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  • A medida que los tratamientos con MDMA y psilocibina se vuelven más comunes, el componente terapéutico ha sido objeto de análisis. A continuación, presentamos lo que es común en muchas sesiones y lo que no lo es. Ilustración principal: Andrei Cojocaru

Esta es una traducción hecha por El Diario de la nota What Does Good Psychedelic Therapy Look Like?, original de The New York Times. 

La terapia psicodélica está en camino a convertirse en un tratamiento médico convencional para la salud mental. Entre 2020 y 2022, los residentes de Oregón y Colorado (en Estados Unidos) votaron a favor de legalizar el uso de psilocibina, el ingrediente psicoactivo en los hongos alucinógenos, y se espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos apruebe el uso de MDMA, comúnmente conocida como éxtasis, para tratar la depresión y el trastorno de estrés postraumático para el año 2024.

Si bien hay cada vez más evidencia de que los psicodélicos podrían ofrecer nuevos tratamientos muy necesarios para enfermedades mentales intratables, de igual forma han surgido historias de abuso o traumas, que tienen más que ver con los terapeutas que con las drogas.

Algunos casos involucran claros ejemplos de agresión sexual. En otros casos, el terapeuta puede haber tenido buenas intenciones pero aún así fue mayor el daño. En un reciente ensayo clínico, que encontró que la psilocibina podría aliviar la depresión resistente al tratamiento, tres participantes informaron haber tenido pensamientos suicidas y haberse lastimado en las semanas posteriores a la terapia.

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20 años de investigación han estandarizado la dosis de las drogas utilizadas en los ensayos clínicos, pero la parte terapéutica no ha recibido un análisis detallado similar. En cambio, el trabajo de los terapeutas a menudo se basa en la tradición en lugar de en evidencia empírica, comentó el doctor Charles Raison, director de investigación clínica y traslacional en el Instituto Usona en Wisconsin y profesor de psiquiatría en la Universidad de Wisconsin.

La falta de mejores prácticas respaldadas científicamente ha llevado a investigadores, médicos y antiguos pacientes a pedir un examen más crítico del componente terapéutico de la terapia psicodélica.

“Me preocupa mucho la forma en que los terapeutas bien intencionados pueden causar daño”, indicó Sarah McNamee, psicoterapeuta con licencia y coordinadora de investigación en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad McGill.

Debido a que las personas son emocionalmente vulnerables mientras están bajo los efectos de los psicodélicos, existe un mayor riesgo de lesiones psicológicas, especialmente por parte de practicantes incompetentes o sin experiencia. “Podría ser fácil empeorar a alguien”, advirtió Janis Phelps, directora del Centro de Terapias e Investigación Psicodélicas del Instituto de Estudios Integrales de California, quien ofrece títulos en psicología y asesoramiento.

A continuación, mostramos lo que actualmente sucede en muchas sesiones de terapia psicodélica y dónde podrían aparecer las señales de alerta.

Eligiendo a un terapeuta

En la mayoría de EE UU, la única forma de probar legalmente la terapia psicodélica utilizando psilocibina o MDMA es inscribirse en un ensayo clínico. (La ketamina puede administrarse en clínicas o incluso enviarse a los hogares de los pacientes, pero los expertos recomiendan encarecidamente que se use solo en conjunto con la terapia).

La persona con la que te trates debe ser un profesional de la salud mental, idealmente especializado en tu condición y certificado en terapia psicodélica, para lo cual ahora existen varios programas de capacitación. Amy Lehrner, directora clínica del Centro de Psicoterapia Psicodélica e Investigación de Trauma en la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí, recomendó que las personas evalúen a un posible terapeuta psicodélico como lo harían con cualquier otro proveedor de salud mental: preguntando sobre su capacitación, certificaciones profesionales y experiencia.

También han existido opciones clandestinas durante décadas, algunas administradas por terapeutas profesionales y otras por aficionados. Los expertos desaconsejan el uso de tales proveedores porque hay incluso menos supervisión. Evaluar al profesional es especialmente importante si estás buscando terapia psicodélica fuera de un ensayo clínico.

En cualquier entorno, es crucial que te sientas seguro y cómodo con el terapeuta, razón por la cual las sesiones preparatorias son tan importantes para desarrollar confianza y empatía.

