Cada vez se le da más importancia a la microbiota intestinal cuando se habla del cuidado de la salud en general. La microbiota es un termino que se acuñó en el año 2001 y se refiere a lo que antes se conocía como la flora bacteriana, de la cual progresivamente investigadores han realizado estudios de cómo este ecosistema de microorganismos incide en la calidad de vida de las personas.
Nelly Guevara, médica gastroenteróloga, explicó que la microbiota intestinal es un conjunto de microorganismos en los intestinos, principalmente conformado por bacterias, pero en el que también conviven virus, protozoarios y hongos.
“Es una convivencia sana, de hecho, ellos ayudan a la digestión de algunos alimentos y a la producción de vitaminas. Esto se ha estudiado desde hace mucho años y se conoce que esta microbiota convive con nosotros y que nos ayuda desde el año 1964 o 1965”, dijo Nelly Guevara en entrevista para El Diario.
La especialista comentó que con los años se estudió las funciones que cumplían esas bacterias y cuándo se generaba un desequilibrio en la microbiota intestinal. También se investigó si algunas enfermedades tenían su origen o podían empeorar por problemas en la microbiota.
“El ser humano ha comenzado a desarrollar enfermedades y poco a poco eso ha ido ocurriendo por todos los cambios que hemos tenido durante los años: el ambiente, nuestra manera de alimentarnos, el estrés y la velocidad con la que vivimos”, señaló.
La gastroenteróloga destacó el cambio en la alimentación como uno de los principales factores de esa alteración. El consumo de alimentos ultraprocesados, a bajo costo y de rápida preparación ha influido en la convivencia de estos microorganismos.
Mantener el equilibrio
Una microbiota intestinal saludable ayuda a mantener el equilibrio de diversas funciones del cuerpo.
“Las bacterias que están en el colon principalmente son las que ayudan a la formación de ácidos grasos de cadena corta, que son los que nos ayudan a mantener el equilibrio entre el colesterol y los triglicéridos. También esos ácidos grasos nos van a permitir formar proteínas para poder mantener un PH equilibrado y mantener otros sistemas del organismo”, explicó Nelly Guevara.

Entre los beneficios de mantener el equilibrio en la microbiota intestinal, la gastroenteróloga mencionó la relación entre el intestino y el cerebro. Indicó que un ecosistema sano permite la formación y fortalecimiento de los neurotransmisores.
“Incluso se ha relacionado el desequilibrio intestinal con condiciones como el alzhéimer, el espectro autista, la depresión y la ansiedad. Adicionalmente, influye en el desarrollo de la obesidad y la diabetes tipo 2”, dijo.
El uso de antibióticos de forma constante y prolongada también ha sido determinante en el desequilibrio de la microbiota. Estos fármacos no solo matan las bacterias que causan daños, sino que también eliminan las que son beneficiosas para el cuerpo.
“No solamente los antibióticos cambiaron ese equilibrio, sino que otros tipos medicamentos. Entre estos están los inhibidores del ácido clorhídrico para la acidez en el estómago de forma persistente, porque muchas veces las personas no las utilizan por una a dos semanas, que es lo indicación, sino que lo siguen tomando y eso altera el PH del organismo, provocando un desequilibrio completo en las bacterias del cuerpo”, añadió.

La edad influye
Las alteraciones en el equilibrio de la microbiota se pueden manifestar de forma distinta de acuerdo con la edad de cada paciente.
“De hecho, hay muchos estudios que se han realizado sobre niños que nacen por parto vaginal y los que nacen por cesárea: los niños que nacen por parto natural, durante el contacto con el canal vaginal, ya van adquiriendo contacto con las bacterias que se encuentran en la madre e incluso se ha comprobado que a través de la placenta hay paso de algunos microorganismos que favorecen el sistema del bebé”, señaló la gastroenteróloga.

