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  • La ópera prima del cineasta francés Roger Vadim regaló al mundo un símbolo sexual, pero, sobre todo, un nuevo modelo de mujer y una activista por los derechos de los animales

Apenas el rock and roll comenzaba a causar estragos entre la juventud sajona y el movimiento hippie ni siquiera aparecía en las fantasías más calenturientas. Todavía circulaban folletos con instrucciones para buenas amas de casa y los pantalones formaban parte del guardarropa de las más osadas. A mediados de los años 50 del siglo pasado, salvo contadas excepciones, la mujer se movía en sociedad con las alas amarradas al cuerpo.

En un contexto así, no era de extrañar que la historia de una joven huérfana que se implicaba emocionalmente con tres hermanos, bajo la mirada impotente de su tutor, hiciera exclamar a las abuelas: ¡Cuándo en mis tiempos!

Si, además, la chica jugaba con sus labios voluptuosos, desnudaba su cinturita de 51 centímetros, batía la melena mal peinada y alborotaba testosteronas con sinuosos bailes públicos, el escándalo estaba garantizado.

Y eso fue lo que sucedió después del estreno de la película francesa Y Dios creó a la mujer. El director galo Roger Vadim mostró al mundo un nuevo comportamiento femenino y cimentó uno de los mayores mitos sexuales de la industria cinematográfica: Brigitte Bardot.

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Y Dios creó a Brigitte Bardot
Brigitte Bardot

Del otro lado

Antes de que el largometraje llegara a la cartelera, el 28 de noviembre de 1956, Roger Vadim recorrió un largo camino. Con el guion bajo el brazo, comenzó la búsqueda de su protagonista. La halló en un quiosco, en la portada de la revista Elle. Contactó a la joven modelo, quien daba sus primeros pasos como actriz. El romance terminó en boda.

Más trabajo le costó encontrar productor. Al cabo de cuatro años, convenció a Raoul Levy para que invirtiera los 300 mil dólares requeridos. El rodaje tuvo lugar en Saint-Tropez, con los galanes Jean-Louis Trintignant, Curt Jurgens y Christian Marquand.

La presentación oficial de Et Dieu… créa la femme (título original) fue en el Festival de Cannes.

Ni las críticas ni el público francés auguraron cosas buenas, para una trama que atentaba contra los convencionalismos. El éxito estuvo en el otro lado del charco.

En Estados Unidos, el filme recaudó más de cuatro millones de dólares, pero, sobre todo, causó un gran impacto. Hubo dueños de salas arrestados desde Cleveland hasta Memphis, por autorizar la proyección de la cinta, violando el Código Hays que determinaba lo “moralmente aceptable”. Mientras tanto, Brigitte Bardot se convirtió en rubio objeto del deseo masculino, siendo conocida mundialmente por las iniciales de su nombre

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Algún funcionario yanqui de la época comentó: “La aparición de BB ha sido lo más importante que nos ha llegado de Francia desde la Revolución Francesa”. Y el presidente galo Charles de Gaulle aseguró: “BB aporta más divisas a Francia que Renault”. A la actriz le sobraban propuestas de Hollywood y de Europa.  

Y Dios creó a Brigitte Bardot
Encabezó la lucha para proteger a las focas. Getty IMages

Por la causa

La mujer absolutamente libre que representaba Juliette Hardy en la película de Vadim marcó la vida de su intérprete. Durante la filmación, Bardot comenzó sus andanzas románticas con Trintignant. Después daría rienda suelta a sus deseos, incluyendo cuatro matrimonios, sin reparar en críticas, mientras mantenía su estatus de estrella.

En 1973, sorprendió con su decisión de retirarse del cine. Ese mismo año comenzó a rescatar perros abandonados, iniciándose como activista de la protección animal. Ya había rechazado públicamente el uso de abrigos de piel como símbolo del star system.

Un trienio después, encabezó una manifestación frente a la Embajada de Noruega en París, para protestar por la masacre de focas, logrando que el presidente de su país prohibiera la importación de pieles del mamífero.

Por la misma causa, viajó a Canadá el 20 de marzo de 1977, diciéndole a los reporteros gráficos que la acompañaron: “Si estoy aquí, no es para hacer turismo o para ser fotografiada como en el Festival de Cannes”. Contó con el apoyo de figuras como Isabelle Adjani, Kim Basinger, Tippi Hedren, Ursula Andress y Johnny Hallyday.

En 1986, creó la Fundación Brigitte Bardot, con la cual se mantiene activa contra el maltrato animal, replicando con hechos algo que dijo otro mito del séptimo arte, Audrey Hepburn, cuando visitó Caracas como embajadora de Unicef, en 1988: “El cine me dejó una voz para ser escuchada”. La voz de BB nació hace 65 años con Y Dios creó a la mujer.

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