Sesiones preparatorias

Antes de que ingieras la droga, el clínico debe reunirse contigo por varias horas durante varios días para explicarte en qué consistirá el tratamiento, especialmente en cuanto a los efectos físicos y psicológicos de la droga. El terapeuta debe preguntar sobre tu historial y síntomas, así como tus metas e intenciones para el tratamiento.

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El terapeuta puede aconsejarte que adoptes cierto estado mental durante la sesión o enseñarte técnicas de respiración o meditación para usar si te enfrentas a una emoción incómoda o una sensación física mientras estás bajo los efectos de la droga.

“Les enseñamos a sentirse emocionados y curiosos acerca de lo que aún no saben, lo que saldrá de ellos, y a darle la bienvenida, incluso si es perturbador por unos momentos, o incluso una hora, si ese es el caso”, señaló Phelps.

Un propósito fundamental de estas sesiones es obtener un consentimiento informado sobre lo que podría suceder durante la sesión con la droga, especialmente en cuanto al contacto físico. Debido a que normalmente no es parte de la terapia verbal, el papel del contacto físico en la terapia psicodélica es controversial.

Algunos expertos dicen que puede ser útil que alguien en un viaje psicodélico reciba un toque tranquilizador; otros dicen que podría abrir la oportunidad para que se traspasen los límites. La mayoría está de acuerdo en que el contacto físico debe limitarse a tomar de la mano o una mano en el hombro; cualquier cosa que implique contacto corporal completo, incluido un abrazo, podría interpretarse como algo sexual.

La sesión con la droga

Durante la mayor parte de una sesión con MDMA o psilocibina, el paciente generalmente está acostado, con los ojos cerrados y escuchando música. La experiencia generalmente no implica mucha conversación y es más interna para el paciente.

Si el paciente comienza a sentir ansiedad o se encuentra con un recuerdo o visión traumática, el terapeuta puede ofrecer tranquilidad o guiar a través de un ejercicio de respiración. En esos casos, el objetivo no es que el paciente evite o se distraiga de la experiencia. “El papel del terapeuta aquí es tratar de ayudar a las personas a permanecer con él”, dijo Raison. “Si luchas contra la experiencia, tiendes a tener malos resultados”.

Los terapeutas nunca deben imponerle una experiencia específica al paciente; están allí para seguir la dirección del paciente, no para liderar, aseguró Lehrner. “Nunca se trata de intrusión o dirección al empujar a alguien más allá de sus límites”.

Sin embargo, McNamee, quien ha participado en ensayos clínicos psicodélicos, expresó que alentar acríticamente a los pacientes a atravesar el dolor podría ser más malo que bueno. En la terapia psicodélica, los terapeutas a menudo “empujan a las personas a enfrentar la angustia”, dijo, cuando a veces “podría ser una buena idea apartarse de la angustia, calmar, regular, distraer”.

No se trata de si una práctica es buena o mala, agregó, sino de determinar en qué contextos puede ser útil o perjudicial.

Sesiones de integración

Las sesiones de integración —que es cuando el paciente procesa la experiencia en los días y semanas posteriores al viaje— se asemejan más a la terapia tradicional. El número exacto de sesiones varía, pero cuatro horas distribuidas en dos o tres semanas es lo habitual, aunque algunos expertos dicen que eso no es suficiente.

El terapeuta ayuda al paciente a tratar de darle sentido a los sentimientos, ideas y recuerdos que surgieron durante el estado psicodélico. La táctica más común, según Raison, es hacer preguntas abiertas y permitir que el paciente guíe la conversación.

Por ejemplo, un terapeuta podría preguntar: ¿cómo cambió la experiencia tu relación contigo mismo? El objetivo es tomar esas lecciones e incorporarlas a la vida del paciente, la filosofía es que “el paciente tiene su propia sabiduría, la experiencia psicodélica tiene su propia sabiduría”, dijo.

Para Lehrner, lo que los investigadores deberían trabajar para estandarizar ahora son principios terapéuticos generales mientras continúan probando si el tratamiento en su conjunto es seguro y efectivo. “Después”, dijo, “las personas pueden investigar: ‘Bueno, ¿qué pasa si lo ajustamos así? ¿Qué pasa si lo cambiamos de esta manera?'”.

McNamee no está de acuerdo con eso. “Me preocupa cómo el campo podría estar avanzando demasiado rápido”, sin suficiente investigación sobre lo que constituye una práctica segura y ética, explicó. “Creo que vale la pena pensar en que podríamos estandarizar cosas problemáticas”.

Traducido por José Silva.

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