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- Ante la escasez de combustible que sufre la isla, las autoridades anunciaron un incremento en el precio de la gasolina, así como de las tarifas del gas y la electricidad. Esto como parte de un plan para eliminar los subsidios y estabilizar su economía
Autoridades del régimen de Miguel Díaz-Canel, en Cuba, anunciaron el 9 de enero un aumento en el precio de la gasolina y el diésel. A partir del 1° de febrero, pasarán de 25 pesos cubanos por litro a 132 pesos (1,1 dólares a la tasa oficial). Esto representa un aumento de 528 % de su valor. El diésel también subió de 15,12 pesos ($0,12) a 28 pesos ($0,23).
El ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Reguero, declaró en la televisión estatal que la medida tiene como propósito “reanimar” la economía del país, el cual desde hace meses atraviesa una crisis económica, además de una fuerte escasez de gasolina. Adelantó que se permitirá también el cobro en dólares a turistas en 28 gasolineras de la isla. Esto como un mecanismo de captar divisas y poder garantizar la importación de más combustibles.
Por su parte, la gasolina especial, como se conoce a la gasolina de 94 octanos que se vende solo a turistas, también tuvo un incremento de 30 pesos ($0,30) a 156 ($1,3). En el caso del diésel especial, pasó de 17,37 pesos ($0,14) a 28 pesos ($0,23). Esto con el fin de equipararse a la oferta de las gasolineras dolarizadas.
“Si a la par tenemos una cadena de servicentros (gasolineras) que venden en moneda nacional a 30 pesos, nadie va a ir a las que vendan en divisas. Hay que equiparar los precios a la tasa de cambio oficial que tenemos hoy en el país (…) Por tanto, los precios en moneda nacional van a subir”, declaró.
Electricidad
En la misma alocución estuvo el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, quien también se pronunció sobre el alza en la tarifa de electricidad. Acotó que la medida se aplicará a los usuarios que más consumen el servicio, con un aumento de 25 % por cada kilovatio (kW) extra que pase el ratio de los 500 kilovatios por hora (kWh).
Aclaró que este incremento afectará solo al 3 % de consumidores que suele exceder el límite fijado por el régimen. Agregó que durante el año 2023, el consumo eléctrico en Cuba aumentó un 10,8 %, de los cuales el 61 % correspondió a hogares, mientras el 39 % al sector no residencial. El ministro estimó que de los 4.078.909 clientes residenciales, alrededor de 78.909 verán reflejado el aumento en sus facturas por superar los 500 kWh.
El aumento en el costo del servicio eléctrico está directamente relacionado a la escasez de combustibles en Cuba. De acuerdo con la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), para 2020 el 95,5 % de la energía que se producía en la isla provenía del gas y los combustibles fósiles.
Esto, sumado a un déficit para cubrir la demanda eléctrica del país, provocó una crisis electroenergética, que alcanzó su pico en 2022 con más de 239 apagones registrados por la Red en Defensa de los Derechos Humanos de Cuba. Sin embargo, en diciembre de 2023, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, aseguró que durante el año los apagones se redujeron un 32 %. En parte debido a los trabajos de mantenimiento en las principales centrales termoeléctricas.
Subsidios
En Cuba, todos los servicios, desde la electricidad hasta la gasolina y el gas licuado, están subsidiados por el Estado. Durante una rendición de cuentas ante el Congreso en diciembre de 2023, el ministro Gil reconoció que ese modelo era inviable, y que el régimen de Díaz-Canel no contaba con ingresos para seguir manteniendo precios tan bajos por los servicios básicos.
Por su parte, Vladimir Reguero consideró las medidas tomadas como “ajustes” de tarifas que estaban desactualizadas y que habían provocado un “grupo de distorsiones presentes en la economía”. De hecho, uno de los subsidios que el régimen cubano planea eliminar por completo es el del gas doméstico. A partir del 1° de marzo tendrá un valor de 225 pesos ($1,25).
Admitió que con el precio de la gasolina especial, prácticamente se había creado una suerte de subsidio involuntario para los turistas, quienes convertían sus divisas a la tasa de cambio de 120 pesos por dólar, pero luego conseguían la gasolina en la antigua tasa oficial de 25 pesos por dólar. “Ahí podemos ver el subsidio, al turismo, al extranjero, a esa persona que en el mundo paga la gasolina a 1,30 dólares y aquí la paga a 30 pesos”, dijo.
Crisis económica
Los ajustes macroeconómicos anunciados por el régimen cubano son los más drásticos que ha visto el país desde el denominado periodo especial, en la década de los noventa. En ese entonces la caída de la Unión Soviética, principal cliente y proveedor de Cuba, hizo que el país sufriera una fuerte crisis económica y escasez generalizada de productos. Una situación que cambió luego en el 2000, al tejer una alianza política y comercial con Venezuela.
Aunque Venezuela sigue siendo actualmente el principal proveedor de petróleo de la isla, y a precios preferenciales, las propias dificultades del régimen de Nicolás Maduro para mantener el abastecimiento de combustible en su país generaron allí un efecto dominó. A pesar de que Cuba logró a mediados de 2023 un acuerdo con Rusia para importar 300.000 barriles diarios de crudo, además de aumentar las compras a México, durante el año los apagones y las colas en las gasolineras estuvieron presentes.
El Plan de Estabilización Macroeconómica anunciado a finales de diciembre de 2023 tiene como fin, de manera progresiva, eliminar varios subsidios que a lo largo de las décadas ha implementado el país socialista. Uno de ellos fue el subsidio universal de los productos subvencionados, el cual tenía 61 años aplicándose. Aunque las autoridades aclararon que esto no significa el fin de la libreta de racionamiento, sino la implementación de otro sistema de acuerdo con los ingresos de cada familia.
También se busca solventar el problema de liquidez monetaria a través de la captación de divisas. Para esto en diciembre se ajustó la tasa de cambio oficial de 25 a 120 pesos por dólar. Cabe destacar que Cuba cerró el año 2023 con una contracción de entre 2 % y 3 % de su Producto Interno Bruto (PIB) y un déficit fiscal cerca del 19 %.
