• Expertos coinciden en que las conversaciones han dado oxígeno y tiempo a Nicolás Maduro. Desde 2014 se ha conversado con el régimen y no ha habido resultados concretos

Oslo, Noruega, fue el escenario en el que miembros de la oposición liderada por Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, e integrantes del régimen de Nicolás Maduro, asistieron a finales del mes de mayo para negociar la salida de la crisis política que atraviesa el país. Los ciudadanos supieron del encuentro cuando ya las partes estaban reuniéndose.

La oposición ha planteado, como primer paso para generar un cambio en el país, el cese de la usurpación. En Oslo no se llegó a un acuerdo que lo permitiera.

El internacionalista Carlos Luna indicó que en el encuentro en Oslo faltaron los dos pilares fundamentales de la negociación: la confianza y la voluntad política a comprometerse.

“Un diálogo es un simple intercambio de ideas sin establecimiento de ningún tipo de compromiso a largo plazo, en cambio una negociación sí implica compromiso, implica ceder y tratar de interesarse por lo que el otro representa; y eso tiene que ser en un ambiente cargado de neutralidad, confianza y expectativas positivas en que una de las partes se compromete a cumplir lo que se establece”, dijo Luna.

Para José Antonio Oropeza, abogado experto en justicia transicional, derechos humanos y cooperación internacional, es fundamental que se agoten todos los espacios para solucionar la crisis política del país. Entre ellos: la negociación.

“Es necesario. Es como un checklist (visto bueno) que existe en los organismos internacionales para poder ejercer las medias pertinentes y todas pasan por los métodos alternativos de la resolución de conflictos. Ningún país quiere tener un derramamiento de sangre ni una confrontación interna o externa y por ello siempre es importante agotar los métodos alternativos de resolución de conflictos”, señaló Oropeza.

Luna aseguró que Maduro busca un diálogo que le permita ganar tiempo en el poder sin establecer ningún compromiso y la oposición busca una negociación que comprometa a Maduro, y a ellos mismos, a cumplir lo acordado. Por su parte, Oropeza coincide con Luna en que con los diálogos el régimen pretende ganar tiempo.

“El diálogo ha sido muy mal utilizado por parte del régimen usurpador para buscar dividir y ganar tiempo con una agenda oculta. Los diálogos en el mundo tienen un papel preponderante en materia de derecho internacional porque buscan justamente tener una resolución pacífica, la solución de los problemas y no la utilización de la fuerza”, indicó.

Oropeza resaltó que la solución a la crisis del país mediante las conversaciones entre ambas partes pasa por la voluntad y honestidad del régimen. A juicio de Luna, la solución a la crisis política en Venezuela sí pasa por una negociación.

“Todo el mundo en política debe estar claro que como humanos estamos ubicados en la cúspide de la pirámide de la evolución animal porque tenemos capacidad de raciocinio y capacidad de habla efectiva para la transmisión de nuestros sentimientos y pareceres. Por la racionalidad y esa capacidad de hablar podemos acercar posturas a una zona de acuerdo posible, para tratar sin violencia y sin costos en términos de vidas humanas, para conseguir una solución pacífica, constitucional, democrática, electoral y duradera en la medida de las posibilidades para el cese de la usurpación”, señaló.

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Luna aseguró que con las conversaciones entre ambos grupos la oposición solo gana una percepción positiva de que están dispuestos a escuchar y a ser democráticos, pacíficos, plurales y tolerantes.

“No ganan mucho si eso no es convertido rápidamente en una negociación que les permita avanzar en el establecimiento de compromisos verdaderos establecidos en el tiempo. La oposición pone como condición la salida de Nicolás Maduro del poder y eso fue lo que Maduro no permitió que sucediera”, afirmó.

Oropeza detalló que con las conversaciones Guaidó y su gobierno ganan legitimidad y la posibilidad de agotar las vías alternas para lograr el cese de la usurpación.

Explicó que en estos momentos las condiciones para negociar no están dadas. Expresó que es “inconcebible” que luego de que Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, abandonara el país se conociera el asesinato del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo por parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).

“Tenemos más o menos 860 presos políticos y las torturas están presentes. No entendemos cómo a horas de que la Alta Comisionada haya abandonado el país, y con parte de su equipo para el monitoreo y la verificación de las condiciones en materia de DD HH en el país, se puedan dar hechos atroces como la muerte de este militar. Básicamente ahorita no están dadas las condiciones para ir a un diálogo”, resaltó.

El especialista indicó que los asesores de Maduro deben saber que el régimen tiene la necesidad de negociar y una gran presión por parte de los organismos internacionales para hacerlo.

