- Esta niña venezolana tiene 12 años de edad, es cantante y violinista en formación. Su talento la llevó a ganar una beca online con la agrupación C4 Trío
Valery Gabriela Pérez Gutiérrez nació el 11 de julio de 2008 en tierras andinas, tiene 12 años de edad y un profundo amor por la música. Es una de las estudiantes más jóvenes del Conservatorio de Música Simón Bolívar, institución de la cual egresará con el título de músico ejecutante.
Su carrera musical la inició con tan solo cuatro años de edad, cuando tuvo su primera experiencia con la flauta dulce. Un año más tarde ya formaba parte de la Orquesta Sinfónica Infantil Núcleo Cipriano Castro, en Capacho (Táchira). Allí empezó su historia de amor y entrega con el violín.
Cuando le preguntan si prefiere cantar o tocar el violín, no duda en responder. Para ella ambas habilidades van de la mano y no le gusta pensar en una sin incluir a la otra.

El origen de su talento
Valery pertenece a una familia musical por parte de su padre. Su bisabuelo, Rufo Pérez, fue compositor, fundador y director de la escuela y banda de música “Francisco J. Marciales” en Rubio, municipio Junín. En San Cristóbal tuvo destacada presencia en la dirección de la escuela de música Miguel Ángel Espinel, de la Orquesta Sinfónica de los Andes (que también fundó) y pionero de la especialidad de docencia musical de la escuela Normal Juan Antonio Román Valecillos, cátedra que aún se mantiene.
Pero la vena musical no termina allí. Su abuelo, José Gregorio Pérez Martí, egresó como docente especialista en música de la escuela Normal Juan Antonio Román Valecillos, en San Cristóbal. José Gregorio fue un destacado tecladista y vocalista de un grupo de rock llamado Cristal, en la década de los ochenta. Tiempo después obtuvo la licenciatura en jazz y música de cine en el Berklee College of Music, Estados Unidos.
“Todo esto comenzó porque mis abuelos y bisabuelos eran músicos y fueron fundadores de orquestas, de coros. Todo eso incentivó a mis padres a inscribirme en el Sistema Nacional de Coros y Orquestas de Venezuela”, contó Valery en exclusiva para El Diario.
Sus padres tenían el presentimiento de que por pertenecer a una familia con historia musical, seguramente a Valery le gustaría probar suerte en ese mundo y así fue.
“En la orquesta me preguntaron si yo quería tocar algún instrumento, me mostraron un violín y yo entre mi inocencia de verdad no sabía lo que era. Pero dije que sí quería tocarlo”.
Sus primeros pasos musicales fueron guiados por la profesora Katerine Rangel y los hermanos Eduardo y Orlando Mogollón.
En 2017, cuando tenía nueve años de edad, Valery presentó una audición para la Orquesta Regional Luis Gilberto Mendoza, quedó seleccionada y desde entonces toca el violín allí.
Valery también forma parte de los Niños Cantores del Táchira. En 2018, y sin tener experiencia previa en el canto, decidió presentar una audición y la admitieron.
“Yo no sabía que podía cantar, me presenté para probar y quedé. Me dijeron que tenía un bonito timbre y color”.

Aparte de su formación musical, Valery también cursa estudios de inglés en la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y actualmente está en el quinto nivel, en la categoría de adolescentes.
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El conservatorio: un reto inesperado
A los 12 años de edad Valery Pérez presentó una audición vía online para optar a un cupo en el Conservatorio de Música Simón Bolívar (institución de educación musical que otorga el título de músico ejecutante avalado por el Ministerio de Educación) y fue una de las seleccionadas. Actualmente cursa el primer año.
“Es una carrera universitaria, son ocho años de estudio de violín y salgo con un título. En este primer año veo lenguaje musical y más adelante veré otras cátedras diferentes”, explicó.
Valery es una de las estudiantes más jóvenes en el conservatorio, un privilegio que no todos los aspirantes a músicos tienen la posibilidad de experimentar. La mayoría logra ingresar a partir de los 15 años de edad.
“Este primer año para mí fue un poco difícil al inicio porque la exigencia es mayor a la de la orquesta. Ya aplican diferentes técnicas para tocar mejor el violín, pero me han ido explicando y me he adaptado, me gustan mucho las clases”.
Desde que inició la pandemia, el Conservatorio habilitó una extensión en el estado Táchira donde los alumnos pueden acudir a clases presenciales. Allí Valery comparte con un grupo de personas unidas por una misma pasión: la música.
“Hay bastantes alumnos y los que somos de Capacho o de San Cristóbal podemos acudir a las clases presenciales y compartimos pero a los de La Grita, por ejemplo, les queda más lejos”, enfatizó Valery.
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Entrar al Conservatorio se presentó como una oportunidad inesperada pero ella decidió tomarla y aventurarse en ese camino.
Un apoyo incondicional
Su familia es el pilar fundamental que sostiene sus sueños. Naibeth Gutiérrez y Luis Alberto Pérez, padres de Valery, son ese apoyo frecuente que la anima a seguir adelante y trabajar duro para lograr sus metas trazadas.
Sus padres tienen la plena convicción de que lo más importante es que Valery no pierda su formación académica. Más allá de su pasión y amor por la música, no permiten que pierda sus clases en el colegio (donde cursa primer año de bachillerato), el conservatorio o en su curso de inglés.

