- Ramzi Souki y Giancarlo Corrado dirigen una academia en la Gran Caracas que promueve la educación y los valores como una base para avanzar en el deporte
Una vista panorámica de la ciudad de Caracas sirve de fondo para los estudiantes de la academia Futuros Vinotinto del Futuros Complex, en Cumbres de Curumo, municipio Baruta. El ambiente es fresco pese a que los entrenamientos comienzan a las 3:00 pm en una temporada calurosa.
Edward Parra tiene 11 años de edad y 6 años practicando fútbol, previamente había estado en otra academia, pero en enero de 2024 llegó a Futuros Vinotinto. Allí entrena de lunes a viernes porque cumple con los entrenamientos básicos y con los del equipo sub-12 que participa en la Liga Pipo Rossi.
“Tengo dos posiciones, extremo izquierdo y extremo derecho, pero prefiero la banda izquierda”, explica Edward en una entrevista para El Diario.
Confiesa que le gustaría jugar en el FC Barcelona si se convierte en futbolista profesional, aunque también tiene aspiraciones de llegar a la selección nacional. Insiste en que lo más importante es enfocarse en sus estudios como objetivo principal. Le gustaría estudiar fisioterapia, aunque argumenta que “aún falta para eso”.
Entre los aprendizajes que le ha dejado el fútbol destaca la disciplina y la confianza en sí mismo, aunque comenta que los entrenadores siempre hacen énfasis en que la escuela debe ser la prioridad sobre el deporte.
Agrega que el apoyo de sus profesores y sus padres ha sido fundamental para él y su hermana, quien también juega fútbol, por lo que su familia aboca gran parte de su tiempo y esfuerzo en el deporte.
Sabe que sus instructores lo esperan para continuar con el entrenamiento, pero a pesar de la prisa se despide amablemente y agradece por la entrevista.
El esfuerzo detrás de Futuros Vinotinto
El Futuros Complex cuenta con instalaciones en buenas condiciones para recibir a sus estudiantes. Sin embargo, en años anteriores este espacio era muy distinto. Ramzi Souki, fundador y director de Futuros Vinotinto, explica que la academia llegó al polideportivo en Cumbres de Curumo en el año 2013.
“En ese momento era un campo de tierra con medidas muy reducidas, con unas cunetas que eran un riesgo. Sin embargo, lo veíamos como una oportunidad de formar jugadores. En este campo formamos jugadores que hoy son profesionales como Carlos ‘el Guaro’ Velázquez (Academia Puerto Cabello) y en nuestros inicios tuvimos a jugadores como Daniel Pereira que hoy es Vinotinto. Esto lo digo porque los espacios son importantes, pero en ese momento no fue lo más importante, sino que siempre debe serlo el trato del entrenador al jugador y los valores”, comenta Souki en entrevista a El Diario.
La historia de Futuros Vinotinto comenzó en el año 2006 como un campamento de fútbol vacacional. El director señala que su motivación fue apoyar a los padres de niños que practicaban este deporte pero que requerían mayor atención en la temporada de vacaciones.
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Incluye un chaleco reversible, uniforme de local y uniforme de visitante.“Yo era un jugador joven empeñado en que Venezuela está repleta de talento para el fútbol y que a la vez hacía falta mucho acompañamiento en la formación y en la guía, no solo en la parte deportiva sino en la parte personal”, agrega.
Recuerda que la respuesta de los padres hacia el proyecto fue bastante positiva y Futuros Vinotinto comenzó a crecer hasta formalizarse como academia. Relata que el campamento empezó con alrededor de 20 campistas y en el primer año de la academia tuvieron aproximadamente 80 alumnos. En la actualidad cuentan con alrededor de 600 estudiantes que van desde los 4 hasta los 19 años de edad.
La Alcaldía de Baruta apoyó el proyecto de Futuros Vinotinto para convertir ese espacio en lo que Ramzi describe como un “sitio mágico”. El complejo deportivo cuenta con tres canchas de fútbol sala, tres de fútbol 7 y una de fútbol 11 para permitir la formación de niños y jóvenes en distintas modalidades del deporte de acuerdo con sus edades.