“Son muchísimos los factores que pueden estar incidiendo en que Maduro quiera ir a un diálogo. Es necesario para él: para saber cómo se va, cómo se va a desmontar su gabinete usurpador, cómo va a dejar a Venezuela y hacia dónde se va a ir”, afirmó.

De acuerdo con información publicada por Reuters el 29 de junio, las negociaciones se retomarían en Oslo o Barbados.

El domingo 7 de julio el Centro de Comunicación Nacional anunció que representantes del gobierno de Guaidó asistirían a una reunión en Barbados con miembros del régimen para “establecer una negociación de salida a la dictadura”.

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Centro de Comunicación Nacional

“Estamos liderando el trabajo en todos los espacios que nos acerquen a la Libertad. Tanto en Oslo, como en el Grupo Internacional de Contacto y todos los espacios de presión, nuestro objetivo es el mismo: lograr una solución definitiva a la crisis en nuestro país”, escribió Guaidó en Twitter.

El 11 de julio Stalin González, segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional y miembro de la delegación de la presidencia interina, anunció que la representación haría consultas “para avanzar” en el proceso de negociación.

Se conoció que uno de los puntos que la oposición llevó a la mesa de negociación fue la realización de elecciones presidenciales en un lapso de seis a nueve meses. Otros de los puntos son la liberación de los presos políticos y un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE).

Por su parte, el régimen plantea como punto principal el levantamiento de las sanciones personales y a empresas por parte de Estados Unidos.

Respecto a las elecciones Diosdado Cabello, presidente de la asamblea nacional constituyente, aseguró que en el país no se realizarán comicios presidenciales.

Este lunes los delegados de ambos bandos regresaron a Barbados para continuar con el proceso de mediación con el que se pretende solucionar la crisis que atraviesa el país.

Antecedentes sin frutos

2014: diálogo televisado sin igualdad de condiciones

Cinco años han pasado desde el primer diálogo entre el gobierno y la oposición. Desde el primer encuentro durante el régimen Maduro al último, la crisis económica, social, humanitaria y política que azota a Venezuela se ha intensificado.

En el año 2014 se convocó al diálogo como solución a la ola de protestas que se generaron en contra del gobierno de Maduro que dejaron, al menos, 41 muertos, cientos de heridos y detenidos, indicó Reuters.

En el primer encuentro, que fue transmitido en cadena nacional, participaron miembros del gabinete presidencial como Jorge Rodríguez, Jorge Arreaza, Elías Jaua, Diosdado Cabello y Cilia Flores. Por parte de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) participaron Julio Borges, Henry Ramos Allup, Omar Barboza, Ramón Guillermo Aveledo, Henrique Capriles, entre otros.

Cortesía

“Aquí no hay negociaciones, ni pactos, lo único que estamos buscando es un modelo de coexistencia pacífica, de tolerancia mutua”, dijo Maduro al inicio del único diálogo en el que los ciudadanos han visto las intervenciones de los políticos.

A la reunión asistieron María Ángela Holguín, Ricardo Patiño y Luiz Alberto Figueiredo, ex cancilleres de Colombia, Ecuador y Brasil respectivamente, y un representante de El Vaticano, a petición de la MUD.

A la cita no asistió ninguna representación de Voluntad Popular, partido político liderado por Leopoldo López, ni los miembros del movimiento estudiantil, quienes fueron los sectores que más apoyaron las manifestaciones. Una de las exigencias fue la liberación inmediata de López y de Iván Simonovis, ex comisario de la la Policía de Caracas, quien estaba detenido por los sucesos del 11 abril del 2002.

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Holguín, Patiño, Figueiredo y el representante de El Vaticano no fungieron como mediadores, sino como observadores en el proceso.

2016: mesas técnicas e incumplimiento

Fue dos años después, y bajo la mediación de El Vaticano, que el gobierno y la oposición acordaron retomar las conversaciones. La misma fue acordada para el 30 de octubre, 10 días después de la suspensión de la convocatoria al referéndum revocatorio que pretendía sacar a Nicolás Maduro del poder.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, informó mediante una carta a Ernesto Samper, secretario general de Unasur, que la Iglesia aceptaba ser mediadora en la crisis política y pidió que ambas partes solicitaran la ayuda formalmente, reseñó Infobae.

En aquel encuentro participaron delegaciones de ambos bandos y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Omar Torrijos, de Panamá y Leonel Fernández, de República Dominicana.

