- Las relaciones sexuales queman calorías, aumentan el ritmo cardíaco y rara vez causan un paro cardíaco | Foto: iStock
Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota Does sex count as exercise?, original de The Washington Post.
Ya sea en una fecha especial o durante cualquier típico día del año, muchas parejas tendrán relaciones sexuales. Algunos mirarán sus relojes o dispositivos de seguimiento de actividad física y, por curiosidad, se preguntarán: ¿estamos haciendo ejercicio ahora?
Hay científicos que también se lo han preguntado. La actividad sexual es una forma popular y placentera de pasar 32.38 minutos (hablaremos más sobre esto después). Pero ¿es una actividad físicamente intensa o relajada? ¿Puede quemar tantas calorías como correr, o es más como un paseo suave? ¿Aumenta las pulsaciones cardíacas? ¿Puede provocar ataques cardíacos? Y, ¿qué pasa si tienes una gran competencia mañana? ¿Deberías permanecer casto esta noche?
Dada la prevalencia de las relaciones sexuales —puede ser la actividad física menos probable de omitir— las respuestas importan, y una serie de estudios recientes ofrecen respuestas preliminares, incluyendo algunas estadísticas sorprendentes sobre la edad típica de alguien que experimenta un “paro cardíaco repentino” durante las relaciones sexuales y hasta qué punto el ejercicio mejora la función y la satisfacción sexual.
Pero probablemente la pregunta más apremiante sobre sexo y ejercicio es: “¿Es el sexo un ejercicio?”.
La respuesta, en varios sentidos, parece ser un sí. En un artículo de revisión publicado en Archives of Sexual Behavior, investigadores de la Universidad de Almería y de la Universidad de Murcia en España recopilaron todos los estudios previos que pudieron encontrar donde se examinaban los esfuerzos físicos involucrados en el coito.
Sin embargo, no había muchos estudios disponibles porque el coito es una actividad difícil de estudiar, ya sea por razones de cortesía o por políticas. Los estudios que se encontraron involucraron principalmente a parejas heterosexuales comprometidas, en su mayoría casadas, que a menudo visitaban un laboratorio para ser observados científicamente mientras tenían relaciones sexuales. En algunos casos, las parejas llevaban monitores de ritmo cardíaco u otros dispositivos de seguimiento; en otros casos, se filmaron a las parejas y se analizaron sus patrones de movimiento.
Pero incluso a pesar de las limitaciones, los investigadores españoles pudieron encontrar patrones.
El sexo cuenta como ejercicio moderado
De manera evidente, las relaciones sexuales aceleran el ritmo cardíaco y queman energía. En los estudios en los que las personas llevaban dispositivos de seguimiento, las frecuencias cardíacas promediaron entre 90 y 130 latidos por minuto (lpm) y alcanzaron picos entre 145 y 170 lpm. En general, las mujeres tenían frecuencias cardíacas más bajas que los hombres.
El consumo calórico promedio durante el coito también varió ampliamente, dependiendo de la posición de las personas, su género y otros factores más difíciles de precisar, como si estaban en casa o bajo observación en un laboratorio. En un estudio, el gasto energético total durante una sola sesión de actividad sexual llegó a 130 calorías, mientras que en otro experimento, alcanzó un máximo de alrededor de 101 calorías para los hombres y 69 calorías para las mujeres.
Estas mediciones indican que “la actividad sexual puede provocar demandas físicas de intensidad moderada o incluso vigorosa”, detalló José M. Muyor, profesor del Centro de Investigación en Salud de la Universidad de Almería, quien dirigió el estudio de revisión.
Los números son similares a los de una carrera suave, excepto por los picos de frecuencia cardíaca, que se elevaron más de lo habitual al correr y generalmente durante el orgasmo, lo cual es poco común en ese momento.
En cuanto a la duración de los episodios sexuales, también variaron. En parejas jóvenes y saludables en un estudio, el sexo duró un promedio de 32,38 minutos; mientras que en otro estudio entre parejas con problemas de salud, como enfermedades cardíacas, solo duró alrededor de 19 minutos.
En todos los estudios, se consideró que la duración comenzaba con los juegos previos y terminaba con el orgasmo masculino. Es discutible si esos parámetros capturan adecuadamente la experiencia de ambas personas involucradas, pero “nos limitamos a describir los métodos y protocolos que realizó cada estudio”, dijo Muyor.
