• Una selección regional de atletas con ímpetu de representar a su estado en encuentros de alto rendimiento y niños que aprenden un deporte completo como la natación, llevan años esperando por una piscina apta para sus entrenamientos

A pesar de estar rodeados de agua de mar y conjuntos residenciales o centros recreacionales con piscinas, los atletas de diversos clubes en La Guaira, del estado Vargas, deben nadar en la playa porque no existe una piscina apta para sus prácticas. Lo hacen en el balneario de Camuri Chico o del Sheraton, en la zona este del estado, y en el balneario de Catia La Mar, en la zona oeste. 

Aunque el mar genera algunos beneficios a los nadadores, también afecta el rendimiento de su participación en competencias. Por ello, cuando los atletas son invitados a campeonatos, los entrenadores y familiares se ven obligados practicar en alguna residencia de gente amiga, e incluso viajan hasta Caracas para ponerse al nivel de sus competidores. 

Con esta situación en contra, al menos 12 atletas de La Guaira participaron en los Juegos Nacionales 2022, desarrollados en Carabobo, en febrero pasado. Allí clasificaron entre los ocho mejores estados del país, pero sin figurar en el medallero. 

Evelio Rojas, entrenador del Club Tiburones de Vargas, señaló que se ha visto una baja en el rendimiento de los nadadores, debido a que el nivel técnico no se logra en la playa como en las piscinas. “Las olas, el agua salada y su densidad hacen que el nadador tenga 25 % de flotabilidad; mientras que en las piscinas el atleta hace un mayor esfuerzo”, sostuvo para El Diario.

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Una sola piscina en La Guaira

Rojas tiene cerca de 20 años en el entorno deportivo del estado Vargas, primero como atleta y luego como entrenador. En ese periodo ha visto cómo las pocas piscinas que ha tenido la región se han deteriorado, tanto las públicas como las privadas y las militares. 

La única piscina pública que actualmente existe en Vargas es la Quintín Logan, ubicada en Naiguatá, que además es de 50 metros, ideal para los entrenamientos de alto rendimiento. Sin embargo, este complejo acuático pasa más tiempo dañado que funcionando, pese a la autogestión que hacen los clubes para su mantenimiento.

En la actualidad esta piscina tiene dañadas las bombas, según informó Josiris Tovar, miembro del club de natación Delfines de Naiguatá, que entrena en el lugar. Las fluctuaciones eléctricas generaron el daño y el cobro que realizan a los atletas por el uso de la piscina no es suficiente para el mantenimiento y la reparación. Detalló que muchos de los jóvenes que entrenan allí son de bajos recursos económicos. 

En junio de este año recibieron una donación de químicos por parte del Instituto de Deporte La Guaira, para reactivar la piscina que tenía meses sin funcionar; en aquella oportunidad los dotaron de 50 kilos de cloro, soda, sulfato de aluminio y sulfato de cobre. 

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La Guaira sin piscinas: equipos de natación practican en la playa
Piscina de Naiguatá cuando recién estaba recuperada en junio de 2022. Foto: Madelen Simó

Los representantes, atletas y entrenadores realizaron la jornada de limpieza de los alrededores y según pudo constatar el equipo de El Diario, la piscina de Naiguatá lució un aspecto muy diferente por unos meses. Sin embargo, en septiembre de este año el daño se dio en las bombas y no se ha podido solucionar.  

Los clubes de natación de Vargas están conscientes de que se necesita de todos para mantener el complejo acuático, pero también consideran que este deporte requiere apoyo del gobierno regional para mantenerse totalmente activo. 

Antes de la donación, la piscina pasó los primeros meses de 2022 sin funcionar. En noviembre de 2020 cuando comenzó la reactivación paulatina en tiempos de pandemia, los entrenadores y atletas se consiguieron con un lugar abandonado, al que no se le ha hecho el mantenimiento. Pero lo más grave fue que el cuarto de bombas estaba completamente anegado en aguas servidas, que provienen del Centro Diagnóstico Integral (CDI) que funciona en el balneario de Naiguatá.

