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- Tres dermatólogas detallan los componentes que se encuentran en cremas, champús, lociones y otros productos de belleza con los que se debe tener precauciones
Los cosméticos o productos de cuidado personal desempeñan un papel esencial en la vida diaria de millones de personas en todo el mundo. De acuerdo con la dermatóloga Elisa Scianmanna, una mujer usa alrededor de 16 productos para el cuidado de la piel al día.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, los cosméticos (productos que se usan para proteger, limpiar y cuidar la piel, el cabello y las uñas) tienen una composición química compleja, por lo que es importante leer la lista de sus ingredientes antes de comprarlos, debido a que algunos componentes pudieran no ser compatibles con todos los tipos de piel o con ciertas patologías.
La especialista puntualizó que es por eso que se debe evitar el efecto coctel (utilizar muchos productos en un mismo momento lo que provoca un efecto sinérgico), al igual que el efecto aditivo (el mismo ingrediente en muchos productos).
¿Cuáles son esos ingredientes?
La doctora Elisa Scianmanna destacó que los cosméticos no tienen que pasar por un proceso de aprobación previa antes de llegar a los estantes. Sostuvo que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) no está obligada a probar la eficacia y seguridad de un producto para el cuidado de la piel.
En este sentido, mencionó algunos de los ingredientes que aunque no son nocivos para todas las personas, podrían generar algún tipo de reacción en algunas.
–Fragancias: tanto las naturales como las artificiales pueden irritar la piel. Razón por la cual los productos que permanecen en la piel como las cremas o lociones deben tener concentraciones muy baja o no tener fragancias
–Parabenos (butilparabeno, propilparabeno, metilparabeno, isobutilparabeno): son conservantes que prolongan la vida útil del producto, ya que impide el crecimiento de microorganismos como bacterias. Pueden causar irritación de la piel, dermatitis y rosácea en individuos con alergias a los parabenos.
–Formaldehído: se utiliza como conservante químico para prevenir el crecimiento bacteriano, el efecto más frecuente es ser muy sensibilizante e irritante para la piel.
–Ftalatos: en productos cosméticos se utilizan como suavizantes. Este componente podría tener algunos efectos negativos en el cuerpo. Sin embargo, el tipo más común y seguro es el Ftalatos de dietilo, el cual ayuda a los productos como humectantes y lociones a penetrar en la piel.
–Alcohol: se usa en muchos productos como conservantes o para ayudar a que los productos se sequen más rápidamente en la piel. Los alcoholes cómo etanol, isopropanol son alcoholes desnaturalizados y son los más irritantes para la piel, si se usan con frecuencia dañan la barrera natural de la piel, lo que dificulta que la piel retenga la humedad.
–Triclosan: se utiliza para reducir el riesgo de contaminación con bacterias en pastas dentales, jabones antibacterianos y geles de baños.
Scianmanna indicó que esos ingredientes están presentes en la mayoría de los productos, por lo que es difícil evitarlos. “Aunque son los que producen más efectos nocivos, debe quedar claro que nunca vamos a llegar a utilizar las dosis que ellos (los organismos de salud) consideran dañinas”, agregó.
Algunos ingredientes podrían producir alergias
Fabiola del Pino, dermatóloga y miembro de la Sociedad Venezolana de Dermatología Médica Quirúrgica y Estética, señaló que existen sustancias que están en muchos productos de la vida cotidiana, pero que pueden producir reacciones alérgicas.
“Esos alérgenos que están en la vida cotidiana, como el formaldehído, el bálsamo de Perú, quaternium 15, las fragancias, el imidazolidinil y otros, pueden causar enfermedades como la dermatitis alérgica de contacto”, precisó en entrevista para El Diario.
Comentó que el uso de algunos productos va a depender de si se es o no alérgico a sus principales ingredientes. La especialista resaltó que el champú tiene componentes que pueden producir alergias, como el Laureth Sulfate.
