¿Se puede vivir del arte en Venezuela?: tres creadores comparten su experiencia

Un escultor, una artista plástica y un director de teatro señalan los retos de sus respectivos oficios ante la incertidumbre del contexto económico venezolano
Yanuacelis Aure
Yanuacelis Aure - Redactora
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En Venezuela decidir dedicarse al arte puede representar todo un reto por el contexto económico del país. Sin embargo, muchas personas todavía encuentran oportunidades para poder seguir con esta pasión.

En algunos casos, los artistas recurren a trabajos extras para poder continuar con sus carreras artísticas y poder hacerse un nombre tanto en Venezuela como en otros países.

El escultor Carlos Jairran, el director de teatro Rafael Barazarte y la artista plástica María Bilbao Herrera conversaron con El Diario sobre sus historias y experiencias como artistas en Venezuela.

Carlos Jairran, un escultor que busca conectar a través de sus obras

Carlos Jairran es un escultor venezolano, de 32 años de edad, quien se ha dedicado casi desde niño a la escultura. Este artista ha llevado su arte fuera de Venezuela a países como Estados Unidos y Colombia.

“Desde muy niño tuve esa inquietud por el dibujo, pero sobre todo por el modelado en plastilina de figuras. Todo venía como de alguna necesidad de aproximarse a lo palpable y también es lúdico porque reemplazaba la idea de tener juguetes y de palpar estos personajes imaginarios”, contó el escultor en entrevista para El Diario.

Jairran explicó que a partir de este pasatiempo decidió formarse académicamente como escultor, pero asegura que en Venezuela no existen academias de arte que enseñen la escultura formal figurativa.

“Logré tener un cupo en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) y estudiar allí. Siempre tuve la intención de trabajar las esculturas desde la figuración, trabajar el cuerpo humano desde la escultura, algo que no cala mucho porque no es una tendencia que se trabaje mucho en el Arte Contemporáneo”, aseveró. 

De acuerdo con el artista, la Unearte ofrece un pensum multidisciplinario, lo cual le permitió también conectar con otras artes como la danza.

“Me vinculé muchísimo más con la danza porque con ella se trabaja explícitamente el cuerpo y yo sentía que mi escultura se conectaba mucho con eso y con esto aprendí anatomía y eso generó una influencia importante en mi trabajo”, señaló.

Jairrén aseguró que “un momento clave” para su arte fue la pintura La Venus de Urbino del pintor italiano Tiziano Vecellio di Gregorio, conocido como Tiziano.

¿Se puede vivir del arte en Venezuela?: tres artistas cuentan su experiencia
Foto: @carlosjairran.escultor | Instagram

Un talento que traspasó las fronteras

Al principio, Carlos Jairran tuvo dificultades para exponer su obra en Venezuela, pero logró tener su primera exposición internacional hace 12 años en Estados Unidos.

Jairran consideró que esta experiencia le sirvió para entender que su escultura no se podía limitar y que se podía llevar a otros espacios fuera de las fronteras venezolanas.

“Siento que el arte es un poco eso: insistir en tu propuesta personal, ser honestos para no traicionar esa visión personal que uno busca como artista”, aseguró.

Además de EE UU, el escultor también llevó su arte a Colombia en donde vivió durante cinco años y se dedicó plenamente a la escultura.

El proyecto del Paseo de los Escritores

A pesar de hacerse un puesto como escultor en Colombia, Carlos Jairran regresó en 2023 a Venezuela para trabajar en el Parque de los Escritores en El Vizcaya, El Cafetal, un proyecto de la Alcaldía de Baruta con varias embajadas en Venezuela.

“Eso ha sido un compromiso muy grande y una forma de cumplir un sueño. La idea era hacer estas esculturas públicas en la escena caraqueña y también fue una forma de conectarme muy profundamente con mi trabajo”, aseguró. 

El Parque de los Escritores rinde tributo a figuras literarias como el argentino Jorge Luis Borges, los venezolanos Rómulo Gallegos y Rafael Cadenas, la Premio Nobel de Literatura polaca Wisława Szymborska y el poeta español Federico García Lorca.

