• A propósito del Día del Idioma Español y del Día Internacional del Libro, el equipo de El Diario hizo un repaso por diversos términos que son o fueron objeto de debate, pero que se encuentran registrados en el Diccionario de la lengua española. Foto: EFE

Cada 23 de abril se celebra el Día del Idioma Español de las Naciones Unidas con el objetivo de destacar la importancia cultural e histórica de una lengua que se habla, de manera oficial, en 21 países incluido Venezuela. Asimismo, es una ocasión propicia para repasar palabras o significados que por su novedad dan cuenta de la constante evolución del lenguaje. 

Originalmente, en 2010 el Departamento de Información Pública de la ONU pensó establecer la efeméride el 12 de octubre —por la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492— pero luego se cambió la fecha para honrar el fallecimiento de Miguel de Cervantes, autor de El Quijote y considerado el escritor más importante del idioma español.

Dato. El español es el segundo idioma del mundo por número de hablantes nativos, según la ONU. El primero es el chino mandarín.

Hoy también se conmemora, desde 1995, el Día Internacional del Libro por la coincidencia de las muertes de Cervantes y el escritor inglés William Shakespeare en 1616, ambos considerados como los más importantes de la literatura universal. Por si fuera poco en esta trágica especie de sincronía histórica, el 23 de abril de 1936 falleció la escritora venezolana Teresa de la Parra, autora de Ifigenia. 

5 palabras aceptadas por la RAE con significados controversiales
Foto: RAE©

Dos precisiones

Según los registros históricos, Cervantes en realidad murió el 22 de abril de 1616, pero fue enterrado al día siguiente, cuando se consignó su fallecimiento.

Shakespeare murió el 3 de mayo de 1616, pero del calendario juliano, de acuerdo con la versión más extendida. Cuando en 1752 Inglaterra adoptó el calendario gregoriano —considerado como más preciso— su fecha de muerte quedó establecida el 23 de abril. 

Palabras que han causado polémica

Como en cualquier otro idioma, el español tiene palabras cuyos significados han sido objeto de polémica o controversia, ya sea porque no son aceptadas por todo el mundo o por el desconocimiento de las actualizaciones que ha hecho la Real Academia Española (RAE). Por eso, el equipo de El Diario hizo una selección de cinco palabras que se encuentran en el Diccionario de la lengua española (DLE) y que han fomentado el debate.

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1. Bizarro

En el ámbito académico, los profesores comentan que el adjetivo bizarro a menudo se emplea de forma incorrecta en español, pues detallan que solo se refiere a “valiente” o “iracundo” y no a “raro”, “extravagante” o “poco común”. De hecho, ese argumento era respaldado por la RAE como puede constar en el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) del año 2005.

Sin embargo, la misma academia de la lengua española levantó la censura que limitaba el uso de esa palabra a “valiente”. “En su origen en italiano bizzarro significaba ‘iracundo’, lo que pasó a ‘raro’ o ‘fantástico’ en italiano, pero a ‘valiente’ en español”, detalló a El País Juan Romeu, doctor en Filología Hispánica por la Universidad Complutense y colaborador de la RAE.

5 palabras aceptadas por la RAE con significados controversiales

El catedrático también señaló que el significado de “raro” en italiano llegó al inglés y al francés (bizarre), y hace poco al español, que fue cuando los que conocían el término como sinónimo de “valiente” se pronunciaron para pedir que se hiciera una distinción entre su significado. Pero el uso de “bizarro” para referirse a que algo es “raro”,  “extravagante” o “poco común” se ha extendido tanto en el español —principalmente de América— que el Diccionario de la Lengua Española (DLE) lo admite desde 2021 en su tercera acepción.

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2. Presidenta

Esta palabra ha sido objeto de polémica, pues hay quienes se apoyan en una supuesta regla pseudogramatical que dice que el participio activo del verbo ser es “ente” para prohibir su uso. No obstante, en 2011 la Fundéu —una fundación asesorada por la RAE— desmintió esa afirmación y aclaró que el único participio activo que tienen actualmente los verbos españoles es el de perfecto (ejemplo: “sido” para el verbo “ser” y “comido” para “comer”). “Solo algunos verbos tienen entre sus derivados los llamados participios activos, que hoy se consideran sustantivos (como presidente) o adjetivos (como atacante o cantante)”, añade.

