• La poeta y artista visual venezolana dirige desde 2010 La Organización Nelson Garrido, desde allí habla sobre las dinámicas para sobrevivir desde la autogestión. El espacio inauguró este año dos bibliotecas digitales: una sobre la discapacidad y otra del género. “Nuestro foco es construir comunidad, espacios de aprendizaje rizomático, así como encuentros para el intercambio expansivo, libre y nutritivo”, señala e indaga además en su trabajo de lo erótico y lo femenino. Foto: Lisbeth Salas

En la mirada de Gala Garrido imagen y palabra se funden y hacen tambalear los límites. Imagen y palabra se erigen y registran ese tiempo que pasa, esa tensión que existe entre lo real y la ficción. Ese reconocimiento de la propia voz entrelazándose con la del otro. En la mirada de Gala Garrido hay un juego poético que es también fotografía y proposición.

La artista visual y poeta venezolana (Caracas, 1987) ha presentado su trabajo en salas de varias ciudades del país, así como en espacios y festivales culturales en Ecuador, Francia y España. Y ha participado como ponente en seminarios y congresos dentro y fuera de Venezuela. Su obra puede apreciarse en sus redes sociales (@galagalo), en su canal de YouTube y página web.

En 2010 asumió la dirección de La Organización Nelson Garrido (ONG), recinto cultural autogestionado ubicado en Las Acacias, en Caracas. Allí, como su lema indica, existe el espacio de los que no tenemos espacio. Además de dictar talleres formativos para fotógrafos, realizan encuentros, conversatorios, presentan obras de danza y teatro y cuentan con tres salas de exposición.

Más de una década frente a La ONG, y tras el golpe pandémico del covid-19, Garrido analiza el trayecto: “Nuestro país ha pasado por muchas cosas, no me atrevo a describir estos años como un solo bloque, lo único que me atrevo decir es que han sido extremadamente intensos, con toda la belleza y complejidad que eso implica. Llevar un espacio auto-gestionado en Venezuela exige una gran capacidad de adaptación, de reinvención y de resiliencia. Hay que mantenerse centrado, paciente y con la mente absolutamente abierta, porque constantemente es necesaria una nueva estrategia para poder seguir adelante”. 

Garrido asegura que, a pesar de la pandemia, el espacio artístico no se ha detenido y mantiene su oferta de talleres y encuentros. Semanalmente publican en el blog #CirculoONG (inaugurado en 2014) portafolios de artistas nacionales e internacionales, presentan libros de la biblioteca de La ONG –que cuenta con más de 200 títulos disponibles–, publican artículos críticos en torno a la imagen y registran los encuentros digitales #PildorasONG. Además tienen un círculo de lectura y un cine club.

Gala Garrido: “Hemos heredado una gran confusión”
Foto: Cortesía

Este año inauguraron La Biblioteca Crip, con contenido especializado en estudios críticos sobre la discapacidad, en alianza con el artista Pedro Marrero. Y también La Biblioteca Queer, especializada en estudios de género. “En cuanto al futuro, es mejor no pensar mucho en él. Prefiero gestionar cada día con los recursos disponibles, generar alianzas y proyectos con distintos colaboradores, pero con la mirada en el presente. Nuestro foco es construir comunidad, espacios de aprendizaje rizomático, así como encuentros para el intercambio expansivo, libre y nutritivo”, añade. 

—¿Cómo se define una mujer directora de un espacio cultural?

Con tu permiso voy a utilizar como excusa tu pregunta para hacer una petición pública: Me gustaría que a las mujeres nos dejaran de colocar en una clasificación aparte dentro de los campos en los cuales nos desenvolvemos. Las mujeres artistas somos artistas, las mujeres poetas somos poetas, las mujeres periodistas son periodistas. Sub-clasificarnos es un acto de condescendencia. Disculpa el paréntesis, ahora pasemos con tu pregunta. Para explicar el trabajo de gestión cultural prefiero utilizar una imagen en vez de una definición. ¿Te parece? Hagamos ese ejercicio. Imaginemos un cuenco, ese cuenco puede contener un poco de agua fresca, también puede refugiar un pequeño fuego, incluso con un poco de tierra puede acunar una semilla hasta que germine y por supuesto también puede sostener el vacío, lo cual permite que se engendren nuevos proyectos. Mi trabajo se parece a ese cuenco, el espacio debe poder contener proyectos de naturalezas muy distintas, además no solo debo sostener el vacío sino que tengo que hacerlo más grande para poder contener nuevos proyectos que todavía ni me imagino. La dinámica es la misma que la de mi proceso creativo, solo que a una escala de comunidad. 

