El techo de Venezuela es explorado en un libro sobre las cumbres más altas de los Andes

Jordan Flores
Jordan Flores - Redactor
13 Min de lectura

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  • Donde Venezuela toca el cielo es el nombre del proyecto que busca documentar todo sobre los picos ubicados en los parques nacionales Sierra Nevada y Sierra de La Culata. Sus editores, Enrique La Marca y Susana Rodríguez, explicaron para El Diario la travesía que ha tenido el libro aún sin publicar. Foto: Cortesía René Matheus

Cuenta una leyenda de la tribu de los mirripuyes que los picos de la Sierra Nevada de Mérida nacieron de cinco águilas blancas. Escapando de la princesa Caribay, se posaron en lo más alto de un risco,  pues ella deseaba capturarlas para hacerse un vestido con sus plumas. Al tocarlas, sus manos se entumecieron y la Luna se oscureció, mientras las águilas furiosas se convirtieron en hielo y dejaron caer su plumaje por toda la montaña, formando la nieve.

Con ese relato, los pueblos indígenas locales explicaban el mito de la creación de los cinco picos que envuelven la ciudad de Mérida: el León, el Toro, la Concha, el Humboldt y Bolívar. También lo inalcanzables que podían resultar sus cumbres, casi como intentar llegar al cielo. Lo que no se imaginaban los mirripuyes era que llegaría el tiempo en que esas águilas dejarían de ser intransigentes con el ser humano.

Donde Venezuela toca el cielo es un proyecto creado por un grupo de montañistas, científicos y fotógrafos con el fin de adentrarse en el olimpo andino. Su propósito, de acuerdo a su página web, es producir “el más importante compendio sobre las cumbres más elevadas de Venezuela, en la forma de un libro con impactantes imágenes y textos de alta calidad”.

La iniciativa está dirigida por Enrique La Marca, Susana Rodríguez y Johnny Castro, quienes cuentan con un equipo multidisciplinario integrado por más de 30 personas. Desde hace siete años han realizado diferentes expediciones a los picos del Parque Nacional Sierra Nevada, para documentar toda su geografía, historia, clima y ecología. Actualmente esperan completar su registro de la cordillera andina con el Parque Nacional Sierra de La Culata.

Apuntando alto

El techo de Venezuela es explorado en un libro sobre las cumbres más altas de los Andes
Pico Pan de Azúcar, en la Sierra de La Culata. Foto: Cortesía Luis Mendez

La Marca es el editor y coordinador de la iniciativa. El herpetólogo y profesor emérito de la Universidad de Los Andes (ULA) cuenta en exclusiva para El Diario que siempre deseó hacer un libro que abarcara de manera extensiva toda la información sobre los Andes venezolanos. Fue en conversación con un amigo en 2014 donde se le planteó la idea de crear una obra fotográfica sobre la Sierra de La Culata. 

“Ahí se me ocurrió hacer un trabajo sobre las montañas más elevadas de Venezuela”,  agrega. A partir de allí, el primer año del proyecto transcurrió entre reuniones con expertos de diferentes campos que se sumaron. Entre ellos, climatólogos, geólogos, fotógrafos, ecólogos y andinistas. 

Así, de cada expedición no solo reunieron suficiente material gráfico, sino también mediciones, mapas y  observaciones sobre la geografía merideña. En paralelo, también han recopilado textos, fotos y documentos sobre la historia de las montañas, su gente y los primeros aventureros que las exploraron.

Señala que para la redacción del libro contactó con seis autores, encargados cada uno de un capítulo. Ya fueron escritas y entregadas las partes referentes al Parque Nacional Sierra Nevada, el cual se compone de dos conjuntos montañosos: la Sierra Nevada y la Sierra de Santo Domingo. Sin embargo, para completar las cumbres más altas de Venezuela, todavía les falta una importante: la Sierra de La Culata.

La gran travesía

El techo de Venezuela es explorado en un libro sobre las cumbres más altas de los Andes
Excursión al Sur de Las Verdes, en la Sierra de La Culata, en 2016. Foto: Cortesía Archivo DVTC

Susana Rodríguez Aranguren es ingeniera forestal, guía turística y magíster en Botánica Neotropical. También es editora asistente de Donde Venezuela toca el cielo. Será encargada de dirigir la expedición que a mediados de junio de 2021 atravesará de punta a punta la Sierra de La Culata para la última parte del libro.

Explica para El Diario que serán 14 días en los que recorrerán más de 100 kilómetros desde la cañada de Las González hasta el macizo de Las Tapias. El trayecto, a más de 4.000 metros de altitud, se dividirá en tres tramos, donde se alternará el equipo de entre 15 y 20 personas. 

“Deben estar muy bien preparados, tener muy buenas condiciones físicas, saberse manejar en la montaña, saber moverse. También en el tema de las emociones, ya que son ambientes muy extremos y con situaciones de riesgo. No cualquiera puede ir a la expedición, deben ser personas que deben estar muy preparadas y ser íntegras, además de ser profesionales en sus áreas”, instruye.

En el trayecto, los montañistas planean hacer un registro fotográfico completo de la zona, con imágenes inéditas de terrenos rara vez visitados. También planean medir la altura y ubicación de al menos 11 picos, además de otros datos geográficos o de interés turístico y deportivo.

