- En medio de la pandemia por covid-19, los venezolanos también deben enfrentar la posibilidad de un inminente apagón eléctrico debido a la ausencia de buenas políticas para manejar el servicio
Mariana Rodríguez* estaba teletrabajando el 23 de septiembre cuando un fuerte bajón eléctrico la sorprendió. “Me quedé inmóvil por un segundo hasta que la luz volvió y di gracias a Dios porque no fue un apagón y seguí trabajando. El problema vino cuando fui a prender la luz de la cocina y el bombillo se había quemado”.
Pero los problemas no terminaron allí, pues el bombillo del balcón de Mariana tampoco volvió a encender. Lamentó que ahora deba comprar otros dos nuevos y vivir con el temor de que otro bajón de luz dañe algunos de sus artefactos.
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Ese día un nuevo apagón afectó a gran parte del país y se revivió el recuerdo del mega apagón del 7 de marzo de 2019, cuando la falta de electricidad se prolongó hasta una semana.
Ante esta situación, los venezolanos como Mariana se preguntan si las fallas persistirán o si deberán repetir las vivencias de otro apagón nacional.
José Aguilar, ingeniero y consultor internacional de Generación de Energía y Riesgos, aseguró para El Diario que la posibilidad “está latente”, pero dependerá de las acciones que tome la empresa Corpoelec.
“El deterioro del sistema es generalizado”
Aguilar recordó que Venezuela tiene la electricidad más económica del mundo. Por ello, la empresa encargada de suministrar este servicio no tiene suficiente dinero para hacer las inversiones necesarias en equipo y personal calificado que pueda mantener en buen estado las maquinarias.
“Una de las grandes incongruencias que existe es que en lo que más gastó dinero el gobierno (régimen de Nicolás Maduro) es lo que está en peor estado, que es el sistema termoeléctrico. Para poder recuperar eso va tomar mucho dinero y tiempo porque el deterioro es generalizado”, destacó el consultor internacional de Generación de Energía y Riesgos.
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Disponible en el campo termoeléctrico-60 %
Disponible hidroeléctricoEl ingeniero indicó que los daños que sufrió el sistema eléctrico con el mega apagón de marzo de 2019 aún no han sido resarcidos en su totalidad y por ello el servicio “está cojeando”. A eso se le suma, de acuerdo con Aguilar, que cada vez que hay una falla en las principales ciudades del país sacan el repuesto de las fuentes del interior para “solucionar el problema”.
“Están canibalizando el sistema eléctrico. Dejan a la suerte al interior para llevarse los repuestos pero esa no es la solución, porque igual están ‘reparando’ algo con otra cosa que no tiene el mantenimiento adecuado”, lamentó.
Usuarios fuertemente afectados
Las fallas eléctricas están a la orden del día en Venezuela. Los ciudadanos pasan hasta más de 40 horas sin luz.
Un día, a mediados del mes de mayo, Isabel Marcano* estaba dormida cuando a las 4:00 am se dio cuenta de que el aire acondicionado de su cuarto se había apagado. Se levantó de la cama a revisar su celular que había dejado cargando, pero este no tenía el aviso de carga. Cuando intentó encender la luz de su habitación, no se prendió. Comprendió que se había ido la luz pero el problema solo era en su apartamento, o así lo pensaba ella y su familia.
Más tarde ese día, conversando con los vecinos, averiguó que en la madrugada había ocurrido un bajón de luz potente. “Mi papá fue a revisar el breker. Lo apago y lo volvió a encender pero la luz nunca volvió. Debido a la falla se quemó el fusible que alimenta de electricidad nuestro apartamento. Estuvimos varios días sin luz mientras intentábamos averiguar cómo arreglar el problema porque como estábamos en cuarentena los trabajadores de la electricidad no podían venir”.
¿Por qué continúan las fallas en el servicio?
El ingeniero eléctrico reconoció que se han realizado esfuerzos por arreglar el sistema de electricidad del país, pero añade que esos arreglos no han sido suficientes. Por ello es poco confiable la seguridad, continuidad y eficiencia del servicio.
Explicó que mucha de la maquinaria que usa Corpoelec necesita de combustible y “en el país no hay combustible, esa es la realidad”.
Lamentó que los trabajadores del sector eléctrico tengan que trabajar “con las uñas” y recibir salarios míseros. Indicó que es importante no ocultar información sobre la situación del sistema eléctrico del país y aprender a asumir las responsabilidades.
*Los nombres fueron cambiados por petición de los entrevistados.
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