- El padre del joven declaró para un medio de comunicación que el pozo está al lado de su hogar y él lo estaba reparando. Su hijo, Ryan, estaba a su lado, y cayó repentinamente sin que él pudiera socorrerlo o incluso darse cuenta. El pozo tiene 32 metros de profundidad y han mantenido con vida al niño con agua azucarada y víveres | Foto: EFE
El martes 1° de febrero (cerca de las 2:00 pm) un niño de cinco años de edad cayó en un pozo de 32 metros de profundidad en Ighran, pueblo de la provincia marroquí Chauen. Poco después del accidente, empleados de Protección Civil comenzaron a realizar las labores necesarias para sacar al infante.
“El niño sigue vivo”, comentaron algunos testigos presentes en el lugar a los medios de comunicación. Protección Civil optó por cavar paralelamente al pozo seco de 45 centímetros de diámetro; una vez alcancen la altura en la que se encuentra Ryan, el joven atrapado, podrán acceder a él y sacarlo. Hasta ahora lleva más de 48 horas atrapado.
Las maquinarias se han mantenido excavando por más de 30 horas para alcanzar el fondo del pozo. Todo esto se lleva a cabo al lado de la vivienda familiar de Ryan, ubicada aproximadamente a 70 kilómetros al este de Chauen.

El equipo a cargo ha introducido en varias ocasiones agua con azúcar, víveres y oxígeno (por medio de una máscara) para mantener al niño con vida.
De momento, se han alcanzado poco más de 27 metros, pero los restantes se encuentran en un terreno rocoso que dificulta mucho el avance, tal como reseña el medio Le360.
Múltiples alternativas en una carrera contra el tiempo
El miércoles, cuando Ryan tenía aproximadamente 25 horas dentro del pozo, su padre dio algunas declaraciones para Le360:

Mustafa Baitas, portavoz del Ejecutivo de Marruecos, ofreció información en una rueda de prensa este jueves 3 de febrero. Aseguró que el gobierno se había movilizado “fuertemente” para tomar las medidas necesarias.

El funcionario agregó que se habían puesto sobre la mesa varias opciones para rescatar a Ryan. La primera fue alargar el diámetro del pozo. “(No procedimos con el plan porque) teníamos miedo de que las piedras y la tierra cayeran sobre el niño”, dijo.
La otra estrategia que idearon fue que descendiera un socorrista. “Ha habido alternativas, pero no funcionaron”.

La última opción fue cavar un túnel en paralelo, y es el plan que todavía está en proceso. Baitas informó que a pesar de que los trabajadores han mantenido las labores día y noche, el verdadero desafío yace en la composición natural del terreno, que ha complicado la excavación.
En la operación de rescate han participado decenas de operarios y han contado con cinco máquinas pesadas.