Enrique La Marca es el editor del proyecto. Foto: Cortesía Archivo DVTC

Tierra desconocida

Aunque es la primera vez que recorrerán de punta a punta toda la Sierra de La Culata, Rodríguez aclara que ya habían realizado antes otras expediciones a esa región, a puntos específicos. “La Sierra de La Culata es, digamos, la menos comercial de las que hay aquí en Mérida. Es de la que menos información se tiene, la que menos se conoce, y todavía hay muchos lugares de esta sierra que todavía están mediana o completamente vírgenes”, acota.

Al respecto, La Marca comenta que a pesar de estar en una de las regiones con mayor densidad poblacional del país, los Andes, y especialmente sus picos, son todavía poco conocidos.

“Los Andes tienen todavía muchos misterios por ser conocidos. Entre ellos, por ejemplo, montañas que no sabíamos que existían. En el proyecto hemos conseguido montañas impresionantes con forma de pirámide que se asoman a los llanos de Venezuela con una visual impresionante”, afirma.

Montañistas en la población de San Rafael de Mucuchíes, antes de una expedición a la Sierra de Santo Domingo en 2019. Foto: Cortesía archivos DVTC

Dentro de los hallazgos que el equipo de Donde Venezuela toca el cielo está una cueva que era completamente desconocida, y que fue encontrada en la Sierra Nevada, entre los picos El León y El Toro. Del mismo modo, el herpetólogo señala que también han descubierto múltiples lagunas y cascadas.

Rodríguez y La Marca coinciden en que ha sido un reto el registro de estas zonas, ya que al ser tan remotas y alejadas de cualquier vía de comunicación, no existen nombres o datos referentes a ellas. En otros casos, los nombres cambian entre los mismos baqueanos (guías locales y expertos de la montaña) o los andinistas que los han visto.

Amor a los Andes

“Pasión por la montaña” es la frase con la que La Marca describe el sentimiento que une a todos los integrantes de Donde Venezuela toca el cielo. Indica que todas sus expediciones se realizan por cuenta propia, sin financiamiento de ninguna institución pública o privada.

Aunque no trabaja directamente con ellos, comenta que la ULA funge como una suerte de alma mater del proyecto, pues la mayoría de sus integrantes son profesores y estudiantes de esa casa de estudios. También dice contar con el apoyo del Centro de Excursionismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV). De este grupo destaca la labor de Johnny Castro como director de expediciones y guía dentro de la montaña.

El techo de Venezuela es explorado en un libro sobre las cumbres más altas de los Andes
Johnny Castro (derecha) y Susana Rodríguez (izquierda) en la Sierra de La Culata, en 2019. Foto: Cortesía Oliver Morales

La Marca señala que su libro “pretende ser una fuente de información básica que cree los cimientos para investigaciones en el futuro”. Una carta de amor a los Andes en la que se rompa la creencia de que el país es solamente una estampa del llano, la playa o los tepuyes. La reivindicación de la montaña en el “desierto, selva, nieve y volcán” que hacen a Venezuela una canción.

Rodríguez aporta su grano de arena, y afirma que además de las fotos y mediciones, buscan encontrar potenciales lugares de acampada, rutas para ascender una montaña, puntos de descanso o de recarga de agua. Toda esta información posteriormente será compartida con organismos como el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, o el Instituto Nacional de Parques (Inparques).

Se busca padrino

Una vez el grupo dirigido por Rodríguez y Castro regrese de La Culata, solo restará procesar los datos obtenidos y escribir el capítulo que falta para completar Donde Venezuela toca el cielo. “Ya sería entrar de lleno con la etapa de edición, luego la diagramación e impresión del libro”, señala la editora.

Conseguir una editorial que decida apoyar en la publicación del libro es la parte más cuesta arriba del proceso. La propia Rodríguez lo ironiza comparándolo con “una montaña rusa”.

Para visibilizar su proyecto y captar la atención de alguna agencia que decida apadrinarlo, en el 2020 el equipo lanzó en 2020 un e-book autoeditado, con el apoyo de BioGeos. El libro electrónico, titulado El techo de Venezuela, muestra fotografías e información general sobre las 25 cumbres más altas del país.

La Marca considera a El techo de Venezuela como “un abrebocas” del gran libro en el que ha trabajado junto a su equipo por siete años. “La intención era la de recabar fondos para el proyecto, por lo que se abrió un crowdfunding. Fue un desastre total”, lamenta el docente.

Actualmente el e-book está disponible para su descarga gratuita en el portal de Donde Venezuela toca el cielo. Igualmente tienen planeado en los próximos meses hacer otra publicación que actualice los datos plasmados allí. Igualmente, en sus redes sociales comparten diferentes imágenes de sus expediciones.

Las cinco águilas de la leyenda de la princesa Caribay parecen ser ahora más dóciles ante los hombres. Aunque el cambio climático ha reducido considerablemente la visión de su plumaje blanco, las montañas de Mérida todavía guardan bastantes maravillas para mostrar. Rodríguez y La Marca lo saben, y desean compartirlo con su libro al mundo. 

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