• Los buenos hábitos alimenticios, el ejercicio físico y el bienestar emocional son necesarios para complementar las buenas prácticas en la sexualidad

La salud sexual es catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un aspecto fundamental para lograr el bienestar físico y emocional de los individuos, parejas y familias. También se refiere a las prácticas que giran en torno a la sexualidad y no únicamente a las relaciones sexuales. 

Si bien las relaciones sexuales están dentro de la sexualidad, solo representan una pequeña parte, porque allí también se incluyen una serie de prácticas y comportamientos que implican autoconocimiento y placer sexual.

Mariángela González, ginecóloga y experta en salud sexual, explicó que para tener una vida sexual saludable debe existir un equilibrio entre salud física, un buen estado psicológico y una interacción social adecuada. Para ello, es importante que la persona conozca cuáles son sus derechos y los de otros individuos con respecto a la sexualidad.

“Lo más importante es aprender a conocerse a sí mismo y aumentar el amor propio. Eso le va a dar a la persona la seguridad para desenvolverse en su vida sexual y complementar a la pareja con la que comparte esto. También se debe saber que la sexualidad es instintiva y hay que saber controlar esos impulsos sin necesidad de caer en mitos y tabúes, sino siendo responsable”, dijo González en entrevista para El Diario.

Cómo iniciar una vida sexual saludable y responsable

La especialista comentó que los jóvenes deben instruirse en educación sexual, sexo responsable y prevención antes de ser sexualmente activos con alguna pareja. Indicó que si se conocen los riesgos y consecuencias que pueden tener algunas prácticas, la persona comenzará a buscar opciones para prevenir algún problema. 

En ese sentido, destacó la importancia de que las mujeres ya hayan comenzado con sus chequeos ginecológicos. Alegó que ahora es más recomendable acudir a consulta cada seis meses. 

En la consulta, la paciente tiene el derecho de solicitar información para orientarse sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual, métodos anticonceptivos, planificación familiar e incluso recomendaciones sobre la higiene íntima. 

“Cuando se inicia la vida sexual, el ser humano se expone a innumerables riesgos, sobre todo cuando estos actos se hacen de forma irresponsable, bien sea por desconocimiento o por falta de medidas preventivas. Lamentablemente las mujeres suelen ser las que más corren riesgos”, alegó.

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Agregó que las mujeres tienen altas probabilidades de un embarazo no deseado o contraer alguna enfermedad de transmisión sexual severa por virus como el VIH o el VPH. Estos últimos causan problemas de salud que pueden afectar la vida de la paciente por muchos años.

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“Al iniciarse sexualmente también es indispensable respetarse a sí mismo y darse el valor que cada uno merece como persona. Cuidarse tanto en el aspecto físico como psicológico”, comentó.

En ese sentido, resaltó la importancia de saber que las relaciones sexuales no deben ser coaxionadas bajo chantajes o amenazas porque representan abusos. Añadió que no se debe tener miedo a decir que no o detenerse cuando la relación se convierte en algo doloroso o incómodo. 

“Los jóvenes también deben buscar definir cuál es realmente su inclinación u orientación sexual, porque muchas veces se ve afectada la salud sexual cuando la persona no expresa claramente su deseo. Ahí comienzan las frustraciones y los desequilibrios psicológicos, porque no pueden explotar su máximo potencial”, enfatizó.

Recomendaciones para la salud sexual del hombre 

Los hombres pueden consultar con su médico de cabecera, general o internista, sobre cómo iniciarse y llevar una vida sexual saludable. Una recomendación fundamental es que si la persona ya es sexualmente activa utilice condón o métodos anticonceptivos de barrera durante sus relaciones para protegerse de diversas infecciones. 

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Usualmente se sugiere que el hombre acuda anualmente al urólogo a partir de los 45 años de edad. No obstante, si antes de ese momento llega a presentar alguna complicación en su sistema urinario o reproductivo puede que sea referido a este especialista. 

El paciente debe estar atento a cualquier cambio en su área genital. Si encuentra algún tipo de lesión, roncha, resequedad o molestia persistente debe acudir con su médico, quien le indicará si requiere algún estudio o tratamiento para infecciones virales, bacterianas o micóticas. Si tuvo relaciones sin protección, podría ser necesario un despistaje de VIH.

Como pasa con la ginecología, los pacientes de urología que recibieron algún tipo de tratamiento deben acudir a consulta cada tres meses para ver el desenvolvimiento y la evolución de la enfermedad”, expresó.

Los hombres también pueden aplicarse la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) para prevenir futuros casos de lesiones y de cáncer de pene. Las indicaciones de administración de las dosis y los beneficios, incluso para quienes ya están infectados, son similares a los de las mujeres. 

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Recomendaciones básicas para la salud sexual de las mujeres 

Los controles ginecológicos son la base sobre la cual las mujeres pueden llevar una vida sexual saludable. En esta cita, el especialista debe hacer varias preguntas a la paciente para analizar a grandes rasgos cómo está su salud sexual y reproductiva.

La ginecóloga explicó que luego de esa evaluación verbal la paciente debe someterse a una citología en la que se pueda evaluar si hay alguna infección vírica, bacteriana o por un hongo e indicar el respectivo tratamiento si los resultados son positivos. 

“Cuando nosotros le indicamos un tratamiento y la paciente recae en la misma infección a pesar de estar recibiendo tratamiento de ella y su pareja, pues entonces hacemos estudios un poquito más avanzados”, aclaró.

