El París Saint-Germain conquistó el sábado 24 de mayo la Copa de Francia tras vencer con autoridad al Reims por 3-0 en la final disputada en el Estadio de Francia ante 80 mil espectadores.
Este título representa la décimo sexta Copa de Francia para el club, la octava desde la llegada del grupo catarí y la segunda bajo la dirección del entrenador español Luis Enrique.
El técnico, quien llegó la pasada temporada, suma ya seis trofeos con el PSG, aunque es el título que podrían disputar en la final de la Liga de Campeones el próximo sábado 31 de mayo contra el Inter de Milán en Múnich el que marcará el éxito real de su proyecto.
Dominio claro y mentalidad puesta en Europa
Desde el inicio, el PSG mostró una mentalidad ganadora, con la mira puesta en la máxima competición continental, mientras que el Reims, un equipo con historia —fue el primer campeón de la Copa de Francia hace más de un siglo—, parecía más preocupado por su lucha por la permanencia en la Ligue 1, con un crucial partido contra el Metz el próximo jueves.
Esta diferencia de prioridades se reflejó en el terreno de juego, donde el equipo parisino dominó con facilidad a un rival que apenas inquietó a los capitalinos. El encuentro se decidió rápidamente, con dos goles en menos de 20 minutos gracias a una combinación entre Desiré Doué y Bradley Barcola, que firmó un doblete para sentenciar el partido.
Hakimi, incisivo por la banda derecha, añadió el tercer tanto antes del descanso, dejando sin opciones al Reims. Pese a que esta victoria podría haber otorgado al Reims un pase para la próxima edición de la Liga Europa, finalmente ese lugar lo ocupará el Lyon, reduciendo el impacto de esta final para los visitantes.
Luis Enrique prepara el duelo clave
Luis Enrique alineó un once muy parecido al que podría usar en la final de la Champions, dejando en el banquillo a Gianluigi Donnarumma y optando por dar minutos a Desiré Doué en lugar del georgiano Khvicha Kvaratskhelia. Con este equipo de confianza, el PSG manejó el partido con comodidad, controlando el ritmo y sin excesiva exigencia física.
El segundo tiempo tuvo una intensidad menor, reflejando que ni PSG ni Reims tenían en la Copa de Francia su principal objetivo, sino más bien sus desafíos futuros: el PSG en Europa y el Reims en la lucha por la permanencia.
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