Reuters | Marco Bello

Al igual que en las conversaciones del 2014, y a diferencia de los encuentros más recientes, Voluntad Popular estuvo ausente e indicó que las condiciones para la negociación no estaban dadas.

“Siempre hemos creído en un diálogo, pero este debe ser oportuno y con muestras reales de voluntad. Le dije (a Torrijos) que este no es posible luego de haber suspendido el referéndum revocatorio y robarle al pueblo su derecho a expresarse”, escribió López en Twitter.

Del primer encuentro, al que sí asistió Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática, se acordaron cuatro mesas técnicas:

1.– Paz, respeto al Estado de derecho y a la soberanía nacional. Allí participaron Zapatero, el excanciller Roy Chaderton y el entonces diputado Luis Aquiles Moreno.

2.– Verdad, justicia, derechos humanos, reparación de las víctimas y reconciliación. Los participantes fueron el monseñor Claudio María Celli, la entonces canciller Delcy Rodríguez y el diputado Timoteo Zambrano.

3.– Económico — social. Los participantes fueron Leonel Fernández, el entonces diputado Elías Jaua y ‘Chuo’ Torrealba, entonces secretario general de la MUD.

4.– Generación de confianza y cronograma electoral. Participaron Martín Torrijos; Jorge Rodríguez y Carlos Ocariz, quienes cumplían las funciones de alcalde en los municipios Libertador y Sucre, respectivamente.

Luego, a petición de la Iglesia, la oposición y el oficialismo suspendieron las marchas que habían convocado a principios de noviembre y entre el 11 y 12 del mismo mes se efectuó otra reunión en donde se acordó realizar elecciones parlamentarias en Amazonas, cambiar a los rectores del Consejo Nacional Electoral y liberar a los detenidos por motivos políticos.

El incumplimiento del acuerdo fue expuesto por la MUD y se anunció la retirada de diálogo. Finalmente, el proceso llegó al final el 6 de diciembre cuando ambas partes se reunieron con los mediadores y por separado.

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“Hubo intervención de la Santa Sede, bajo pedido fuerte de cuatro presidentes que trabajaban como facilitadores. Y la cosa no resultó, quedó allí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas o se diluían”, dijo el papa Francisco en abril del año 2017, a bordo del avión papal, con respecto al proceso fallido.

2017 y 2018: intensificación de la crisis

La decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de atribuirse las funciones de la AN generó una nueva ola de protestas y llevó a los actores políticos a República Dominicana.

El 1 de abril de 2017 las calles se llenaron de ciudadanos exigiendo a Tarek William Saab, el entonces defensor del pueblo, que rechazara las sentencias del TSJ que atentaban en contra de los diputados de la oposición.

La marcha a la Defensoría del Pueblo se originó luego de una concentración en la plaza Brión de Chacaíto y esta fue brutalmente reprimida por funcionarios de seguridad del Estado.

En septiembre, Danilo Medina, presidente de República Dominicana, se convirtió en el anfitrión del tercer proceso de diálogo en la etapa de Maduro, mientras que Zapatero también fungió como mediador en este proceso que culminó sin acuerdos varios meses después.

Reuters

El 7 de febrero del 2018 Medina anunció el “receso indefinido” del diálogo puesto que las partes no lograron acordar la fecha en la que se debían realizar las elecciones presidenciales, reseñó ABC.

De acuerdo con el diario español, la oposición pidió que las elecciones se efectuaran el 10 de junio y el gobierno las solicitó para el 8 de marzo, por lo que los mediadores buscaron un “punto medio”: el 22 de abril y la MUD no aceptó.

Otros de los temas discutidos fueron la apertura de un canal humanitario, la restitución de los poderes públicos, la liberación de los presos políticos y la habilitación política de representantes de la oposición para poder participar en unas eventuales elecciones.

Ningún miembro de la oposición participó en las elecciones presidenciales convocadas por la asamblea nacional constituyente (ANC), organismo desconocido internacionalmente. En los comicios Maduro resultó “ganador” y el resultado fue desconocido por la oposición venezolana y la comunidad internacional debido a las irregularidades que se presentaron en todo el proceso.

El 10 de enero del 2019 Maduro se juramentó como “presidente” de la República ante el desconocimiento de la oposición, la ciudadanía y la comunidad internacional. El 23 de enero el diputado Juan Guaidó se juramentó como presidente encargado de Venezuela, de acuerdo a lo establecido en la Constitución.

Guaidó y la oposición han afirmado que solo negociarán la salida de Maduro y sus allegados. ¿Será posible lograr el objetivo en un nuevo intento por parte de la presidencia interina?

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