La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el cuerpo no puede regular adecuadamente los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre, debido a que el páncreas no produce suficiente insulina o el organismo no la utiliza de manera eficiente.
Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una fecha impulsada por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para promover la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno de esta condición.
Tipos de diabetes
Existen tres tipos principales de diabetes: dos pueden afectar tanto a niños como a adultos, mientras que uno se presenta exclusivamente durante el embarazo.
Diabetes tipo 1
Suele diagnosticarse en la infancia o juventud. En este tipo, el sistema inmunitario destruye las células del páncreas encargadas de producir insulina. Por ello, las personas con diabetes tipo 1 producen muy poca o ninguna insulina.
Tratamiento: requiere la administración diaria de insulina, el control regular de la glucosa y un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada y actividad física.
De acuerdo con la OMS, la diabetes tipo 1 no se puede prevenir, y sus síntomas pueden aparecer de forma repentina.
Síntomas frecuentes:
- Aumento de la sed
- Micción frecuente
- Pérdida de peso involuntaria
- Fatiga
Diabetes tipo 2
Es la forma más común, ya que representa más del 90 % de los casos en el mundo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En este tipo, el cuerpo no produce suficiente insulina o las células se vuelven resistentes a su acción.
Los principales factores de riesgo incluyen el sobrepeso, la obesidad, la inactividad física y una dieta poco saludable. También influyen factores genéticos y ambientales.
Tratamiento: suele comenzar con cambios en el estilo de vida (dieta equilibrada y ejercicio regular), medicamentos orales y, en algunos casos, la administración de insulina.
La OMS y la Clínica Mayo señalan que este tipo de diabetes puede prevenirse o retrasarse manteniendo un peso saludable y realizando al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana.
Diabetes gestacional
Se diagnostica por primera vez durante el embarazo y se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre. Aunque suele desaparecer después del parto, las mujeres que la padecen —y sus hijos— tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
Generalmente no presenta síntomas y se detecta mediante pruebas de laboratorio durante el control prenatal. En algunos casos puede provocar visión borrosa, fatiga o aumento de la sed.
Complicaciones posibles: aumenta el riesgo de preeclampsia, parto prematuro o bebés con peso elevado. El recién nacido también puede presentar hipoglucemia o dificultades respiratorias.
Tratamiento: incluye una dieta equilibrada, ejercicio de bajo impacto, monitoreo de glucosa y, si es necesario, medicación.
Efectos adversos de la diabetes tipo 1 y 2
Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 pueden afectar la circulación y los nervios, lo que retarda la cicatrización de heridas.
Esto incrementa el riesgo de infecciones y del llamado “pie diabético”, una complicación que puede provocar úlceras o, en casos graves, requerir amputación.