- Un mercado interno deprimido y un mercado internacional que se mueve a ritmos más acelerados, un panorama incierto en el coleccionismo y en el medio museístico institucional son realidades complejas que forman parte de la actividad de los espacios expositivos en el país
Una oferta que destaque en la exploración, en la contraposición de medios, narrativas, generaciones, géneros, geografías. Una oferta que mire hacia el mercado internacional sin perder la conexión con el trabajo local pasado y presente. Una oferta que pueda seguir cubriendo los espacios expositivos que desde hace años abandonaron las instituciones museísticas en el país. Son estas algunas de las estrategias que ejecutan galerías en la ciudad, en particular D’Museo y ABRA, ubicadas en el Centro de Arte Los Galpones, en Los Chorros.
Para el director de la galería D’Museo, Nicomedes Febres, es fundamental ampliar las opciones para fortalecer la relación galería-artista-público-coleccionista, en la que Internet tiene una presencia preponderante. Esto en un contexto marcado por un movimiento más acelerado del mercado internacional del arte en comparación con el de Venezuela.
En esta línea de propuestas se inserta Prints+, exhibición de la que Febres es curador guía, inaugurada a mediados de junio y que permanecerá abierta al público durante un mes más. La muestra reúne obras del minimalimo, cinetismo, abstracionismo, Pop Art, Land Art, hiperrealismo, abstraccionismo, Neo Pop y neoexpresionismo de creadores de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica como John Kacere, Jeff Koons, Sol Lewitt, Robert Motherwell, Takashi Murakami, Jaume Plensa, Alejando Otero, Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez, Marisol Escobar y Meyer Vaisman.
Se trata de ediciones limitadas y firmadas, de serigrafías, intaglios y litografías que han formado parte de la investigación de estos artistas. “Nosotros estamos muy al tanto del mercado internacional del arte. Estas obras provienen de las mejores galerías del mundo, la mayoría de Nueva York. Hicimos una selección y la trajimos; estos son los grandes artistas hoy en día en el mundo. Y como el mercado internacional se ha disparado, básicamente alrededor de estos creadores, quisimos hacer una muestra antes de que sea imposible financiarlos. Aquí hay contraste entre lo geométrico y lo figurativo, y no se molestan. Creo que ese juego es muy feliz y permite disfrutar de una exposición de los grandes del siglo XX en unas obras que son accesibles al venezolano de hoy”, indica.
El objetivo de Prints+, además, es conectar al país con lo que sucede en el extranjero.
Y asegura que la respuesta del público ha sido favorable: “Nuestro ánimo es evitar los fiascos, minimizar los riesgos para los artistas y nosotros. Las obras sí se venden. Los precios están por debajo del mercado internacional para estimular la venta. Inclusive por debajo de los precios de subasta, que se asume son precio base. Pero la idea es echarle una mano al país, y que vea la calidad de estas obras que son famosas en el mundo”.
La programación
Con relación a la elaboración de programación, señala Nicomedes Febres que tienen en puerta una individual de Pedro Morales, que en 2018 expuso en el Museo de Arte Geométrico y MADI de Dallas (Texas): “Es uno de los grandes artistas tecnológicos de Venezuela. Fue el primero que empezó a trabajar con computadora”. No obstante, el director de D’Museo afirma que la galería evita hacer exhibiciones individuales, pues el mercado interno está complicado –sumado a la crisis económica y de confianza en el país– y se corre el riesgo de “quemar” la obra.
“Ves cómo las galerías han reducido su programación anual porque tienes que proteger a los artistas. El mercado interno del arte se mueve mal, nunca se había movido tan mal. Tuvimos una generación de oro, la de Soto y Cruz-Diez, que se movieron gracias al apoyo de un Estado que tuvo una visión de país, hablamos de las décadas de los cuarenta y sesenta. Después, como consecuencia de esa visión, el país progresó. Vino el viernes negro y muchos artistas se quedaron en Venezuela. Siempre hay que ir afuera, que es un mercado de cuchillo, pero hay que ir. Vino luego el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez y después empezamos con el caos. Las oportunidades se han reducido mucho, los museos están cerrados o al servicio de exposiciones muy extrañas, han perdido el profesionalismo. Son las galerías las que tienen que dar la cara, a pesar de que muchas han cerrado. Una galería sobrevive con conexiones afuera, moviendo algunos artistas; siempre hay un margen de mercado que permite sobrevivir en lo local, pero no como en años anteriores, que se planificaba con optimismo. Se planifica con pesimismo. Esa es la situación, hasta que pase esta tragedia”, finaliza Febres.
ABRA, sus atlas y sus archivos
Lograr una comunicación de los proyectos expositivos con el contexto inmediato, que implique afianzar una relación con el público para incentivar un coleccionismo comprometido, es una de las estrategias a las que se aboca ABRA. Así lo señala Melina Fernández Temes, quien dirige el espacio junto con el artista Luis Romero.
