Una nueva temporada de premios alcanza su punto cumbre con la 97ª edición de los Premios Oscar, entregados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. La gala será el 2 de marzo en el Teatro Dolby de Los Ángeles, California (Estados Unidos). Contará por primera vez con la conducción del comediante Conan O’Brien, en una noche donde la situación política mundial ha tenido una influencia notoria en la selección de candidaturas, incluso más que en años anteriores.
Esto se evidencia en categorías como la de Mejor Actor de Reparto, donde en esta edición privaron interpretaciones con un mensaje más allá de lo meramente artístico. Por un lado con personajes que intentan derrochar calidez y empatía en un mundo cada vez más deshumanizado. Por el otro, con personajes que reflejan el lado más cínico de la sociedad estadounidense, o que han luchado directamente contra esa oscuridad.
Con la excepción de un ya veterano Edward Norton, el resto de los nominados de este año debutan por primera vez en los Oscar. Otro icono de finales de los noventa que entra en la lista es Guy Pearce, mientras Yura Borisov diversifica el cuadro desde Rusia con amor. Destaca el caso de la exitosa serie de televisión Sucession, de cuyo elenco se alzan en la competencia sus protagonistas Kieran Culkin y Jeremy Strong con par de sólidas actuaciones.
El Diario presenta un repaso por las interpretaciones de los cinco nominados a Mejor Actor de Reparto.
Kieran Culkin (A Real Pain)
Al igual que sus hermanos Macaulay y Rory Culkin, el actor estadounidense creció en las pantallas interpretando papeles desde niño, como en las sagas de Mi pobre Angelito y El padre de la novia. Ya en su adolescencia y adultez, se mantuvo haciendo cine en películas como Las locuras de Igby (2002) o Scott Pilgrim vs. los ex de la chica de sus sueños (2010), donde encarnó a Wallace Wells. También destacó como actor de voz en series como Robot Chicken, Agente Elvis y Solar Opposites.
Sería en la televisión donde se anotaría su gran triunfo como uno de los protagonistas de Sucession, con la que ganaría un Emmy, un Globo de Oro y un Premio del Sindicato de Actores (SAG), todos en 2024. Sin embargo, con su papel como Benji Kaplan en la cinta A Real Pain, logra a sus 42 años de edad el reconocimiento del gremio cinematográfico tras arrasar en los Critics Choice Awards, los Globos de Oro, los premios del National Board of Review, y posicionarse como el favorito para el resto de la temporada en esta categoría.
Y es que Culkin fácilmente podría estar en la categoría de Mejor Actor Principal por la naturaleza de su papel, que comparte el protagonismo con David Kaplan (interpretado por Jesse Eisenberg). Ambos primos emprenden un viaje para reconectarse con sus raíces judías, aunque en el proceso chocan por sus personalidades dispares. Culkin brinda todo un estudio de profundidad de su personaje, un espíritu libre y despreocupado que va asomando capas y capas de conflictos internos, incertidumbres y adicciones, en las que el actor explota toda su emotividad y experiencia.
Yura Borisov (Anora)
El actor ruso de 32 años de edad es la revelación de la categoría, siendo la primera vez que destaca en una temporada de premios occidentales. Aun así, en su país ha sido reconocido por sus papeles en películas bélicas como Un camino a Berlín (2015), Unión de salvación (2019) y AK-47 (2020). También protagonizó otras cintas aclamadas en festivales europeos como Compartimento Nº 6 (2021) y La fuga del capitán Volkonogov (2021).
Por su participación en Anora, Borisov cuenta actualmente con nominaciones en los Globos de Oro, los Premios de la Crítica Cinematográfica y los SAG, aunque por el momento solo ha triunfado en eventos de nicho como los premios de la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles. Para los Oscar, es el primer ruso nominado en una categoría de actuación desde Mijaíl Barýshnikov en 1977.
Borisov interpreta a Igor, un guardaespaldas que al principio parece el cliché del secuaz bruto y callado, con un aparente miedo a las mujeres, pero que despierta un indescifrable interés por el personaje de Anora (Mikey Madison). A pesar de tener pocos diálogos, Igor demuestra con sus acciones ser el único en la cinta que se preocupa genuinamente por ella y no la juzga. Es una chispa de empatía que conecta a dos almas rotas en un mundo ruidoso y hostil. Cuando finalmente habla y es tomado en cuenta por la protagonista (y el espectador), resulta en una interpretación cálida y humana.
