El fervor por el primer santo venezolano llenó el Santuario Divino Niño de Isnotú, estado Trujillo, donde cientos de feligreses se congregaron en vigilia la noche del sábado 18 de octubre.


La celebración se extendió hasta la madrugada del 19 de octubre. Los devotos asistieron para seguir la canonización de San José Gregorio Hernández y Santa Carmen Rendiles.


La ceremonia, oficiada por el papa León XIV en el Vaticano, se transmitió en pantallas gigantes instaladas en el santuario, creando una atmósfera de profunda fe.

El inicio de la proclamación se celebró con un repique de campanas y fuegos artificiales.

Muchos asistentes viajaron desde otros estados, movidos por la promesa cumplida o por la simple gratitud. Personas como Lilibeth Gutiérrez hicieron la travesía para pagar una promesa por haber sido sanada de cáncer.


Otros, como Royman Pérez, regresaron a su natal Isnotú desde Ciudad Ojeda, atestiguando la inmensa fe que motivó el encuentro con la devoción del santo.


El júbilo se extendió más allá del santuario. Tras la proclamación, una multitud de devotos inició una caminata desde Valera hasta Isnotú por la carretera de Sabana Libre, un acto de fe y agradecimiento por los favores concedidos.


En esta marcha participaron médicos, docentes y personas con distintas condiciones de salud, consolidando la celebración en la tierra que vio nacer al nuevo santo de Venezuela.
