucursales de Las Mercedes, La Castellana, Chacaíto y El Marqués.
Otro centro donde se puede adquirir un auxiliar auditivo es en el Grupo de Rehabilitación Integral, ubicado en el Centro Profesional Vizcaya. Allí la consulta y la evaluación audiológica cuestan $60.
Los auxiliares auditivos con baterías descartables en este recinto van desde los $620, mientras que los recargables oscilan entre $800 y $3.000. Estos dispositivos cuentan con funciones con inteligencia artificial y una aplicación para teléfonos que permite ajustar niveles en el dispositivo. Con la compra del aparato, el paciente recibe un año de consultas sin costo adicional.
Evaluaciones auditivas
La terapista Azucena Salazar detalló que a los recién nacidos se les debe hacer un despistaje auditivo, especialmente si la madre tuvo rubéola durante la gestación o un embarazo problemático en el que le hayan indicado el uso de medicamentos.
“La prueba en bebés se llama emisiones otoacústicas y tenemos otra prueba que se llama potenciales evocados auditivos”, indicó la especialista del Centro de Audición y Lenguaje Margarita (Calma), ubicado en el estado Nueva Esparta.
La terapista explicó que a partir de los 4 años de edad se pueden realizar audiometrías, aunque si un niño más pequeño es capaz de atender las indicaciones del especialista también es candidato para este estudio.

La terapista mencionó que la audiometría dura alrededor de media hora, pero también puede prolongarse de acuerdo con la captación del paciente. Señaló que con los niños las evaluaciones suelen ser mucho más largas, porque el audiólogo debe dirigir el estudio como si fuera un juego.
Además de determinar si hay una pérdida de audición, con las evaluaciones se debería especificar el tipo de pérdida. La terapista señaló que puede ser conductiva por perforaciones u obstrucciones en el conducto auditivo; neurosensorial por una afectación del oído interno y la mixta cuando hay afectación en el oído medio y el interno.
“Si la pérdida es conductiva, se debe referir al paciente con un otorrino y es muy posible que el paciente mejore con tratamiento. Sin embargo, cuando hay una pérdida neurosensorial y están afectados tanto los registros graves como agudo es necesario adaptar una prótesis”, expresó Salazar.
El resultado de la audiometría tiene que determinar si la persona puede escuchar tonos puros por debajo de los 25 decibeles, lo que se considera una audición normal. Si no escucha estos tonos y debe aumentar por encima de los 25 decibeles hay una pérdida de audición.
Recuadro: Dispositivos no recomendados
En el mercado se pueden conseguir productos que prometen mejorar la audición y se pueden adquirir sin una indicación de un médico o un terapeuta. Estos se conocen como amplificadores auditivos.
Azucena Salazar explicó que este tipo de aparatos no son recomendados por ningún audiólogo, porque su función es similar a la de un audífono con alto volumen. Aclaró que a diferencia de la prótesis, a los amplificadores no se les puede ajustar las frecuencias graves y agudas, por lo que a largo plazo podría provocar un daño mayor.
Adaptación de las prótesis
Actualmente las marcas disponibles en el mercado venezolano ofrece tanto equipos intracanales que van dentro del oído como los retroauriculares que se ajustan por fuera de la oreja y con un tapón.
“Cuando uno va a adaptar una prótesis hay varios factores que debe tomar en cuenta, por ejemplo, la edad. A un bebé no le podemos poner un intracanal porque son equipos pequeños y de mucho cuidado. Es posible que ese bebé se pase la mano por la oreja y se lo quite y se lo meta a la boca, siempre nos inclinamos a un retroauricular”, explicó Salazar.
Señaló que si un adulto mayor tiene problemas con la firmeza de su pulso y el control de sus movimientos se le debería adaptar una prótesis intracanal, porque se le podría dificultar ajustarse por sí mismo el retroauricular.
La especialista señaló que para la prótesis, el audiólogo debe tomar una impresión del oído similar a la que hacen los odontólogos para prótesis dentales. Con esa impresión se manda a hacer un molde a la medida para el tapón de la prótesis.

El proceso de adaptación toma alrededor de 15 días. La terapista explicó que algunos pacientes se sienten aturdidos si usan la prótesis todo el día, por lo que a estas personas se les indica utilizarlas por periodos cortos e ir alargando esos lapsos con los días.
Salazar agregó que si el paciente manifiesta algún cambio o molestia significativa a su audiólogo se puede hacer un seguimiento y modificar las frecuencias de la prótesis. Luego de eso se sugiere hacer una evaluación audiológica y mantenimiento de la prótesis una vez al año.
“Con ese mantenimiento se le puede alargar la vida a los dispositivos incluso hasta 10 años, siempre que no cambie la audición y no se complique el diagnóstico. Por lo general si la persona tiene una pérdida auditiva leve o moderada y un año después resulta que aumentó un poco se podría ajustar, pero cada dispositivo tiene un tope y si la pérdida sigue aumentando habrá un momento en el que necesite un cambio de prótesis”, aclaró.
¿Cómo cuidar la salud auditiva?

Para prevenir situaciones en las que sea necesario el uso de una prótesis auditiva, se pueden tomar en cuenta varias recomendaciones de Salazar para cuidar la audición.
– No someterse voluntariamente a ruidos fuertes y continuos.
– Evitar que niños y adolescentes usen audífonos a todo volumen.
– Exigir protección para los oídos si se trabaja en sitios ruidosos como barcos, puertos, aeropuertos y construcciones.
– Hacer evaluaciones auditivas a los niños antes de empezar la etapa escolar.
– No introducir hisopos o ganchos en los oídos.
– Hacerse un chequeo auditivo anualmente.