Gala Garrido: “Hemos heredado una gran confusión”
Foto: Cortesía

—¿Cómo ha afectado la pandemia las actividades de La ONG? Y en tu caso particular, ¿cómo llevaste los meses de confinamiento?

Teníamos algunos años coqueteando con la idea de los talleres virtuales y la pandemia fue el último empujón para dar ese salto. La experiencia de las dinámicas virtuales ha sido realmente maravillosa, emocionante y nutritiva. Por un lado, miembros de La ONG que están regados por todos lados del mundo han podido reintegrarse de manera activa a la comunidad. Además, por primera vez han podido coincidir varias generaciones de onegianos en las mismas actividades, lo cual ha generado un sentimiento colectivo de reconocimiento, pertenencia y complicidad. Por otro lado, se han podido sumar de manera activa a la comunidad personas de otros lados del mundo, lo cual ha enriquecido profundamente tanto los talleres, como los encuentros. En mi caso particular, descubrí que siempre he llevado la vida un poco en confinamiento. 

La mirada de galagalo

El trabajo de Gala Garrido, centrado en el erotismo y el poder de lo femenino desde una perspectiva de género, parte de elementos de la historia del arte, la cultura popular y los medios de comunicación masiva para estimular la reflexión en la que el cuerpo se configura como metáfora individual y colectiva. Un cuerpo se confunde en otro y en otro, en el juego de máscaras que surgen de los procesos de identificación. 

La investigación que ha llevado a cabo en años recientes se concentra en Apuntes sobre el hastío, “proyecto-constelación, un proyecto-extracorporal y también es un proyecto-multidimensional” que contiene poesía, imagen y cuerpo. Explica Garrido: “El vehículo principal es mi voz en sus múltiples manifestaciones: como vibración que modifica el cuerpo de quién me escucha, sin importar que no estemos en el mismo espacio; como tapiz a través de mis cuadernos de apuntes y diarios; como canal a través de la lectura de mis libros y como imagen a través de mi cámara”.

Gala Garrido: “Hemos heredado una gran confusión”
Foto: Cortesía

—¿Cómo recuerdas tu crecimiento en una familia de creadores? ¿De qué manera marcó tu investigación artística personal?

Te confieso que cada vez que me hacen esta pregunta no sé cómo responderla. Voy a intentar contestar tomando prestadas palabras de Cesare Pavese: “…de cualquier individuo, aún del más culto y creado, se puede sostener que los símbolos no radican tanto en sus hallazgos librescos o académicos, sino en los míticos y casi elementales descubrimientos de infancia, en los contactos humildísimos e inconscientes con las realidades cotidianas y domésticas que lo acogieron al principio…”. En cada ocasión voy rodeando esta pregunta con posibles respuestas, pero en realidad siempre he querido responderla con otra pregunta: ¿Existe alguien que no esté marcado por su infancia? Los temas centrales de mi trabajo visual y poético tienen sus raíces en experiencias de mi infancia, con todas sus luces y sombras… “hasta los bordes de tu vida / llevarás tu infancia” (cita de Andrée Chedid extraída del libro Bellas Ficciones de Yolanda Pantin).

—¿Cómo crees que ha cambiado el poder de lo femenino en la sociedad actual? 

Dos de los temas centrales de mi trabajo son el erotismo y el poder desde lo femenino. Pero lo femenino no solo entendido como género, sino también como principio. Todos los seres vivos, de cualquier especie o reino, contienen tanto el principio femenino como el masculino en sí mismos. Jung los llamaba ánima y ánimus. Los antiguos filósofos chinos se referían a ellos como Ying y Yang. En la mitología hindú encontramos una divinidad llamada Ardhanari, compuesta por Shakti y Shiva. Los podemos llamar como prefiramos, lo único importante es entender que todos los seres vivos contenemos en nuestro interior estas dos fuerzas opuestas pero complementarias. Ambas nos pertenecen. 