En 2020, la cuenta en Twitter de la Real Academia Española puso fin a una disputa y le dio la razón a la exmandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien decía que lo correcto para referirse a ella como jefa de Estado era “presidenta”, esto luego de que una usuaria preguntara si el término era adecuado.

5 palabras aceptadas por la RAE con significados controversiales

La RAE explica que aunque “presidente” puede emplearse como uso común en cuanto al género (es decir, el/la presidente), es preferible usar el femenino “presidenta” cuando se trate de una mujer. La institución agrega que es un término documentado en el español desde el siglo XV y registrado en el diccionario académico desde 1830.

3. Matrimonio

Aunque está plenamente asentado en el DLE, su definición se refería específicamente a la unión entre un hombre y una mujer —a través de ciertos ritos o formalidades legales— para establecer una comunidad y mantener una vida de intereses juntos.

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No fue sino hasta 2012 que el diccionario incluyó una nueva acepción de esta palabra para dejar registro del matrimonio homosexual. “En determinadas legislaciones, unión de dos personas del mismo sexo, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses”, se puede leer en la segunda acepción de “matrimonio”.

La inclusión del término —que supone un reconocimiento de los derechos de las personas LGBTIQ+— tomo especial relevancia gracias a que en 2005 el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en España por el Congreso de los Diputados y durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

4. Enchufado

Este término se usa de forma coloquial y despectiva para referirse a alguien que obtiene un cargo por influencia (enchufe), según especifica el DLE. En otra entrada del mismo diccionario aparece la palabra “enchufismo” para describir la práctica de dar o recibir enchufes. 

En un tuit publicado por la RAE en 2018, se detalla que el verbo “enchufar” se utiliza para referirse al hecho de “colocar en un cargo o destino a alguien que no tiene méritos para ello, por amistad o por influencia política (…)”. 

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Aunque la academia de la lengua española no especifica en qué países es común el uso de “enchufado”, en Venezuela se ha popularizado el término tanto en el habla cotidiana como en los medios de comunicación para referirse a alguien que ha obtenido un cargo o beneficio gracias a sus conexiones e influencias políticas o empresariales con el régimen. Por lo tanto, no se trataría de un neologísmo como algunos creen. 

5. Conspiranoico

En la última versión en línea del DLE, que data de 2022, se incluyó ese adjetivo para referirse tanto a lo perteneciente o relativo a las teorías conspiranoicas, como a las personas conspiranoicas. 

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Además del amplio acceso a la información, el uso de Internet ha contribuido con la proliferación de ese tipo de teorías que carecen de evidencias sólidas que las respalden. Un ejemplo de ellas es el negacionismo del Holocausto, la creencia de que la Tierra es plana o la existencia de un Nuevo Orden Mundial.  

La inclusión del término se da en un contexto de pandemia por covid-19, donde muchas personas tienden a aceptar ciertas teorías conspiranoicas, como el hecho de creer que las vacunas están hechas para controlar la mente de la población, una afirmación sin sustento científico.

Casos no aceptados

La RAE regularmente añade nuevos términos al DLE, sin embargo, mantiene una postura firme contra el denominado lenguaje inclusivo. Aunque ha incluido en su observatorio el término “elle” que emplean las personas no binarias —que no se identifican ni con el género masculino ni femenino— detalla que su uso no está asentado ni generalizado en el español, por lo que no lo considera un pronombre. 

“Lo que comúnmente se ha dado en llamar ‘lenguaje inclusivo’ es un conjunto de estrategias que tienen por objeto evitar el uso genérico del masculino gramatical, mecanismo firmemente asentado en la lengua y que no supone discriminación sexista alguna”, detalla la cuenta en Twitter @RAEinforma sobre ese punto.

La institución tampoco aprueba el uso de letras como la “e” o la “x” como marca de género inclusivo (por ejemplo, palabras como todes, todxs; nosotres, nosotrxs; compañeres, compañerxs) porque, entre otras cosas. Para la academia, el cambio lingüístico, a nivel gramatical, “no se produce nunca por decisión o imposición de ningún colectivo de hablantes”.

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