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  • La estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santa María (USM) fue víctima de una brutal agresión por parte de su expareja que puso en riesgo su vida

Una decisión puede cambiar una vida o ponerla en riesgo. Ingrid Gomes, venezolana y estudiante universitaria de 20 años de edad, no imaginó que subirse al carro de su exnovio implicaría una situación de pánico en la que sintió que su vida estaba en peligro. 

Gomes se encuentra hospitalizada por una herida que su expareja le infligió con una botella rota en el cuello. Perdió mucha sangre y casi rozó la vena yugular. 

La relación de la joven con su expareja, José Luis Da Silva, estuvo marcada por la violencia. En más de una oportunidad el hombre la golpeó y maltrató tanto física como emocionalmente. Un día, en medio de una discusión, Da Silva le propinó una cachetada que le dejó marcas en la cara, fue en ese momento cuando Gomes decidió ponerle fin a esa relación. Así lo relató María Pérez*, amiga de ella, para El Diario.  

“La última vez ella se cansó de la situación porque el golpe que él le dio la malogró y decidió alejarse de él”, comenta Pérez.

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Una relación agresiva 

La amiga de la víctima cuenta que Da Silva no aceptaba la ruptura de la relación, incluso la amenazaba con quitarse la vida si Gomes no regresaba con él. “De un momento a otro tenía actitudes distintas. Le mandaba flores y quería salir con ella para arreglar las cosas”, explica. 

La noche del lunes 14 de diciembre, Ingrid Gomes necesitaba ir con urgencia a una farmacia, en Caracas, donde reside. Su expareja se ofreció a llevarla en su vehículo. Ella aceptó sin imaginarse el terror que viviría después. 

“¿Tienes sed?”, le preguntó Da Silva cuando ella subió al carro. Le acercó un recipiente desechable de agua y ella tomó. Luego de beber de esa agua comenzó a sentir que perdía el control de su cuerpo, se sentía somnolienta y no podía hablar bien. “Ella cuenta que durante el camino él le daba golpes y la insultaba. En un momento se quedó dormida y cuando despertó estaban yendo hacia El Junquito, por donde vive él”, narra Pérez.

Ingrid Gomes recordó que en el kilómetro 12 de la carretera hacia El Junquito hay una alcabala de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Ella sabía que esa era su única opción para salir de aquella situación. 

Mientras Ingrid estaba en el carro con su agresor, su mamá la llamaba insistentemente, pues no sabía dónde se encontraba su hija. Al ver que la estaban llamando, Da Silva acercó el carro hacia el borde de la vía y la amenazó con lanzarse si ella respondía. En un intento desesperado la estudiante intentó dialogar con él y hacerlo recapacitar, pero no lo logró. 

El pánico se apoderó de ella. Al visualizar la alcabala la joven de 20 años de edad abrió la puerta del carro y trató de lanzarse, al tiempo que le pedía ayuda a los militares. “Auxilio, me quiere matar”, les gritó. 

Pero al momento de lanzarse del vehículo, Da Silva la sujetó por el cabello y continuó manejando a pesar de que el cuerpo de Ingrid Gomes estaba totalmente fuera del carro. Rodó varios metros sujetándola por el cabello hasta que los funcionarios de la GNB lo interceptaron. 

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“La guardia dice que él se bajó del carro con mucha impotencia por lo que había pasado. Fue entonces cuando agarró una botella de cerveza que tenía en el carro y cortó a Ingrid en el cuello porque la tenía como rehén. Al ver lo que estaba pasando los guardias lo agarran e incluso le cortó la mano a uno de ellos con la misma botella”, narra Pérez.

La angustia después de la agresión 

Ingrid Gomes fue trasladada al Hospital Perez Carreño de Caracas y José Luis Da Silva fue detenido en la sede de la GNB en El Junquito. Posteriormente, lo trasladaron a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), en la avenida Urdaneta. 

Ingrid Gomes, un rostro que refleja la violencia de género en Venezuela
Foto cortesía

El corte le rozó la vena yugular, por lo que perdió mucha sangre y debió ser ingresada en terapia intensiva. Pérez comenta que para la familia y amigos fue un golpe muy duro enterarse de lo que le había ocurrido a Gomes.

Para el martes 15 de diciembre Ingrid no aparecía, por lo que se agravó la preocupación por su bienestar. Fue el martes cuando la hermana de la víctima contactó a sus amigos y comenzó la campaña para recolectar recursos y donantes de sangre.

Ingrid Gomes, un rostro que refleja la violencia de género en Venezuela
Foto cortesía
Ingrid Gomes, un rostro que refleja la violencia de género en Venezuela
Foto cortesía

“Ella perdió mucha sangre. La hemoglobina llegó a 4 y seguía bajando. Una vez que encontramos los donantes, ella logró estabilizarse. Los médicos detuvieron dos hemorragias. La doctora dice que por el momento está reaccionando muy bien”, cuenta Pérez.

Los familiares y amigos de Ingrid piden justicia por la agresión y exigen que este hecho no quede impune. “Lamentablemente, Ingrid no es la primera ni la última mujer que pasa por una situación así. Pero lo importante es no quedarse callada”, afirma Pérez.

Cifras de feminicidios en Venezuela

Entre enero y agosto de 2020 se cometieron 175 feminicidios en Venezuela. En el año 2019, en el mismo período, se cometieron 114 asesinatos de mujeres por violencia de género, según cifras de la ONG Proiuris.

La violencia contra la mujer es un ciclo que involucra agresiones psicológicas y físicas. Estos maltratos pueden iniciar con palabras, chantajes, manipulaciones y culpabilización e ir escalando hasta llegar a las agresiones físicas. 

¿Qué es femicidio? Es al asesinato de una mujer por el hecho de serlo (…) es la manifestación más brutal de una sociedad patriarcal, define ONU Mujeres. No puede entenderse solo como un asesinato individual, sino como la expresión máxima de esa violencia de género.

El femicidio es la culminación del ciclo de violencia, el cual inicia con pequeños indicadores de maltrato o abuso y crece como “bola de nieve” hasta poner en riesgo la vida de la mujer, explicó para El Diario la psicóloga Antonella Fabiano en un trabajo realizado sobre este tipo de crímenes en el país.

Es importante que las mujeres que son víctimas de violencia de género denuncien a su agresor, pero para lograr eso deben saber reconocer las señales de agresión y decidir ponerle fin a la relación abusiva. 

En el caso de Ingrid Gomes, su vida corrió peligro luego de meses continuos de abuso y maltratos en su relación. Este es el reflejo de la violencia en Venezuela y su necesidad y la de sus familiares de obtener justicia para que este hecho no quede impune.

*El nombre de la entrevistada se sustituyó para proteger su identidad.

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