“Sabemos que estamos en un lugar privilegiado”, afirma.
Sin embargo, ese privilegio no solo radica en el poder adquisitivo de las familias de los estudiantes. El director comenta que muchos de los niños han recibido becas que les permiten continuar con su formación futbolística gracias a patrocinadores particulares (padrinos) y empresariales.
“Nosotros tenemos un ecosistema en el que todos los chicos son bienvenidos siempre y cuando evidentemente se lo ganen. Quizás más de la mitad de la Academia tiene convenios, acompañamientos, apoyos y becas y eso es a través de los try outs y las pruebas que hacemos. Somos un ecosistema independiente autosustentable y a la vez nos gusta pensar también que somos una muestra de país”, añade.
Personas antes que jugadores
Los modales y la educación son como mandamientos dentro de Futuros Vinotinto. Mientras Ramzi camina alrededor de las canchas se escuchan constantemente voces que repiten “Buenas tardes” a su paso. Esto ocurre tanto con jugadores como con los entrenadores de la academia.
“Lo más importante es la calidad humana, porque aquí queremos formar primero personas antes que jugadores. Parte de ese empleo lo da el entrenador, entonces lo primero es que debe tener valores, respeto, humildad, disciplina, constancia y compromiso, todo lo demás se aprende después”.
En lo deportivo, Souki explica que cuando se inscribe un nuevo alumno se busca que tenga una integración lo más rápida posible.
Advierte que el talento sin confianza se condiciona y “se pasma”. Comenta que para evitar que el pesimismo invada a los jugadores en los momentos malos siempre buscan que el objetivo sea el próximo partido y no lo que sucedió en el anterior.
Souki señaló que para trabajar aspectos del autoestima de los alumnos también buscan la posibilidad de que todos puedan jugar y tener minutos con sus equipos de acuerdo con el nivel que presente cada uno.
“Un jugador es alguien que tiene un poder para hacer diferencia positiva y nosotros buscamos que todos los que salgan de Futuros Vinotinto sean precisamente embajadores de nuestra filosofía más allá de lo deportivo”, recalca.
Crecer juntos
Daniel de la Cruz observa el entrenamiento de Mathew, su hijo, desde un extremo de las canchas de fútbol 7. A ratos conversa con otros padres de alumnos en la misma categoría sobre la práctica y los juegos.
El representante comenta a El Diario que su hijo llegó a Futuros Vinotinto cuando la sede de Cumbres de Curumo todavía era una cancha de tierra.
Pese a esas condiciones Daniel decidió mantener a su hijo en Futuros Vinotinto por varios años. Esto le permitió ver cómo el proyecto fue creciendo junto con los alumnos.
Mathew está actualmente en la categoría sub-12 y participa en la Liga Diamante Pipo Rossi. Su padre afirma sentirse orgulloso de su esfuerzo y considera que tomó la decisión correcta al incursionar en ese ambiente a tan corta edad.
“Su primer juguete fue un balón, yo le compraba carritos y él pateaba los carritos para jugar tiro al blanco. Colocaba los carros y pateaba el balón para golpearlos. Él tiene por lo menos dos compañeros con los cuales prácticamente inició y son algunos de los que tienen más años aquí”, relata Daniel.
Confiesa que invierte al menos tres horas diarias para acompañar a su hijo a los entrenamientos entre semana y los partidos durante los fines de semana. Expresa que el fútbol le ha dado la oportunidad de relacionarse con su hijo, compartir sus intereses y apoyarlo en los momentos buenos y en los difíciles.
“Mi chamo día a día me habla de fútbol, me habla del colegio, comparto con él todas las tardes prácticamente y eso es lo más gratificante todo, el compenetrar con él”, agrega.