La natación en el estado siempre ha tenido el problema de la falta de piscinas para el desarrollo y los entrenamientos, que por nuestra ubicación geográfica debiera ser la más emblemática, pero la realidad es muy diferente”, explicó Evelio Rojas.
La Guaira sin piscinas: equipos de natación practican en la playa
Evelio Rojas, entrenador del club Tiburones de Vargas, con sus alumnos del grupo infantil. Foto: Madelen Simó

Oportunidad perdida 

El Complejo Polideportivo José María Vargas, inaugurado en noviembre de 2008, consta de un estadio de fútbol y un gimnasio cubierto. No obstante, el proyecto original de la obra que diseñó y comenzó la empresa Conacero era muy diferente. 

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De acuerdo con el Registro Nacional de Contratistas, el proyecto establecía que la instalación contaría con “complejo de piscinas, coliseo para 10.000 personas sentadas (95 x 115 metros de luz libre), 2 estadios de beisbol juvenil e infantil, 2 gimnasios cubiertos de usos múltiples, estadio de fútbol con pista de atletismo y estacionamiento con capacidad para 1.500 automóviles”.

El presidente de Conacero, Mario Gerlotti, explicó en una entrevista en 2017 que pese a diseñar el complejo, la Gobernación de Vargas solo le asignó a su empresa la construcción de la primera etapa, que empezó en el año 2000 y culminó en 2003, según consta en el RNC. Además, afirmó que el acabado final se lo asignaron a otra empresa. 

La Guaira sin piscinas: equipos de natación practican en la playa
Complejo Polideportivo José María Vargas. Foto: cortesía La Verdad de Vargas

De esta manera, se perdió una oportunidad única para tener una piscina olímpica en Vargas. Las autoridades mostraron poco interés en esta disciplina para ese momento y lo siguen reflejando en la actualidad. 

A juicio de Rojas, la visión de las autoridades es que una piscina como la de Naiguatá solo genera gastos y no ganancias. “La natación no es un deporte que genera dinero como un estadio o el coliseo que cobras entradas o vendes cerveza”, recalcó.

Para conocer la opinión de las autoridades se intentó contactar al director del Instituto de Deportes de La Guaira, Juan Miguel Montes, y no se recibió respuesta a la solicitud. 

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Beneficios para todos 

“La natación es un deporte completo y es un deporte para la vida”, así lo describe Freddy Tovar, padre de un niño de 4 años que entrena con el club Tiburones de Vargas en el balneario de Camuri Chico. Agrega que nadar en la playa es más sano que hacerlo en una piscina deteriorada.

Por su parte, Gabriela Ruiz, mamá de dos niños de 6 y 11 años que entrenan en Camuri Chico, detalló que el entrenador tiene toda la paciencia para enseñar a los más pequeños. Considera que, en Vargas, por ser una zona de playa, “todos necesitamos saber nadar”. 

En un registro inicial que lleva la Asociación de Deportes Acuáticos del estado Vargas, presidida por Osiris Cova, existen al menos ocho clubes de natación que se han visto obligados a entrenar en playa: Tiburones de Vargas, Quiñones La Guaira, Natación sin límites, Rafael Vidal, Centro de Natación Vargas, Delfines de Naiguatá, Playa Grande, Selección. 

La Guaira sin piscinas: equipos de natación practican en la playa
Selección regional que participó en los Juegos Nacionales 2022. Foto: cortesía club Tiburones de Vargas.

Cova también precisó que recientemente, los clubes Tiburones de Vargas y Playa Grande llegaron a un acuerdo con la Academia Militar de la Armada, ubicada en Catia La Mar, para practicar un día a la semana en el lugar. Esa ha sido la persistencia de los entrenadores y padres de los nadadores, lograr que los atletas tengan un mejor rendimiento, pese a las dificultades. 

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