“No es que sea malo, porque está en muchos productos, pero si la persona resulta alérgica a ese componente (lo que puede determinar un especialista), puede producir una enfermedad”, destacó.
Por otra parte, mencionó que la parafenilendiamina, la cual se encuentra en los tintes comerciales, puede resultar dañina para aquellas personas alérgicas a ese componente. “No a todos les produce alergias, pero para las personas que sí, es un componente que no deben utilizar”, añadió.
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEVD) señaló en un informe publicado en abril de 2011 que la parafenilendiamina es un agente que posee una elevada capacidad para crear sensibilización por contacto y es utilizada como ingrediente de los colorantes de los tintes capilares y textiles, de gomas, lacas, pieles, sombra de ojos y betunes.
La doctora Fabiola del Pino indicó que hay un ingrediente que se utiliza en los esmaltes que se llama acrilatos, que también pueden producir alergias y enfermedades en la piel. En este sentido, precisó que no es saludable para las uñas realizarse de forma constante uñas acrílicas o usar esmaltes, por lo que recomendó hacer pausas antes de volver a usar esos productos.
Del Pino resaltó que el 26 % de las personas con ese tipo de alopecia utilizaron esos productos de alisado.
“No es que más nunca se deba utilizar, pero hay que controlar su uso. Al igual que con los sistemas en las uñas, hay que dejarlo de hacer todos los meses”, aseveró.
Los productos se eligen según el tipo de piel
La dermatóloga Fabiana Ortega de Schmidt indicó que no todos los productos son ideales para todas las personas. Resaltó que la piel es un órgano “sumamente delicado” y requiere que los productos que utilices sean los adecuados para cada tipo de piel.
“Por ejemplo, las pieles grasas son más resistentes a la hora de aplicar ciertos ácidos cómo el salicílico, pero si tú piel es sensible, preferiría otros cómo el ácido láctico”, explicó.
En este sentido, señaló que se debe acudir a un dermatólogo para que este indique el tipo de productos más adecuado para la persona, de forma que se pueda conocer la finalidad y el objetivo de cada producto.
¿Utilizar o no productos con parabenos?
La especialista explicó que la controversia que existe con los parabenos se originó debido a que en los años de 1970 se publicó un estudio en que se expuso que existía una asociación entre ese componente y el cáncer de mama. Sin embargo, respecto a la piel, actualmente no existe un estudio que haya determinado que el uso de productos con parabenos en la piel pueda producir esa patología.
Los parabenos son sustancias que se utilizan como conservantes para evitar que el producto se contamine con bacterias u hongos. Estos son inocuos, es decir, que para que produzcan enfermedades es raro.
No obstante, aclaró que las personas que son de piel sensible o tienen una enfermedad en la piel (como la dermatitis atópica y la rosácea), deben evitar los productos que contengan parabenos. En caso de tener una piel normal, no debería influir de forma negativa.
La doctora Elisa Scianmanna detalló que la Unión Europea restringe los niveles de parabenos en cosméticos a una concentración máxima de 0.4 % .
“Todos los parabenos han demostrado poseer cierta actividad estrogénica de mayor o menor medida. Podría ser peligrosa la pequeña acumulación de parabenos que se produce en el tejido mamario, pero nunca por sí sola será el factor desencadenante de un cáncer mamario y menos a las dosis actualmente utilizadas”, afirmó.
Aseveró que las personas nunca están expuestas a niveles de parabenos cómo para que estos pudieran causarnos efectos estrogénicos. No obstante, coincide que.la dermatitis de contacto alérgica es el problema que más frecuentemente se asocia con el uso de ese componente.
Productos no comedogénicos
La dermatóloga Fabiola del Pino precisó que los productos no comedogénicos se indican a personas con pieles muy grasas o acneicas. “El comedón es una lesión elemental especial de la piel que sucede cuando se obstruye el poro por donde sale el vello”, detalló.
Señaló que existen dos tipos, comedones abiertos y cerrados, los primeros se caracterizan por verse como puntos negros y el segundo es cuando se muestran blancos.