Vamos a aterrizar esta idea con ejemplos cotidianos. El proceso creativo exige ambos principios, en la primera etapa necesitamos estar receptivos para poder recibir a la inspiración y en la segunda etapa necesitamos traducir y concretar la idea que nos fue dada por la inspiración. Femenino, masculino. Otro ejemplo, soy profesora, por lo tanto estoy constantemente dictando talleres y tutorías; en el momento en que estoy dando clases estoy utilizando mi principio masculino, porque estoy germinando a mis estudiantes con conocimiento. Pero para poder pararme frente a mis alumnos a compartir conocimiento, primero he tenido que estudiar mucho y para estudiar necesito utilizar mi energía femenina que me permite recibir conocimiento. Nuevamente, masculino y femenino. La vida implica integrar estos dos principios, no podemos rechazar ninguno,  porque somos ambos. Lamentablemente hace muchos siglos que nos relacionamos con ambos principios de una manera totalmente desvirtuada. Es urgente un trabajo colectivo de resignificación e integración. Lo primero que debemos hacer es quitarle la maleza de encima a estos principios para poder reconocer su verdadera naturaleza. Indistintamente de nuestra identidad de género y orientación sexual, todos vivimos un femenino desplazado y vulnerado, así como también, todos vivimos un masculino depredador e indolente. Hemos heredado una gran confusión. Nos corresponde una labor de discernimiento, tanto a nivel colectivo, como a nivel individual, hasta que logremos regresar al verdadero significado de estas dos fuerzas, que nada tienen que ver con las estructuras sociales que nos han sido impuestas, a partir de nuestro género biológico. 

—¿Cuál es ese erotismo que reside en lo cotidiano? ¿Se ha redefinido?

Eros es uno solo. No hay varios Eros, pero sí se puede manifestar de infinitas formas. Hay varias historias sobre sus orígenes, la más conocida es como hijo de Afrodita, pero a mí me gusta más esta: Todavía era la noche primordial, sólo existía el caos primitivo del universo, en el interior del huevo original aleteaba inquieto el germen de todas las posibilidades. En un solo chispazo la Noche engendró al huevo primordial, cuyas dos mitades, al separarse, formaron la Tierra y su cobertura, el Cielo. Dicen que Eros también nace del mismo huevo, porque es una fuerza fundamental para el mundo, ya que asegura no solo la continuidad de las especies, sino también la cohesión interna del cosmos. Recordemos que otro de los nombres de Eros es Amor. El erotismo y la cotidianidad son los temas centrales de mi trabajo. El erotismo como antídoto contra el hastío. Permitir que Eros impregne nuestra cotidianidad. Un erotismo extracorporal que se amplifica como un rayo de luz a través de un prisma generando colores inesperados, como una onda expansiva en el agua calma, como el abrazo cálido del firmamento rodeando la tierra. Eros es un vehículo para expandir nuestros sentidos desdibujando los límites de nuestro propio cuerpo. Regresando concretamente a tu pregunta, Eros no se ha redefinido, Eros solo es, aquí en presente absoluto, pero debemos estar atentos para poder saborear la dulzura de su miel. 

Gala Garrido: “Hemos heredado una gran confusión”
Foto: Cortesía

—¿Qué lenguaje encuentras para acceder al cuerpo?

Para mí, los puentes para acceder al lenguaje del cuerpo son el silencio y el placer.

—¿Cómo has ido madurando como artista: qué elementos han influido en tu proceso a lo largo de los años? 

El tiempo ha ido transformando mi manera de acercarme a los mismos temas. Imaginemos una espiral que infinitamente se enrosca sobre su propio centro, en cada vuelta su línea pasa por los mismos puntos pero nunca es exactamente el mismo recorrido. La espiral nos invita a unirnos a un baile interior en el cual creamos y destruimos, nos balanceamos de puntillas bordeando nuestro propio centro. Otra imagen que podemos utilizar son los tránsitos de los planetas de nuestro sistema solar que siempre son los mismos pero nunca son iguales al anterior. Mi proceso ha sido influido por el propio tiempo.

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