La administración del presidente Donald Trump anunció el martes 13 de mayo la reincorporación de Cuba al listado de países que “no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas” (NFCC, en inglés), una medida que conlleva nuevas sanciones para la isla.
“Esta certificación implica la prohibición de la venta o concesión de licencias para la exportación de artículos y servicios de defensa a Cuba”, informó en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce.
Además de Cuba, integran la lista Corea del Norte, Irán, Siria y Venezuela.

Un cambio de política
Con esta decisión, el gobierno de Trump revierte la postura adoptada por la administración de su antecesor, Joe Biden (2021–2025), que en mayo del año pasado había retirado a la isla del NFCC tras reanudar la cooperación policial con La Habana en materia antiterrorista.
El Departamento de Estado justificó la medida de este martes al señalar que “en 2024, el régimen cubano no cooperó plenamente con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo”, al albergar “al menos 11 ciudadanos estadounidenses prófugos de la justicia”.
Entre estos casos destaca el de Assata Shakur, exmiembro del Ejército Negro de Liberación, condenada por el asesinato de un policía en 1973 y que recibió asilo político en Cuba en 1984. Su presencia en la isla ha sido un punto de fricción persistente en las relaciones bilaterales
“El régimen cubano dejó claro que no estaba dispuesto a negociar su regreso para que comparecieran ante la justicia en nuestro país”, añadió Bruce.
Además del listado NFCC, Estados Unidos mantiene a Cuba en su lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
Pocos días antes de dejar el poder, Biden retiró a la isla de esa categoría —que también conlleva severas sanciones—, pero Trump la reincorporó tras regresar a la Casa Blanca.
Gobierno de Maduro rechazó la medida
El gobierno de Venezuela rechazó de «manera absoluta» la decisión de Estados Unidos de reincorporar a Cuba en el listado de países que «no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas».
«Este nuevo ataque no obedece a razones de seguridad ni a hechos verificables. Es una decisión política, motivada por el afán de castigar la soberanía, perseguir el ejemplo de dignidad de un pueblo que no se ha rendido y desatar nuevas formas de asfixia económica y diplomática contra la revolución cubana», señaló la Cancillería de Caracas en un comunicado publicado en Telegram.
Asimismo, dijo que resulta «inaceptable» que un país con un historial «manchado por guerras, operaciones encubiertas, protección a terroristas confesos y uso sistemático del terror como herramienta de política exterior, se arrogue el derecho de señalar a quienes han sido víctimas directas de esas prácticas».
«Cuba ha resistido durante más de seis décadas un bloqueo brutal y ha respondido con solidaridad, cooperación y compromiso con la paz mundial. Su ejemplo incomoda precisamente porque no ha claudicado», añadió.
El Ejecutivo venezolano expresó su solidaridad con Cuba y advirtió que esta «maniobra» solo confirma el «agotamiento moral y político de una clase política internacional que, al no poder someter a los pueblos libres, recurre al expediente de la mentira, la criminalización y el castigo colectivo».
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