La especialista aclaró que al nacer el bebé no tiene un sistema inmunológico desarrollado por completo y ese contacto con las bacterias es necesario tanto para la microbiota intestinal como para el resto del organismo.
“A medida que el niño va creciendo, va teniendo contacto con las comidas y con muchas otras cosas para adquirir esas defensas. Desde el nacimiento hasta los 18 años de edad es un sistema de intercambio de bacterias muy activo”, expresó Guevara.
Mencionó que en la actualidad los niños no están tan expuestos a microorganismos en comparación con generaciones anteriores, lo que podría implicar una menor adquisición de bacterias necesarias para el sistema inmunológico.
Añadió que al cumplir la mayoría de edad, el equilibrio en la microbiota intestinal es más estable y lo que afecta principalmente ese ecosistema son los hábitos alimenticios, el consumo de medicamentos y factores como el estrés.
¿Cómo nutrir la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es distinta en cada persona, porque su estado va a depender tanto de factores genéticos, como de su desarrollo, el lugar en donde vive y de los hábitos que adquiera en su adultez. Sin embargo, hay ciertas recomendaciones que se pueden seguir para nutrirla.
“La dieta que realmente debemos tener es la que tenían nuestros abuelos que son carbohidratos complejos, muchas frutas, verduras y hortalizas variadas. En cuanto a frutas podemos destacar la guayaba, la lechosa, el cambur, el mando y la piña que contienen sustratos que necesita la microbiota para la producción de todos los metabolitos”, detalló.
Añadió que en cuanto a verduras y hortalizas, mencionó la auyama, la yuca, el ocumo, la zanahoria, la cebolla y el ajo. Asimismo, señaló que el consumo de panes integrales y de maíz pillado, por su contenido de fibra, favorecen a la microbiota intestinal.
“Tenemos fibra soluble y no soluble como lentejas, caraotas negras y arvejas. También son importantes los alimentos fermentados, entre los mejores tenemos el yogur y el suero de leche, pero ahora también está muy de moda el kéfir y el té de kombucha, pero nosotros siempre hemos tenido alimentos fermentados en el país, de los que podemos obtener esas bacterias”, añadió.

La especialista comentó que este tipo de alimentos son de bajo costo y accesibles para la mayoría de los venezolanos. Indicó que incluso algunas frutas y hortalizas se pueden sembrar en casa si se dispone del espacio.
Probióticos y prebióticos
En cuanto a los productos o suplementos que ayudan a la salud de la microbiota, la gastroenteróloga habló sobre las funciones de los probióticos y los prebióticos.
“Los probióticos son los microorganismos vivos, los que se van a absorber por boca y que en cantidades adecuadas ayudan con algunos procesos como la diarrea y la enfermedad inflamatoria intestinal. Desde hace tiempo se comenzaron a usar los que llamamos lactobacilos para este tipo de tratamientos”, comentó.
Aclaró que estos microorganismos vivos ayudan a las bacterias que ya están en la microbiota. Estos probióticos se pueden encontrar en alimentos fermentados.
“Los prebióticos, en cambio, son componentes alimentarios que ayudan a las bacterias y están dentro de alimentos como los carbohidratos insolubles como el arroz integral y la harina de trigo integral”, explicó.

La especialista comentó que desde hace algunos años se han puesto en marcha investigaciones sobre los usos y beneficios de estos elementos y su relación con la microbiota intestinal. Indicó que algunos de los objetivos son poder sustituir el uso de antibióticos por combinaciones de estos elementos.
“De hecho, hay unos trabajos que están publicados en el World Journal of Gastroenterology con fecha del 10 de febrero de este año, en los que ya tienen específicamente las bacterias, los hongos o los virus que nos van a ayudar a combatir enfermedades como el alzhéimer, la ansiedad, la depresión, la enfermedad inflamatoria crónica, o con la prevención del cáncer de colon”, mencionó.
La experta señaló que el consumo de la dieta mediterránea ha mostrado ser muy beneficiosa para la salud de la microbiota intestinal y la prevención de enfermedades, debido a que es rica en prebióticos, probióticos, vegetales, grasas saludables y pescados.
“Se hizo un estudio con la dieta mediterránea con una muestra de más de 600 pacientes en Europa durante un año, en el que se le hizo seguimiento a las enfermedades neurológicas, cardiovasculares y las inmunológicas, que todas son crónicas y muy comunes ahora, y se evidenció que muchas de estas personas mejoraron”, explicó.

Una de las formas más efectivas de mantener el equilibrio en la microbiota intestinal es a través de una alimentación saludable, natural y variada. Esto nutre a los microorganismos que conviven en el cuerpo y ayudan al sistema inmune a combatir alergias, enfermedades metabólicas, así como cuidar la salud cardiovascular y cerebral.
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Expertos consultados:
Nelly Guevara, médica gastroenteróloga. Se realizó la entrevista el 2025-05-29.