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- Las auroras son un espectáculo visual de luces coloridas en el cielo producto de este fenómeno natural
En los últimos meses, varios países han sido testigos de un show de luces que colorean el cielo y que han causado curiosidad y hasta temor. Se trata del fenómeno generado por tsunamis solares denominado auroras.
Los tsunamis solares son una tormenta electromagnética que se extiende a través del espacio. Se generan por la actividad del Sol y la liberación de partículas energéticas de su superficie, conocidas como viento solar.
Cuando hay una explosión en la superficie del Sol, se produce una ráfaga de partículas que se dirigen hacia la Tierra y en algunos casos pueden afectar el campo magnético del planeta.
A estas explosiones también se les conoce como llamaradas solares, se tratan de eyecciones de masa coronal o tormentas geomagnéticas.
“La energía liberada por estas explosiones es fenomenal; en una fracción de segundo se desata el equivalente a dos mil millones de veces el consumo de energía mundial”, señaló a la BBC el científico David Long.
La relación entre los tsunamis solares y las auroras es muy estrecha. Cuando las partículas solares llegan a la Tierra, interactúan con el campo magnético y generan fuertes corrientes eléctricas en la atmósfera superior. Esto provoca una excitación en los átomos y moléculas de la atmósfera y es lo que produce las luces que se ven como auroras boreales.
Auroras boreales
Las auroras boreales son un espectáculo natural fascinante para el ser humano. Estas luces brillantes y coloridas que aparecen en el cielo, como resultado de la interacción entre las partículas cargadas del Sol y la atmósfera de la Tierra, se pueden ver en países como Noruega, Suecia, Finlandia, Islandia, Canadá, Alaska, entre otros. En la región polar sur, conocida como Antártida, también se pueden observar auroras, aunque se les conoce como auroras australes.
En Nueva Zelanda el cielo se iluminó con colores púrpura, naranja y verde los últimos días de marzo de este año, lo que sorprendió a sus habitantes porque no es un lugar donde se registre comúnmente este fenómeno, reseñó el diario The Guardian.
Los científicos revelaron que estas luces fueron consecuencia de un tsunami solar, llamado también onda Moreton, por el nombre de quien lo vio: la astrónoma estadounidense Gail Moreton.
Según mediciones de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), estas llamaradas solares de entre 10.000 y 100.000 grados se trasladan a una velocidad de más de 900.000 kilómetros por hora a través de la superficie solar, alcanzando alturas de hasta 100.000 kilómetros.
Consecuencias de un tsunami solar
La Tierra está protegida con lo que se conoce como campo magnético y está rodeada de la atmósfera. Ambos actúan como un escudo y evitan las explosiones del viento solar, porque las partículas eléctricas chocan contra estos y fluyen alrededor.
Esto puede traer algunas consecuencias negativas a la Tierra, como causar daño a los satélites que se usan para las comunicaciones y la navegación o hasta interrumpir el funcionamiento de las redes eléctricas.
Las partículas solares pueden afectar las operaciones de los satélites de comunicación y navegación, los sistemas de energía eléctrica y las comunicaciones por radio.
Uno de los mayores ejemplos de los efectos negativos del viento solar en la tecnología se produjo en 1859, cuando una gran tormenta solar, conocida como el evento Carrington, afectó las redes telegráficas en todo el mundo. En ese entonces, las auroras boreales se pudieron ver incluso en latitudes bajas, como el Caribe y Hawái, señaló un trabajo de National Geographic.
En 1989, una tormenta solar afectó las redes eléctricas en Quebec, Canadá, y más de seis millones de personas quedaron sin electricidad durante varias horas.
Desde entonces, los científicos de todo el mundo han estado investigando los tsunamis solares y tratando de entender mejor cómo pueden afectar a la Tierra. Actualmente, hay programas de monitoreo y alerta temprana que ayudan a prevenir los daños colaterales del fenómeno.
La misión SOHO
La sonda Solar and Heliospheric Observatory (SOHO) es un proyecto que permite observar las ondas coronales del Sol, que causan los tsunamis solares. Funciona desde el 2 de diciembre de 1995, y es una misión de colaboración entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, indicó el portal 20minutos.
La SOHO observa al Sol de forma continua, sin interferencias, y es capaz de mostrar el ciclo completo de actividad solar, que dura 11 años, y de determinar cómo afecta a la Tierra. También previene tormentas solares peligrosas.
“El motivo por el que SOHO sigue volando es para investigar la meteorología espacial y comprender cómo el Sol afecta a la Tierra”, manifestó Bernhard Fleck, científico del proyecto SOHO de la ESA, en un comunicado de la NASA.
En febrero de 2020 se lanzó la misión espacial Solar Orbiter, de la Agencia Espacial Europea en colaboración con la NASA. Esta se acercó al Sol más que la SOHO, realiza mediciones detalladas del campo magnético sobre la superficie solar, de los niveles del viento solar y de las regiones polares del Sol, lo que funciona para prevenir llamaradas solares peligrosas para la Tierra.