Guy Pearce (The Brutalist)
El protagonista de cintas de culto como Memento (2000), La máquina del tiempo (2002) y El último gran mago (2007) obtuvo su primera nominación al Oscar por interpretar al millonario Harrison Lee Van Buren en The Brutalist. También es su primera vez en los BAFTA y los Critics Choice Awards.
En su historial de premios, Pearce ganó en 2011 un SAG a Mejor Actor de Reparto por El discurso del rey, así como un Emmy en la misma categoría por la miniserie Mildred Pierce (2012). Aunque su nombre figura en la mayoría de las premiaciones de esta temporada, hasta ahora destaca por ganar en los Satellite Awards.
En The Brutalist, el personaje de Harrison Lee Van Buren representa al propio Estados Unidos. Un hombre/país rico, que al principio acoge en su hogar a migrantes talentosos bajo la promesa del sueño americano, pero luego quiebra su espíritu al imponer sus valores conservadores, su visión capitalista del dinero sobre el arte y sus prejuicios contra las minorías. Detrás de esa apariencia benévola y refinada, de modales y dicción perfectas, se oculta la sombra de una sociedad acostumbrada a abusar de sus migrantes y desecharlos (o deportarlos) cuando ya no son útiles.
Jeremy Strong (The Apprentice)
Nuevamente una nominación apropiada para los tiempos actuales. En The Apprentice, encarna a Roy Cohn, un polémico abogado conocido por sus contactos políticos y sus prácticas irregulares, que le permitieron tener una gran influencia en los círculos del Partido Republicano. Fue el asesor legal y mentor de un joven Donald Trump. La película muestra cómo su filosofía maquiavélica y su moralidad ambigua permearon en el hoy presidente de Estados Unidos. E incluso, recuerda cómo a veces el alumno es capaz de superar al maestro.
La forma en la que Strong plasma el carácter depredador de Cohn, así como sus contradicciones como conservador de derecha y homosexual, le han valido en esta temporada sus primeras grandes nominaciones en el rubro del cine. Su nombre figura en los SAG, Globos de Oro, BAFTA y los Oscar, entre otros. Previamente había compartido un premio del Sindicato de Actores a Mejor Elenco por la cinta El juicio de los 7 de Chicago (2021).
El estadounidense ya es una estrella consagrada en la televisión por Sucession, con la cual ha ganado dos SAG en 2022 y 2024, un Satellite Award (2019), un Globo de Oro (2022) y un Emmy (2020). También ha participado en películas como Lincoln (2012), La noche más oscura (2012), Selma (2014), La gran apuesta (2015), Molly’s Game (2017) y The Gentlemen (2019).
Edward Norton (A Complete Unknown)
No hay papel que Norton no intente impregnar su esencia histriónica. Desde joyas cinematográficas como Fight Club (1999) y El Gran Hotel Budapest (2014), hasta blockbusters comerciales como The Incredible Hulk (2008). Esta es la cuarta nominación al Oscar para el actor, guionista, director y productor, quien ya compitió antes por Primal Fear (1997), American History X (1999, como Mejor Actor) y Birdman (2015).
Aunque ha sido un constante en casi todas las galas de la temporada, por el momento no ha conseguido ningún galardón. Esto no ha frenado sus aspiraciones de alzar su primer Oscar por interpretar al músico y activista Pete Seeger en la biopic de Bob Dylan, A Complete Unknown. Ese mentor que fungió como guía del célebre cantautor en sus comienzos, pero que luego se enfrentaron en una profunda rivalidad por diferencias artísticas.
Si bien Norton se caracteriza por interpretar personajes disfuncionales, ansiosos y un poco antipáticos, con Seeger logró capturar ese carácter suave y ameno, que fue pionero en los valores y luchas que años después enarboló el movimiento hippie en los sesenta. El actor tuvo que aprender a tocar el bajo y estudiar a fondo el performance del artista en escena, pero también debió capturar la profundidad de sus principios. Un artista celoso de la pureza de la música folk, que defendía con tanta pasión como los derechos humanos.