• Carla, Andrés y Carlos salieron adelante luego de que su hijo de 15 años de edad tuvo la idea de fabricar unas cholas con suela de caucho. El negocio comenzó con la llegada de la pandemia de covid-19 y actualmente ya han elaborado cerca de 200 pares 

Andrés López es un adolescente de 15 años de edad que sacó adelante, junto a su madre y su hermano mayor, una pequeña fábrica de cholas elaboradas con tripas de caucho en Ciudad Bolívar, estado Bolívar. El emprendimiento comenzó luego de que su madre quedara desempleada a consecuencia de la pandemia de covid-19. Gracias a este sustento, la familia ha podido costear los gastos del hogar y ayudar, con su negocio, a niños que, como Andrés en algún momento, necesitaron un par de zapatos.

Carla Cabrera, madre de Andrés, trabajó en un negocio de comida hasta el año 2020. Debido a las medidas sanitarias, los dueños decidieron cerrar sus puertas. Además, meses después, fue diagnosticada con anemia severa. Pero las malas noticias no terminaron ahí. Su madre relata que le afectó quedarse sin empleo y no traer a la casa el dinero necesario para costear los gastos básicos.

La familia que emprendió un negocio de cholas de caucho para salir adelante en Venezuela durante la pandemia
Carlos, Andrés y Carla Foto: Álbum familiar

Confesó que esa mezcla de emociones, junto con la enfermedad, le provocó que, en algún momento, no pudiera levantarse de la cama. 

Andrés, aunque también estaba preocupado al ver a su mamá en esta situación, solía salir a jugar con sus amigos para distraerse. Un día volvió a su casa descalzo y le comentó a su madre que había perdido sus cholas. Ella le respondió que no tenía el dinero suficiente para comprarle un nuevo par. Fue así como Andrés empezó a ver videos de YouTube para aprender cómo confeccionar y coser unas cholas con caucho. Carla afirmó que la creatividad artesanal de Andrés proviene de su abuelo, un carpintero que conservaba su taller al lado de la casa.

El adolescente pasó horas tratando de picar, ensamblar y coser las cholas. El caucho a veces lo conseguía cerca de la zona donde vive y el hilo proviene de la propia tripa. Las agujas las sacó de la parte trasera de los tacones de su madre y las tiras superiores las arrancó de un bolso viejo que tenía en su casa. El resultado impresionó a la madre, sobre todo porque era la primera vez que  Andrés hacía algo similar, por lo que Carla lo animó a iniciar el emprendimiento.

Para ello, necesitaban insumos que la familia no disponía para el momento. Decidieron buscar una alternativa. Durante las mañanas, la familia salía a pie para recorrer las caucheras de la ciudad y en la tarde comenzaban con el proceso de confección. Y es que a cada uno se le asignó su estación de trabajo. El hermano mayor, Carlos, se encarga de pelar el caucho y Andrés elabora la plantilla, además de coser las cholas, mientras que Carla se dedica a ensamblar las tiras de colores. Actualmente las cholas tienen un costo de 10 dólares y han elaborado más de 200 pares.

La familia que emprendió un negocio de cholas de caucho para salir adelante en Venezuela durante la pandemia
Carlos y Andrés Foto: Álbum familiar

“Andrés puede hacer hasta dos pares de cholas cada día cuando no tiene muchos pedidos. Hay veces que estamos hasta la madrugada porque este emprendimiento se convirtió en nuestro sustento familiar”, señaló Carla en una entrevista para El Diario. 

Una inversión a largo plazo

Gracias al crecimiento del negocio familiar, Carla, Andrés y Carlos están ahorrando para comprar una máquina de coser zapatos que les permita aumentar la producción y ofrecer otros modelos.nnActualmente la familia está trabajando para poder perfeccionar las cholas y que Andrés siga cumpliendo su sueño.nnEl emprendimiento también ha ayudado a muchos vecinos de su sector. Muchos niños, al igual que Andrés, perdieron sus cholas o las tienen en mal estado. Para estas personas, la familia elaboró cholas a un precio más accesible.nn“Desde hace un año estoy ayudando a mi mamá. Ya tengo un oficio que me gusta y además estoy colaborando con mi familia. También estoy en el beisbol y eso me ayuda a motivarme para seguir trabajando”, dijo Andrés.n

Una labor social

La labor de Andrés se viralizó en las redes sociales en julio de 2021. Desde entonces, su cuenta de Instagram alcanzó los 10.000 seguidores. Actualmente, cuenta con 50.000 seguidores. Gracias a la exposición, la familia ha decidido utilizar este canal de comunicación para difundir la campaña de recolección de insumos o medicinas para personas de bajos recursos.

Igualmente, los días en los que no tienen pedidos, la familia se dedica a fabricar cholas para donarlas o ofrecerlas a precios más accesibles para las personas que las necesiten. 

“Nos hemos involucrado mucho en la parte social. Hemos hecho muchas donaciones en algunas comunidades. Andrés ha hecho cholas específicamente para donar cuando se entera de algún caso. Nosotros quisiéramos poder hacer más, pero para eso necesitamos la máquina de coser zapatos porque actualmente todo lo hacemos a mano. Gracias a Dios tenemos muchas personas que nos están apoyando”, dijo Carla. 

En su cuenta de Instagram también comparte las dificultades de familias venezolanas para obtener medicamentos en el país. Tan solo el fin de semana pasado (mayo de 2022), la familia participó en una recolecta de alimentos con otras fundaciones y en donde recibieron mil kilos de comida para niños y niñas de escasos recursos. 

Carla comenta que se siente muy orgullosa de sus dos hijos. Pese a las dificultades, Andrés, sin quererlo, encontró una solución para aliviar el día a día que vivía su familia. El adolescente asegura que en el futuro quiere montar su propia empresa y seguir ayudando a sus vecinos y seres queridos. 

Ante la perseverancia de Andrés, Carla considera que es fundamental brindar apoyo a los hijos.“Todos tenemos un talento y nuestros hijos necesitan de nuestro apoyo para que puedan salir adelante”, concluyó.

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