Entrenamientos en el Caracas Sport Club
A 4,5 kilómetros del Futuros Complex está el Caracas Sport Club, ubicado en El Peñón (Baruta), allí funciona la segunda sede de Futuros Vinotinto en un espacios con dos canchas de grama natural.
Giancarlo Corrado también dirige la academia y, en los días en los que hay entrenamientos en ambas sedes, él y Ramzi se reparten la supervisión de los equipos en las dos locaciones.
“Estoy en Futuros Vinotinto desde el año 2012, ya son 12 años trabajando en este proyecto y ha sido demasiado gratificante, porque es algo que llena en el ámbito personal, porque ha sido una manera de influir positivamente en la formación de los chicos tanto deportiva como integral”, relató Giancarlo en entrevista para El Diario.
Futuros Vinotinto llegó al Caracas Sport Club en 2021 y actualmente entrenan jugadores de las categorías entre sub-4 y sub-17 los días lunes, martes y jueves.
Georges Kevork forma parte de los últimos grupos que entrenan durante la jornada de prácticas en el Caracas Sport Club. Él juega en las categorías sub-15 y sub-16, y comenta que tiene seis años en la academia.
El adolescente asegura que en su familia el fútbol es parte de la cotidianidad, porque además de él, uno de sus hermanos también practica este deporte y alentar a ambos en los partidos de fin de semana es parte de sus rutinas.
“Ellos se sienten muy orgullosos de mi desempeño y mi trabajo en esta academia. Hay días en los que me va muy bien y otros en los que no, pero la verdad es que mi familia se siente bien con lo que hacemos”.
Georges sueña con dedicarse de lleno al fútbol, aunque los entrenadores mantienen firme el mensaje de que la formación académica y en valores debe ser prioridad antes que el deporte.
“Si Dios me permitiera tomar esa decisión me gustaría jugar en el Real Madrid. En estilo de juego me gustaría ser como Gabriel Cichero, también me gusta el estilo de juego de Juan Arango”, expresa.
Para llegar a esas aspiraciones, aclara, se requiere de mucha disciplina, concentración y dedicación. Considera que el fútbol le da eso a los jóvenes, pero que mantenerlo en el tiempo es una decisión personal.
El adolescente agradece por la entrevista y se acerca a su grupo para hacer los últimos ejercicios de la jornada mientras baja el sol en la cancha.
Panorama del fútbol menor
Giancarlo destaca el compromiso de los niños y adolescentes que entrenan a diario para cumplir con los partidos de las distintas ligas en las que compiten. Al igual que Ramzi recalca que muchos de ellos viven lejos de las sedes e incluso algunos se han mudado a Caracas desde otros estados para poder formarse en Futuros Vinotinto.
El director explicó que en la Gran Caracas está aumentando el nivel de competitividad en las ligas y en paralelo se nota una mayor inversión en el desarrollo de academias nuevas y con trayectoria en el país.
Explica que se trata de un desarrollo conjunto, porque implica que tanto ligas, como escuelas y jugadores deben aumentar de nivel cada día más. No obstante, alega que este progreso no ha sido mayor debido a la falta de infraestructura futbolística de calidad.
Considera que también es necesario invertir en la profesionalización de entrenadores para que puedan adquirir nuevas herramientas de trabajo de forma progresiva.
“No es lo mismo un entrenador que parte del empirismo o que parte de su experiencia como jugador a alguien que jugó para que su vez se forme y desarrolle los conocimientos necesarios y pertinentes para poder brindarles herramientas a los chicos en su entrenamiento, en su día a día”, explica.
Insiste en que parte de esa profesionalización debe enfocarse también en que los entrenadores tengan herramientas para apoyar a los jugadores más allá de lo futbolístico. Agrega que el respeto siempre debe ser la base y la imagen que proyectan los equipos cada vez que entran y salen de las canchas.
Después de la práctica, varios de los alumnos se reúnen en grupos para irse del club bien sea porque se van en el mismo vehículo o para bajar caminando hacia la avenida más cercana en busca de transporte público.