- La localidad de Santa Juana, ubicada en la ciudad de Concepción, es una de las más afectadas por los fuegos. Foto: EFE
A medida que la ola de incendios en Chile que acecha la zona centro-sur empieza lentamente a bajar su intensidad, las familias afectadas van regresando a sus casas, la mayoría totalmente calcinadas, para evaluar daños, recuperar lo que puedan y acogerse a las ayudas que el gobierno chileno ha anunciado.
“Yo vivía aquí, en mi casa durante 22 años. Mi hogar que se perdió todo, no saqué nada, solo a mi hijo, mi perro y mi gato. Lo único que me quedaron son mis gallinas”, expresó a EFE María Urrutia, vecina de Santa Juana. Se trata de la localidad más perjudicada por los fuegos, ubicada 48 kilómetros de la ciudad de Concepción, en la Región del Biobío, y donde fallecieron 11 de las 24 víctimas mortales.
Juan Alberto Pellarán, otro vecino del lugar, también perdió sus árboles frutales: ciruelos, perales y membrillos: “¡Todo se quemó!”, lamenta a EFE.
La familia de Estefanía Araneda, otra santajuanina, pudo salvar su vida, pero ninguno de sus bienes: “Mis papás perdieron todo: su casa, ganado, sus siembras; su cosecha de papa, de trigo y el esfuerzo de muchos años”, dice la joven a EFE.

Los damnificados pueden acogerse a varias de las ayudas que el Ejecutivo está entregando para el apoyo temprano y la recuperación. Entre ellas un bono de máximo 1,5 millones de pesos (unos 1.878 dólares) que empezará a pagarse a partir del próximo lunes 13 de febrero; viviendas de emergencia que, según prometió el presidente Gabriel Boric, llegarán “sin duda antes de invierno”; y exenciones tributarias y subsidios a pequeñas y medianas empresas.
La mañana de este viernes 10 de febrero, el gobierno confirmó que se mantienen 321 incendios activos, de los cuales 94 están en combate y el resto bajo control. La cifra de fallecidos se mantiene en 24.
Robos en medio de la ola de incendios en Chile
La tensión y el malestar en el corazón de la catástrofe trascienden el impacto de los incendios. Los vecinos expresaron su preocupación por varios robos ocurridos en las casas quemadas, razón por la cual las Fuerzas Armadas decretaron un polémico toque de queda en varias de las comunas afectadas a partir de las 12 de la madrugada del viernes.
Otra de las quejas de los lugareños recae en la falta de ayuda en el control inmediato de las llamas. Especialmente considerando la gran cantidad de focos que había.

“Sé que los bomberos hicieron todo lo que pudieron. Pero faltó mucha ayuda porque se hubiesen podido salvar más vidas a gente que no pudo huir y quedó envuelta por las llamas”, dice Araneda.
Apolinaria Ancamil, quien también vive en Santa Juana, recalca a EFE que a diferencia de otros fuegos que antes han quemado en el lugar, en esta ocasión “no hubo un avión, ni un carro de bomberos; no hubo una brigada, no hubo nada. La gente acarreó con las camionetas, con los tanques con agua, pero eso no bastó”.
Más de 500 brigadistas para apoyar a Chile

Hasta ahora, hay 30 personas detenidas por encender fuego o por conductas imprudentes y, según informó hoy la ministra de Interior, Carolina Tohá, se está abriendo otro grupo de detenidos “por interrumpir el combate del fuego”.
Estos refuerzos se sumarán a los que esta semana llegaron desde España, Argentina, México, Colombia, Venezuela y Ecuador.
Los incendios en Chile ya han consumido más de 300 mil hectáreas, 1.205 viviendas quedaron destruidas y ya se contabilizan 5.557 damnificados.
Con información de EFE