“Que mis obras estén en estas escenas públicas es una bendición, un regalo muy grande y un privilegio que tengo que agradecer y abrazar. La tarea aquí en Venezuela es ampliar esa visión de que el arte es una prioridad para todos y es una necesidad del espíritu y el alma”, agregó.

Rafael Barazarte, el director que encontró la sanación en el teatro

Rafael Barazarte, de 31 años de edad, ha dedicado su tiempo al teatro en Venezuela no solo como director, sino también como jefe de prensa del Trasnocho Cultural, institución en la que tiene 10 años trabajando. Antes del teatro, sintió interés por otras profesiones, entre ellas Biología Marina, carrera militar y locución.

“Yo vengo de un liceo militar, me decanté por la Armada; pero no quedé por escoliosis y me dan de baja. Me mudé a Margarita para estudiar Biología Marina, pero se me hace difícil con complicaciones en la universidad y el entorno. Regresé a Caracas con la mente de ser locutor en Comunicación Social, mientras estuve en Margarita me conecté mucho con la radio”, contó.

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Foto: @rdbarazarte | Instagram

Al final, se decidió a estudiar Comunicación Social, pero al irse de la isla de Margarita cuando los semestres habían comenzado, su familia lo animó a empezar con el teatro para “quitarse la pena”.

“Yo era una persona muy penosa, mi hermana mayor es la que me invita a estar teatro, ella me dijo: ‘Si tú vas a estudiar Comunicación Social, tienes que quitarte esa pena. ¿Qué te parece que mientras se abren los cursos en las universidades empiezas a estudiar teatro?’ Y es así como caigo en la Fundación Rajatabla en el Taller Nacional de Teatro”, dijo.

El teatro como una experiencia sanadora

Rafael Barazarte considera que aunque este arte no le llamaba la atención al principio, se convirtió en una experiencia sanadora.

“No era mi estilo querer actuar, pero empieza a haber algo en mí: todo este tiempo quise estar en la Armada y estudiar Biología Marina, pero no puedo y el teatro me empieza a permitir sanar eso (…) Nosotros (mi hermana y yo) estábamos en el curso de la noche, que empezaba a las 7:00 pm. Me fui enamorando y me fue atrapando este tema del teatro”, contó.

Uno de los profesores del curso estaba montando una obra infantil y le ofreció el cargo de asistente de dirección.

“Uno empieza en dirección como asistente y allí empieza a ser mi primera asistencia de dirección con Miguel Vicente Pata Caliente. Empieza todo este tema de que no puedo vivir del teatro, desde el inicio fue y es así y empiezo a trabajar en call center”, explicó. 

La comunicación social sirvió para reconectar con el teatro

Rafael Barazarte comenzó Comunicación Social en la Universidad Monteávila (UMA), pero se cambió a la Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar), debido a que le ofrecía un horario más flexible para trabajar, mientras estudiaba.

“Yo tenía problemas económicos desde un principio, tenía que valerme solo, el país no me era agradable y tuve que dejar el teatro. Por cosas de la vida, el teatro siempre de alguna manera vuelve y a mí ya me estaba gustando la asistencia de dirección y tuve que salir de la actuación por trabajo”, contó.

En la UMA, Rafael Barazarte se convirtió en el director de una obra de teatro para la materia de Historia Universal, por lo que se reencontró con su pasión por el teatro. Cuando se cambió a la Ucsar, encontró trabajos relacionados con el teatro

En sus años como estudiante de la UMA, Rafael Barazarte dirigió la pieza de Edipo Rey de Sófocles, pero asistiendo a los estudiantes montaron Antígona también de Sófocles. Allí conoció al escritor Carlos De Santis, quien actualmente es su mejor amigo.

El texto que dirigió se llama Nuestra Tierra tan Pobre que se presentó en un festival llamado Crea Joven realizado en la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg).

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La experiencia como director de teatro

Rafael Barazarte ha seguido dirigiendo obras de teatro y participó en dos ocasiones en el Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho Cultural. En el primer intento no logró quedar en esta competencia y por eso lo volvió a intentar.

