- El bailarín mexicano se dedicó a trabajar en las coreografías de la producción colombiana disponible en la plataforma de streaming. Su paso por la serie lo hizo descubrir que también le gusta la actuación. Poncho Glez conversó en exclusiva para el equipo de El Diario sobre su historia, su trayectoria y cómo ha sido su experiencia trabajando con venezolanos
Desde niño se sintió atraído por el mundo de las artes. Creció en un pueblo pequeño en Chihuahua, al norte de México. De familia modesta y de limitados recursos, siempre tuvo claro a lo qué se dedicaría. El baile siempre ha formado parte de la vida de Alfonso González, conocido públicamente como Poncho Glez.
Su carrera en la danza, como coreógrafo, tomó notoriedad luego de que participó en la serie colombiana de Netflix, Ritmo Salvaje, que se estrenó a principios de marzo de 2022. Poncho Glez es parte del equipo de coreógrafos de la serie que narra las historias de dos bailarinas, interpretadas por Paulina Dávila y Greeicy Rondón; quienes conviven en mundos opuestos, pero que coinciden en su gusto por el baile.
Él también tiene una pequeña participación actoral en la serie. Ritmo Salvaje cuenta con ocho capítulos y se grabó completamente, a lo largo de ocho meses en Bogotá, Colombia, bajo la colaboración de Caracol Televisión. Dos de esos meses fueron de ensayos de baile y actuación.
Rafael Martínez y Simón Brand estuvieron a cargo de la dirección de la producción que contó con la bailarina venezolana Sashua López. Para Glez, trabajar con venezolanos fue una grata experiencia. “En todas las producciones que he hecho siempre hay venezolanos y me encanta la energía de Venezuela. Estando en Colombia, he conocido gente súper cool de ese país”, expresa.
Poncho llegó a Netflix a través de Brand, con quien, comenta, tiene buena “química”. En 2017, Simón lo contactó para grabar un video musical con él. La escena se repetiría un par de veces más con otros proyectos. En 2020 le propuso participar en Ritmo Salvaje; producción que se vio afectada por la pandemia por covid-19. Finalmente, entre enero y agosto de 2021 se rodó la serie.
La decisión de Poncho Glez
Siendo niño, viendo una obra de teatro a la que asistió con su mamá en Chihuahua, vio a un grupo de jóvenes bailar. Con lucidez recuerda que tenía diez años de edad. Los movimientos corporales al son de la música captaron su atención. Desde ese momento supo que quería dedicarse al baile, imitar esos movimientos, por lo que buscó las maneras de que su mamá lo llevara a clases de danza. Empezó en D´anza Jazz Stage.
“Antes no era común ver hombres bailar. Me llamó la atención. Yo soy muy artístico, siempre me llamó la atención el baile, canto y la actuación”, dijo González. Sus padres no aceptaban del todo la idea de que su hijo abandonara el colegio por irse a bailar, pero cedieron al ver su talento.
Empezó bailando hip hop, pero con el tiempo aprendió ballet, jazz, tap, danza contemporánea y otras técnicas. “Siempre me llamó la atención lo urbano”, subraya Poncho Glez. Durante siete años estuvo dedicado a aprender a conocer su cuerpo y a manejarlo al ritmo de la música.
Sin permiso de sus padres, estuvo en la capital mexicana entrenando un año en distintas academias. En ese trayecto se topó con gente que le comentaba que “no hay futuro en eso” y que “no se puede vivir de eso”. “Desde joven siempre supe lo que quería hacer, no me veía en ninguna carrera universitaria y me arriesgué”, expresa.
En esa ciudad, una ajena a él, no solo tuvo que adaptarse a aprender nuevos pasos de baile. También vivió momentos difíciles, en los que no tuvo dinero para costear su transporte o comida. Son momentos duros que, en la actualidad, con 26 años de edad, valora y recuerda con nostalgia.
De México a Estados Unidos
Tras formarse en Ciudad de México, migró a San Francisco, Estados Unidos, donde también se entrenó en la danza en lo que considera que fueron dos de los años más duros en su vida, en Chapkis Dance. No obstante, la ciudad también le dio la dicha de poder codearse y trabajar con Daddy Yankee, Anuel AA, J Balvin y Bad Bunny.
Posteriormente, se mudó a Los Ángeles, donde vivió otros tres años. No estudió formalmente danza, pero se formó en distintas academias de la mano de profesionales que vieron sus destrezas en acción sobre cualquier certificado en papel. Compitiendo en las pistas, pudo demostrar su pasión desde, al menos, los 11 años de edad.
En el año 2017, en Arizona (Phoenix), luego de competir en ese torneo de danza y no lograr buenas posiciones entre otros talentos, logró quedar en primer lugar, sobre 70 países participantes de la competencia en la categoría de adultos. Poncho Glez relata que el triunfar en ese espacio le da las oportunidades a los bailarines de sobresalir. Y eso hizo.
Viajar, bailar y evolucionar
Tras el triunfo de la competencia estadounidense de baile, pudo viajar a al menos 15 países del mundo a impartir talleres y cursos de baile, incluyendo Alemania, Reino Unido, Italia, España y Eslovenia. “El año 2017 fue donde se explotó mi carrera artística”, resalta Glez.
Estuvo más de dos años en su travesía de bailar en distintos países con música de distintas culturas, sin abandonar los géneros urbanos, que asegura son sus favoritos. Quiso luego probar nuevos espacios. En vez de competir, quería entrar en la industria de los videos musicales, espectáculos de artistas.
Posteriormente, Poncho Glez participó en otros videos musicales, como “China”, de Anuel AA, Daddy Yankee y Karol G; y “Problema”, también de Anuel AA. Sin embargo, asegura que sus trabajos “más grandes” fueron con Daddy Yankee. Lamenta ahora haya decidido retirarse, pero se siente contento de haber trabajado con él.
“Es muy fuerte. Estoy feliz porque tuve la oportunidad de conocerlo, de hablar con él y de estar cerca. Es una persona que me inspira, al igual que su música. Es una persona que hay que admirar un montón. Su nuevo disco me encantó y estoy cruzando los dedos para viajar con el tour”, comenta González.
Los próximos pasos
Además de Ritmo Salvaje, a Poncho se le vio también en la primera y segunda temporada de la competencia de baile de la cadena televisiva NBC, World Of Dance, de Jennifer López. Él se define como constante, “guerrero” y agradecido.
“Mi proceso creativo se basa en el freestyle, cuando voy a crear una coreografía primero escucho una canción. Soy auditivo, la escucho un par de veces, veo qué sentimientos me da, y de allí parto.
Ahora que terminó, por ahora, el proyecto con Netflix, quiere explorar sus cualidades en la actuación, la música, que hace apenas dos años pudo explorar. “Quiero experimentar cosas nuevas”, señala Poncho, quien también se considera un constante aprendiz.
Trabajó como coreógrafo hace varios meses con Televisa, en su país natal, en la producción ¿Quién es la máscara? Además, sobre sus proyectos futuros, revela, sin ofrecer mayores detalles, que podría tener un proyecto con el cantante venezolano Danny Ocean.
Durante las últimas semanas estuvo trabajando con el equipo de social media de Netflix en una campaña. También estuvo dictando talleres en Medellín, Colombia. De momento planea continuar haciendo esas labores de enseñanza sobre lo que mejor sabe hacer, tanto en ese país, como en Argentina y México. Y espera seguir retándose para dar lo mejor de sí, ya sea en una pista de baile, en un set de rodaje o en un estudio de grabación.