Agregó que cuando la paciente está en tratamiento por una infección, es recomendable recortar el tiempo entre consultas a tres meses. 

La especialista comentó que, aunque no está en el esquema de vacunación gratuito del Estado, cada mujer debería haber recibido la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). La primera dosis de la vacuna se puede administrar a partir de los 10 años de edad. No obstante, no hay un límite etario para recibirla. 

Incluso puede ser indicada en pacientes que ya hayan tenido el diagnóstico previo por algún tipo viral, porque la vacuna no solamente cubre contra un serotipo. Por ejemplo, si la persona ya está infectado con un tipo 11, se vacuna y luego tiene relaciones con alguien infectado con serotipo 35 va a estar protegida contra ese y así no se van acumulando las infecciones virales”, detalló.

Recordó que este virus afecta mayormente a las mujeres porque puede producir lesiones en el cuello uterino y en algunos casos evolucionar a algún tipo de cáncer.

La mujer también debe conocer que si lo desea puede comenzar con el uso de tratamientos anticonceptivos o, si ya utiliza, cambiar de método si presenta alguna molestia o inconveniente. 

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Buena salud física y mental 

Mariángela González explicó que estos controles médicos deben ir acompañados de buenos hábitos físicos y mentales. Alegó que es necesaria una alimentación balanceada, actividad física y evitar el consumo de cigarrillo, alcohol y drogas tanto para mantener la libido como para evitar infecciones que limiten la actividad sexual. 

Indicó que si la persona mantiene hábitos saludables, previene enfermedades como alteraciones metabólicas, de tensión arterial y obesidad. Esto también ayuda a que haya un mejor desempeño sexual. 

“Para trabajar la parte de interacción en pareja existen especialistas en sexología que pueden iniciar una terapia. También hay psicólogos y psicoterapeutas que pueden ayudar al individuo cuando ya hay conflictos en la vida sexual que se escapan de las manos de otros especialistas. Las afecciones psicológicas también pueden disminuir la líbido tanto en hombres como mujeres”, mencionó.

La especialista comentó que las personas con grandes cargas de estrés emocional están en una situación perjudicial para su rendimiento sexual. Indicó que esto a su vez altera el desenvolvimiento en la interacción social, por lo que necesitan bajar sus niveles de estrés para retomar sus rutinas. 

Agregó que con los años hay cambios fisiológicos que afectan la vida sexual, por lo que mantener los buenos hábitos, un control médico adecuado y una buena salud mental le permitirán a cada individuo mantener su actividad sexual, siempre que sea algo que realmente desee. 

Cuándo es necesario evitar o suspender las relaciones sexuales

La ginecóloga detalló que existen diversos motivos por los que los especialista pueden sugerir evitar y suspender teporalmente las relaciones sexuales, aunque aclaró que es probable que solo se restringa la penetración. 

Con respecto a las complicaciones relacionadas directamente con la sexualidad, se puede suspender  cuando hay un traumatismo con daño en la musculatura del suelo pelvico de la mujer por relaciones sexuales violentas. 

“En una situación de tratamiento ginecológico el médico manda a diferir el acto sexual desde el punto de vista de la penetración vaginal. Sin embargo, hay que recordar que la expresión sexual no es solamente la penetración y que el disfrute se puede alcanzar por otras vías”, aclaró.

Este tipo de relación sexual también se limita cuando existen alteraciones como la condilomatosis (verrugas) en vulva o ano causadas por el virus del VPH. 

También se puede pedir que se limite en casos de embarazo cuando la mujer tiene alto riesgo de aborto o sangrados y está en la fase inicial de la gestación. En todos estos casos la indicación es por un tiempo prudencial y luego se restituye la relación sexual siempre que no haya penetración agresiva”, dijo.
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Salud sexual luego de la menopausia y la andropausia 

La ginecóloga explicó que a medida que vaya avanzando la edad de la persona y entre en etapas como el climaterio, la menopausia y la andropausia, se debe evaluar si aún desea mantener una vida sexual activa. De lo contrario, la persona puede tener repercusiones emocionales al intentar forzar una relación sexual. 

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“Es importante que la persona siga teniendo ese deseo y la expectativa de mantener su vida sexual. En el caso de la mujer hay una deficiencia hormonal durante la menopausia producto de la baja producción de óvulos. Esto genera reducción de la libido y de la lubricación vaginal y lleva a un cierto rechazo a las relaciones”, señaló.

Cuando la mujer presenta los síntomas de la menopausia, pero aún así manifiesta un deseo genuino de continuar con su actividad sexual, su médico le puede indicar un tratamiento de reemplazo hormonal e incluso medicina alternativa para mejorar la parte vasomotora. En algunos casos se sugiere el uso de lubricantes externos para evitar el dolor. 

La reducción hormonal también puede causar problemas emocionales vinculados por la percepción de la imagen propia. Esto podría hacer que la mujer manifieste que se siente fea o demasiado mayor para mantener una relación y la lleve a negarse a continuar con su vida sexual. La especialista aconseja que estos casos se pueden acompañar con el apoyo de un psicólogo. 

Con la andropausia, en el caso de los hombres, se puede presentar la disfunción eréctil y con esto perjudicar la actividad sexual. No obstante, la experta señaló que los urólogos pueden indicar tratamientos para su corregimiento. 

Agregó que hombres y mujeres con edad avanzada también deben mantener una vida saludable con una alimentación adecuada, buenos hábitos de sueño y actividad física si desean continuar con una buena salud sexual por años. 

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