Entre las obras que dirigió Barazarte de la mano del Trasnocho Cultural destacan Comegato de Gustavo Ott y Los Ángeles Terribles de Román Chalbaud.

Los Ángeles Terribles terminó siendo una catástrofe, pero fue una lección aprendida y una importante. Yo estaba mutando de guía a jefe de prensa en el Trasnocho Cultural y yo ya estaba adelantado en la universidad”, mencionó.

Barazarte cree que una debilidad que tiene el teatro venezolano es que no existe una formación de directores.

“No hay un sitio que forme en dirección, el director se forma en el quehacer y la asistencia de dirección. Vas entendiendo cosas, códigos y situaciones que se te dan. Vas agarrando tips de cualquier lado”, explicó. 

¿Se puede vivir del arte en Venezuela?: tres artistas cuentan su experiencia
Foto: @rdbarazarte | Instagram

Su pasión por la dirección lo llevó a participar en el taller Puesta en Escena de Orlando Arocha, promovido por la Embajada de Estados Unidos en Venezuela, donde participó con la pieza de Woyzeck de Georg Büchner.

En el Trasnocho Cultural también montó Animal Político de Jesús Farías y cuando llegó la pandemia trató de hacer teatro por WhatsApp y luego tras el final de la pandemia, en conjunto con la Embajada de Francia, realizó la obra de El Silencio.

Además del teatro, Barazarte también cumplió su sueño de ser locutor al formar parte del programa El Proscenio, el cual le ha permitido entrevistar a diferentes figuras del medio teatral.

“Una de esas entrevistas fue a Carlos Be y cuando le pregunté por lo más reciente que tiene, me comentó que tenía un monólogo y yo estaba encantado de montarlo y me mandó finalizando la entrevista el texto Clarissa. Hoy ha sido una de las obras que más satisfacciones me ha dado y la que me puso en una palestra importante”, aseguró.

María Bilbao, la artista plástica que transitó 

María Bilbao tiene 44 años de edad y asevera que más que una trayectoria lineal como artista “ha transitado múltiples ciudades, lenguajes y formas de estar en el mundo”. Se formó en el Diseño de Interior, la Dirección del Arte y también la Fotografía. 

Su trayectoria artística le ha permitido tener exhibiciones en Nueva York (EE UU), Bogotá (Colombia), Florencia (Italia) y Caracas (Venezuela).

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Foto: @mariabilbaoherrera | Instagram

“Hoy, mi práctica se expande entre el cuerpo, el sonido, el video y el ritual. Trabajo desde la pregunta, desde el temblor, desde aquello que aún no tiene forma. Paralelamente, enseño, curo y gestionar espacios. Estos roles no son paralelos, son parte de una misma matriz que sostiene mi práctica y me permite generar contextos para el arte, el pensamiento y la experimentación”, dijo.

Desde niña, la artista se sintió atraída por lo intangible: los silencios, los gestos, las repeticiones.

¿Dedicarse o no al arte en Venezuela?

El escultor Carlos Jairrén confesó que, a pesar de su éxito, sigue teniendo dudas sobre dedicarse a este oficio en Venezuela porque es un país “muy incierto”. Sin embargo, el escultor siente que “ha ganado confianza y que ha logrado cosas importantes” gracias a su persistencia. “No soy de las personas que espera a que pasen las cosas, siempre estoy proponiendo e insistiendo”, mencionó.

Por su parte, el director de teatro Rafael Barazarte aseguró que no cree que pueda vivir del teatro, pero se siente “afortunado” por las oportunidades que surgieron. 

“El teatro me ha sorprendido a mí, encontré un cobijo enorme en él de entender sentimientos, seres humanos y situaciones que me enseñaron a vivir. Siempre estuve muy claro de que no podría vivir de esto y que tendría que sacar mi carrera y sobrevivir. Soy afortunado porque hay gente que confía en mí y apuesta al teatro, como Douglas Palumbo o Carolina Rincón”, agregó.

Sin embargo, recordó que aunque el teatro sana, en Venezuela y en otros países es difícil vivir del teatro.

Bilbao también sintió miedo de dedicarse al arte en Venezuela, pero esto no fue suficiente razón para detenerla.

