- El venezolano, quien vive en México y es atleta de tiro olímpico, es uno de los dos latinos que fue seleccionado para competir en la justa olímpica
Esta nota se publicó originalmente el 12 de mayo de 2024.
El 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado, una fecha en la que se celebra la fuerza y el valor de quienes se han visto forzados a huir de su país de origen.
Edilio Centeno cree que los sueños nunca mueren. Cuando migró de Venezuela, en el año 2017, su anhelo de competir en unos Juegos Olímpicos se tambaleó. Dos años más tarde, en 2019, su retirada de la selección venezolana de tiro pareció dar por sentado que su sueño había llegado a su fin. Sin embargo, el 2 de mayo de 2024, y a sus 43 años de edad, recibió la noticia que tanto esperaba: que iba a competir como tirador olímpico en el Equipo Olímpico de Refugiados en París 2024.
Centeno, oriundo de Barquisimeto, estado Lara, formó su carrera profesional en la disciplina de tiro con la selección venezolana durante 17 años. La decisión de retirarse del deporte se debió a que ya no era sostenible. En sus primeros años como migrante trabajaba 12 horas al día, lo que incidía en su rendimiento.
Aunque consiguió la clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima 2019, considera que su actuación no fue la mejor debido a problemas logísticos por parte de las autoridades deportivas venezolanas, lo que lo llevó a anunciar su retiro poco después.
En 2020, el venezolano solicitó refugio en México en la búsqueda de su regularización migratoria como ciudadano y no pasó por su mente la idea de volver a la disciplina.
“Si yo pudiera elegir, no sería un refugiado”

Centeno dice que no eligió ser un refugiado cuando emigró de Venezuela a México en el año 2017. Tampoco su hermana, con quien entrena y practica el deporte. Detalló que la migración de Venezuela no fue un acto de elección, sino una respuesta a las condiciones adversas que enfrentaba en el país.
Mencionó que las protestas antigubernamentales le impedían entrenar con regularidad o viajar para participar en competencias internacionales. Él piensa que las circunstancias económicas también lo empujaron a abandonar su hogar y dejar de lado su disciplina.
“Yo me vi obligado a irme. Si yo pudiera elegir, no sería un refugiado, yo escogería estar en mi casa, en mi país y que toda mi familia estuviera en Venezuela y entrenar y competir allá, eso es lo que yo quisiera, pero la vida me presentó esta dinámica por lo que tuve que echar para adelante”, dijo el deportista para El Diario.
Centeno explicó que aplicó a una beca para Atletas Refugiados, avalado por el Comité Olímpico Internacional (COI), para volver a competir de forma internacional en el tiro deportivo. El venezolano aclaró que la oportunidad no es una postulación directa para estar en los Juegos Olímpicos, sino una alternativa que facilita que los migrantes puedan dedicarse a los entrenamientos.

Para formar parte del programa, el venezolano indicó que se exigen una serie de requisitos como tener un currículum deportivo, haber competido de forma internacional y poseer la figura de refugiado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Una vez que consignaron los documentos, Centeno, junto a su hermana, quedaron seleccionados con alrededor de 60 atletas que también postularon para la beca. Pero luego de una evaluación que hace el Comité Olímpico Internacional, con base al rendimiento deportivo y la situación migratoria, se realiza un nuevo corte para otorgar los 36 cupos definitivos.
En esta edición, uno fue para el venezolano y otro para el cubano Fernando Dayan Jorge Enríquez (piragüismo esprint), quienes serán los únicos dos representantes latinos en este grupo.
Centeno sostuvo que las autoridades encargadas de la beca deportiva exigen ciertos estatutos para obtener la beca que, en principio, solo otorga beneficios para practicar el deporte, por lo que el ingreso al equipo de refugiados es una situación adicional.
Además, alcanzó la marca mínima requerida por la Federación Internacional de Tiro para ser elegible en unos Juegos Olímpicos (563 puntos). En las Copas del Mundo previas, Centeno registró puntajes de 563 y 565 puntos.

Su rendimiento deportivo mostró una curva ascendente tras haber participado en el Grand Prix Internacional en Holanda, donde llegó a ser top 8 en la clasificación de la competencia y obtuvo la cuarta posición en la modalidad individual de la final.
Preparación para cumplir su sueño

Edilio Centeno se prepara para su próxima gran actuación ahora que forma parte del Equipo de Refugiados. El 29 de mayo participará en la Copa del Mundo de Alemania y espera iniciar su preparación en España para los Juegos Olímpicos, durante el mes de junio.
Al practicar un deporte longevo como el tiro olímpico, la disciplina le permite seguir compitiendo internacionalmente a pesar de su edad.
En este punto, comenta que esto lo ve como otra motivación, alentando a las personas a que pueden lograrlo, independientemente de su edad, si se lo proponen.
Para él, esta experiencia no solo representa un logro personal, sino también una oportunidad para crear conciencia sobre la situación de los refugiados en todo el mundo. A través de su presencia en el escenario deportivo internacional, busca dar voz a aquellos que enfrentan adversidades y desafíos similares, abogando por la inclusión y la solidaridad.
Además, no pierde de vista su siguiente sueño: el retomar su academia de tiro que tenía en Barquisimeto, estado Lara. Abierta en el año 2013, la academia deportiva de Centeno se convirtió en un centro de formación dedicado a fortalecer y mejorar el rendimiento de los atletas. Su compromiso con la excelencia deportiva se reflejó en su contribución a la clasificación de varios deportistas en la preselección venezolana de tiro.
Impulsado por el deseo de formar la próxima generación de atletas destacados, Centeno considera esta tarea como un objetivo pendiente. Él sostiene que, de no haber dejado el país, quizás habría más atletas en este deporte.
“Es un sueño que tengo y lo voy a hacer en algún momento para mi país porque creo que en algún momento la situación en Venezuela tiene que mejorar”, afirmó.
Por último, el venezolano cree firmemente en el potencial del deporte para unir a las personas y superar las barreras sociales y culturales. Por eso, quiere representar y dejar a su país por todo lo alto, como siempre lo soñó.