Evitar el uso de copias de productos
La especialista indicó que los dermocosméticos o productos dermatológicos si deben pasar por la supervisión de la FDA, al contrario de los cosméticos, que no necesariamente cumplen con procesos de seguridad.
“Cuando se usa un producto, se han realizado varios estudios para verificar la veracidad de sus efectos. Los serums, los protectores solares y el agua micelar son dermocosméticos, estos son estudiados para supervisar su eficacia antes de salir al mercado. Es por eso que suelen ser más costosos”, explicó.
En el caso de productos cosméticos, señaló que no se conoce si tienen los efectos que indican. Por ello, resaltó que si además se utiliza es una copia del producto, no se va a saber si lo que muestra la etiqueta es verdad, si las concentraciones de los activos son las correctas o si contiene alérgenos adicionales.
En este sentido, la dermatóloga Fabiana Ortega de Schmidt aseveró que si los laboratorios de las marcas de cosméticos guardan bien sus fórmulas exactas, el producto copiado no tiene los mismos componentes, ni cuenta con el control de calidad o restricciones en su producción.
“Como no se sabe qué es lo que se está aplicando, es posible que la persona no consiga el efecto deseado y tenga más probabilidades de presentar reacciones adversas”, agregó.
No es recomendable hacer mascarillas caseras con alimentos
La doctora Elisa Scianmanna señaló que no es recomendable el uso de mascarillas caseras, debido a que existen ciertos ingredientes que pueden ser irritantes al entrar en contacto con la piel. “Es frecuente el uso de limón, pero este suele ser irritante y provocar manchas”, resaltó.
Además, indicó que cuando se realizan mascarillas cosméticas en casa no se controla ni la dosis, ni la concentración, ni la pureza del supuesto principio activo.
A su juicio, las mascarillas caseras pueden ser o no efectivas, y en algunos casos pueden resultar muy agresivas para la piel.
La doctora Fabiola del Pino coincide en que no es recomendable el uso de alimentos en rutinas de cuidado de la piel por varias razones. “Si bien está la idea de que algunas plantas o alimentos tienen algún componente bueno para la piel (…) para que ese ingrediente ejerza su función tiene que pasar por una serie de procesos para tomar las concentraciones y el activo adecuado”, puntualizó.
De acuerdo con la especialista, los alimentos deben pasar por ciertos procedimientos para que puedan atravesar la piel y ejercer su efecto, debido a que la piel es una barrera que incluso algunas bacterias no pueden atravesar.
Además, alertó que el uso de alimentos en mascarillas, tónicos y exfoliantes podrían producir algunas enfermedades, manchas e infecciones. “El café o el azúcar son partículas tan grandes que pueden llegar a lesionar la piel”, añadió.
Comentó que hay algunos extractos de plantas que sí producen efectos beneficiosos, como el de romero en el cuero cabelludo, pero estos solo se deben utilizar de esa forma, no la planta directa.
Cuidado de la piel
La dermatóloga Elisa Scianmanna destacó que lo primero que se debe considerar para el cuidado de la piel es conocer su tipo, si es grasa, seca, pigmentada, con arrugas o sensible. Además, también se debe conocer el fototipo de piel, que es la adaptación de la piel al estar en contacto con el sol.
“Una vez que conocemos estos dos factores, debemos realizar nuestra rutina diaria que debe incluir un buen limpiador, una crema hidratante y un buen protector solar”, añadió.
Por su parte, la dermatóloga Fabiola del Pino brindó una serie de recomendaciones para el cuidado de la piel:
-Usar protector solar todos los días.
-Transformar en un hábito la higiene diaria de la casa: lavarse la cara dos veces al día, tomar agua y dormir lo suficiente a las horas adecuadas.
-Tener una alimentación balanceada.
-Usar cremas hidratantes.
La especialista resaltó que las rutinas de skincare deben ser individualizadas, debido a que cada persona tiene requerimientos distintos, y que se debe comenzar un cuidado de la piel desde los 25 años de edad.