“Aquí todo se hace con el cuerpo, con lo que hay. Más que duda, he sentido vértigo. La sensación de estar en el borde, pero es lo que me ha enseñado a crear desde el fragmento, desde lo precario, desde lo que insiste. En este lugar, donde lo imposible convive con lo cotidiano, el arte se convierte en una forma de sostener y de imaginar”, explicó.

Lo que significa ser artista en Venezuela

El director Rafael Barazarte consideró que trabajar como director en Venezuela ha sido muy complejo por los obstáculos diarios.

“Aquí se hace con lo mínimo las producciones de teatro. También es desgastante porque tus actores que confían en ti, en ese proyecto y devotos vienen también de un día a día difícil. Aprendí que debo gastar mi tiempo de ensayo media hora para que los muchachos lleguen, tomen agua, reposen y dejen la calle atrás para empezar”, indicó.

Por su parte, el escultor Carlos Jairrén describió como “una tarea hermosa” ser artista en Venezuela y buscar conexión con las personas.

“Siento que (el arte) tiene que ver mucho con la pedagogía y con lidiar con muchas dificultades, pero siento que aquí en Venezuela he tenido la fortuna de conectar con las personas. Yo en mi trabajo he buscado ser cada vez más honesto y justo esto genera conexión y cercanía entre las personas. Aquí en Venezuela hay mucha empatía y eso ha sido muy sencillo para aproximarse a espacios porque saben de emociones”, agregó.

¿Se puede vivir del arte en Venezuela?: tres artistas cuentan su experiencia
Foto: @carlosjairran.escultor | Instagram

Al igual que Barazarte, María Bilbao indicó que como artista plástico no es fácil realizar este trabajo en ningún país.

“La precariedad, la incertidumbre y la falta de estructuras sostenibles atraviesan muchos contextos, no solo el venezolano. Pero aquí se siente con más crudeza la sensación de estar creando mientras todo tiembla. Al mismo tiempo, ese temblor habilita otras formas de hacer: más intuitivas, más colectivas, más conectadas al presente. Crear en Venezuela es estar en diálogo constante con lo real, con lo político, con la memoria”, señaló.

Bilbao explicó que en su caso, dedicarse al arte también implicó dedicar tiempo a la curaduría, el acompañamiento y la docencia. 

Consejos para los artistas jóvenes en Venezuela

El escultor Carlos Jairran recomienda a los artistas emergentes en su oficio que le den “absoluta prioridad” a su trabajo y enfatizó en la importancia de “insistir y proponer” para abrirse camino en el arte.

A los nuevos directores del teatro, Barazarte aconseja a los jóvenes que comiencen en este arte entender que no van a vivir de esto y a seguir insistiendo, aunque una pieza teatral no gane un festival.

“Es algo que me ha funcionado, creo que eso nos ayuda a bajar dos a la ansiedad y a entender que si te equivocaste en algo, el mismo teatro te va a llevar a un próximo proyecto. Es una herramienta para vivir y salvarte de esta locura de sociedad, pero aquí es importante que estés con los pies en la tierra y dejarle todo al tiempo”, resaltó.

A los nuevos directores teatrales, Barazarte les aconseja asumir desde el inicio que no vivirán de esta profesión. Les recomienda insistir y persistir, incluso si su obra no gana un festival.

“Les diría que no teman al caos, que se dejen atravesar por él. El caos-mundo no es destrucción, es un campo fértil de transformación. Que miren con ojos caribeños: con apertura, con ritmo, con cuerpo. Que confíen en lo pequeño, en lo cotidiano, en su propio ritmo”, indicó.

Además, instó a los artistas emergentes a escucharse a sí mismos y rodearse de personas que crean en ellos.

“Mi consejo es que confíen en lo pequeño, en lo cotidiano, en su propio ritmo. Que se rodeen de otras personas que creen, que duden, que hagan. Que hagan preguntas con su obra y que no olviden que incluso en el caos hay belleza, y en la belleza, una forma de resistencia”, apuntó.

Yanuacelis Aure
Yanuacelis Aure - Redactora
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