¿Puede el sexo detener tu corazón?
Otros científicos han estado investigando recientemente si el sexo, aunque vigoriza brevemente los corazones, también puede detenerlos en ciertas circunstancias, y no de manera metafórica.
Un estudio destacado de 2022 publicado en JAMA Cardiology sobre personas en Londres que sufrieron un paro cardíaco repentino tras una hora de relaciones sexuales, encontró que dichas muertes eran sorprendentemente poco comunes.
De los 6.847 casos de paro cardíaco repentino fatal remitidos a un centro de patología en Londres entre 1994 y 2020, solo 17 ocurrieron durante o casi inmediatamente después del acto sexual.
Pero de esos 17, seis fueron mujeres, lo cual fue algo inesperado, y la mayoría eran relativamente jóvenes. La edad media fue de 38 años.
Del mismo modo, un estudio de 2018 en París de personas que sobrevivieron a un paro cardíaco repentino entre 2011 y 2016 encontró que alrededor del 0,6 %, o un total de 17 —todos ellos hombres y la mayoría en sus 50 años de edad— sufrieron un paro cardíaco durante o poco después del acto sexual. En comparación, 229 de los otros casos ocurrieron mientras hacían deportes u otras actividades físicas; y 2.782 en otras situaciones.
Curiosamente, los intentos de resucitación en los hombres que sufrieron un paro cardíaco durante o poco después del sexo tendieron a comenzar más tarde que en otras situaciones, quizás debido a la incredulidad de las parejas o “algún grado de vergüenza”, según explicó Eloi Marijon, profesor de cardiología en la Universidad de París y coautor del estudio.
“No tenemos información sobre el estado civil de las parejas”, agregó.
Pero el hallazgo principal de su investigación en esta y otras áreas es que los paros cardíacos durante o debido al sexo siguen siendo extremadamente raros, dijo. Y cuanto más alguien tiene relaciones sexuales, más disminuyen los riesgos.
“Durante cualquier actividad física”, incluido el sexo, “el riesgo de paro cardíaco es mayor que en reposo”, pero los corazones, como otros músculos, se fortalecen y se vuelven más resistentes al paro cardíaco cuanto más se esfuerzan las personas, incluso durante el sexo. “La actividad sexual”, dijo, “no debe ser vista como una situación de riesgo”.
El sexo no debilita las piernas
También es poco probable que el sexo comprometa la competencia o el entrenamiento que tendrás mañana. Esto a pesar de los mitos generalizados que dicen lo contrario. (“Las mujeres debilitan las piernas”, le advirtió el entrenador a Rocky en la película de 1976).
Una revisión de 2022 publicada en Scientific Reports concluyó que “la actividad sexual dentro de los 30 (minutos) a 24 (horas) antes del ejercicio no parece afectar la aptitud aeróbica, la resistencia musculoesquelética o la fuerza/potencia”.
La revisión, que recopiló datos de nueve estudios que involucraron a 133 personas, casi todos hombres, que tuvieron relaciones sexuales en las horas previas a algún tipo de prueba física, también encontró que el coito no mejoró el rendimiento físico.
El sexo, en otras palabras, no tuvo efectos significativos, lo que quizás sea reconfortante tanto para las personas que son sexualmente activas como para las que no lo son.
“No hay razón para evitar o promover el sexo antes de una carrera o competencia sexual”, dijo Gerald Zavorsky, un profesor de fisiología y biología de membranas en la Universidad de California en Davis, quien dirigió la revisión.
Por supuesto, pensar en el sexo únicamente como una herramienta competitiva o incluso simplemente como otra forma de ejercicio moderado es correr el riesgo de disminuir parte de su misterio poético e íntimo.
Por otra parte, si en algún momento decides considerar el ejercicio como una forma de mejorar tu vida sexual, eso sería una buena idea. De acuerdo con un estudio de 2019 que incluyó a más de 6.000 hombres y mujeres, aquellos que hacían más ejercicio eran menos propensos a reportar disfunción eréctil (en el caso de los hombres) o disfunción sexual (en el caso de las mujeres). En otras palabras, hacer ejercicio regularmente puede tener un efecto positivo en la salud sexual tanto de hombres como de mujeres.
Traducido por José Silva