“Por el lado de las instituciones hay un gran vacío a nivel local; y por el coleccionismo hay un panorama un poco desarticulado y eso tiene consecuencias directas en el funcionamiento de un espacio como el nuestro. Pero no todo es absoluto, durante los últimos ocho meses hemos sentido un reavivamiento de la visita tanto de amigos como de personas asiduas a la galería, además de un público más joven que conecta desde otros lugares con proyectos a los que nos abocamos. Creo que el trabajo va lentamente pero dando sus frutos”, asegura Fernández Temes.
Desde el ámbito programático, cuenta que laboran a partir de varios fundamentos. Por un lado, atender y visibilizar al grupo de artistas con el que trabajan periódicamente en la galería. Y luego el soporte sostenido a creadores emergentes o con trayectoria en construcción. De este grupo surgen dos divisiones: unos de trayecto más avanzado que viven en el extranjero como Ana Alenso, Ana Navas, Juan Pablo Garza; además de Costanza de Rogatis, Leonardo Nieves, María Teresa Hamon. Y también, añade Fernández Temes, hacen foco en el trabajo de artistas más jóvenes, muchos de los cuales se encuentran en el país. El año anterior tuvieron a Carelyn Mejías. Y en este 2022 se muestran las obras de Lucía Vera, con su primera individual en Venezuela: Saboveo, que reúne una veintena de pinturas elaboradas a lo largo de una década. La artista presenta en una serie de elementos evocativos que tienden al cuerpo y lo abstracto, y que se conectan con conceptos de belleza y fealdad, de individualidad y totalidad, en clave de humor.
En su segunda sala, la galería presenta la primera fase del proyecto colectivo Atlas inconcluso de un paisaje en proceso. La idea comenzó a gestarse a mediados de 2020 y se exhibió entonces de manera virtual. Es un intercambio de artistas venezolanos en el país y en el exterior en torno a la idea de paisaje, sin necesidad de hablar de un tiempo específico, sino a partir de intervalos y de imágenes referenciales. La muestra, en la que participan alrededor de 30 creadores, incluye una gran variedad de soportes y su organización estuvo a cargo de Manuela García en la coordinación de producción, Raúl Rodríguez en la coordinación visual y Manuel Vásquez como curador.
En esta primera fase la idea fue establecer relaciones con el paisaje a partir de palabras extraídas de la bibliografía sobre la historia del arte venezolano. El equipo de producción seleccionó: tradición, temperatura, mar y desierto. Términos tangibles que se van a ir desmaterializando con el paso de las fases, indica Vásquez, por lo que en las siguientes etapas los artistas trabajarán a partir de palabras como frontera, ruina, tránsito, tiempo, archivo, fortuito.
“En Venezuela hay dos grandes temas tradicionales: el paisaje y la abstracción geométrica, que continúa cada vez más cuestionada en sí misma. Pero el paisaje, que se puede ver más costumbrista, es un tema que se presta para objeto de contemporaneidad. Es mucho más que un término físico y se convierte en el producto de relaciones humanas y emocionales. Al pasar la exposición de lo virtual a lo presencial, las nuevas inserciones cambiaron la configuración incluso simbólica. Es una exhibición más de procesos que de resultados”, expresa el curador.
ABRA cuenta también con el proyecto Archivo Abierto, que revisita los trabajos previos de artistas de larga trayectoria. Allí están Carlos Zerpa, Pedro Terna, Maruja Rolando y Luis Villamizar, entre otros. Este año estará dedicado a un proyecto editorial.
Desde hace varios años, además, la galería mantiene una relación con el artista venezolano yanomami Sheroanawe Hakihiiwe, que este 2022 fue invitado a la 59ª exhibición de arte de la Bienal de Venecia. Allí presentó 15 obras sobre papel, una selección de monotipos y dibujos que refleja su visión sobre el entorno natural de su comunidad y su relación con seres vivos, la cosmogonía y la mitología yanomami.
“Ha sido profundamente desafiante y emocionante. Es un honor para nosotros poder acompañarlo en sus compromisos fuera del país, promover estos intercambios y poder crecer a su lado como un espacio que pueda cumplir con las expectativas de nuestros interlocutores en el exterior. Hacia finales de año tendremos dos compromisos sobre su trabajo, en alianzas con galerías fuera de Venezuela, y estamos muy emocionados. Además tendremos una individual en nuestros espacios para ofrecerle al público local una mirada a sus trabajos más recientes”, adelanta Fernández Temes.
Y finaliza: “Sobre estrategias para sobrevivir, en nuestro caso ha sido fundamental organizarnos, ordenarnos internamente. Tratar de profesionalizarnos, entender que para poder crecer tenemos que comprendernos como un proyecto que eso es lo que desea. Ha sido un ejercicio de ponernos metas claras y trazar el camino hacia ellas. A veces existe la noción de que los espacios del arte son más libres y tenemos que permitirnos el respiro de la conexión con nuestras inquietudes, nuestro contexto, nuestros artistas. Permitirnos la libertad de que los proyectos crezcan y se desarrollen; cada artista es un universo distinto y sus tiempos son diferentes”.