Al inicio de la cuarentena, hace un año, sus padres la motivaron y ayudaron a grabar videos musicales para subir a las redes sociales y así conectar un poco más con las personas y mostrar su talento en plataformas digitales.
Valery nunca había cantado géneros diferentes a los que estaba acostumbrada en los Niños Cantores del Táchira; sin embargo, un día se animó y cantó el tema “Querida Rosa”, de la artista chilena Cami. Ese fue su primer cover en redes sociales.
“Cuando empezó la cuarentena pensamos que todas las clases se iban a parar, así que decidí hacer música desde casa como una forma de distraerme. Yo no era mucho de cantar, pero por esos días canté y me dijeron ‘ay, suena bonito, la vamos a grabar’ y lo subimos a las redes”, relató.
Ella ya tenía una cuenta de Instagram pero solo la usaba para subir fotografías o pequeños fragmentos de sus conciertos con la orquesta hasta que, junto a sus padres, decidió grabar covers con frecuencia para compartirlos a través de su cuenta @valeryperezg.
“Fuimos haciendo videos caseros, fuimos mejorando poco a poco y se me fueron abriendo puertas. Con el tercer cover que hice participé en unas máster clases con la agrupación C4 Trío y gané; con el quinto video me gané una beca de clases de canto con la profesora Jessica García y también gané una beca en clases de violín”.
Para Valery la experiencia vivida con C4 Trío fue una de las mejores hasta ahora. Recibió cinco días de formación musical, uno con cada integrante de la agrupación y la última clase donde participaron todos los artistas.
“Jamás pensé que una vez iba a recibir clases con ellos entonces fue muy bueno porque había mucho que aprender de ellos”, contó.
La pandemia y la idea de grabar videos en redes sociales para mostrar su talento en el canto e instrumentos como el violín, ukelele o cuatro, le permitieron acceder a nuevas oportunidades que antes no hubiese imaginado.

“Subir videos a las redes me permitió conocer personas que me apoyan y me han dado a conocer, me han invitado a muchos lugares donde he podido cantar”, dijo.
Cuando subió su primer video a Instagram contaba con 200 seguidores y ahora, meses más tarde, suma más de 3.000 personas que la apoyan en esa red social.
Experiencias cultivadas, sueños por venir
Valery Pérez tiene sueños y metas que anhela cumplir en algún momento. Ella aspira terminar su formación en el Conservatorio a los 17 años de edad e inmediatamente empezar sus estudios universitarios de Idiomas.
“Me apasionaría viajar por el mundo y llevar mi música para que toque los corazones de muchas personas a nivel internacional. También deseo abrir una academia que lleve mi nombre y en la cual pueda enseñar todo lo que tanto me gusta hacer”, dijo.
A su corta edad ha vivido experiencias importantes para su carrera musical. Poco a poco ha participado en distintos eventos y también ha tenido presentaciones en sitios importantes de San Cristóbal, aspectos que la ayudan a forjar e impulsar su carrera.
Actualmente se está preparando para nuevos proyectos musicales que le permitan resaltar más en la entidad andina.

Para Valery Pérez la clave está en luchar por los sueños. Para ella la constancia y la dedicación son la clave del éxito. Ese es el mensaje que siempre transmite.